-Papá, quiero ser como Fernando Alonso. Quiero ser piloto de Fórmula 1.
Carlos Junior tenía 10 años cuando descubrió cómo quería que fuese su futuro. Acababa de ver el Gran Premio de España y de estar en el box de Renault con el bicampeón del mundo cuando le comunicó a su padre su decisión. A Carlos Sainz no lo tomó por sorpresa; sabía que difícilmente un hijo criado entre autos y trofeos podía escaparle al que parecía ser su destino.
Carlos Sainz y su hijo junto a Fernando Alonso en el GP de España de 2005. Foto Archivo Carlos Sainz
Dieciséis años después, el bicampeón mundial de rally (1990 y 1992) y tricampeón del Rally Dakar, donde ganó en 2010, 2018 y 2020, es el padre del piloto de Ferrari que este año fue el mejor del resto en la Fórmula 1 con ese quinto puesto en el Campeonato, solo detrás de Max Verstappen, Lewis Hamilton, Valtteri Bottas y Sergio Checo Pérez, los hombres de Red Bull y Mercedes, las escuderías que dominan la categoría desde hace una década. También el único de los 20 pilotos que completó las 22 carreras sin abandonos, sumando puntos en 20 de ellas.
Su rendimiento sorprendió incluso a Ferrari, que le hizo un contrato por solo dos años pero ya planea ampliarlo hasta 2024 durante la pretemporada. El madrileño superó también a Charles Leclerc, el piloto número 1 de la Scudería, que con 159 puntos quedó séptimo a 5.5. Durante la temporada, además, se subió cuatro veces al podio contra solo una de su compañero, compartiendo como mejor ubicación el segundo puesto: Sainz en Mónaco y el monegasco en Gran Bretaña.
Sainz y Leclerc conformaron la dupla de La Rossa más joven en los últimos 50 años. Foto: REUTERS/Bryn Lennon
“¿Qué hiciste?”, le preguntó extasiado de felicidad Mattia Binotto, el jefe de Ferrari, al madrileño tras su tercer puesto en el Gran Premio de Abu Dhabi, ese que definió el título a favor de Max Verstappen en la última vuelta. “¡Qué temporada Carlos! ¡Bravo, bravo, bravo bravo! Estoy muy orgulloso de ti”, agregó. A lo que Sainz respondió: “Gracias Mattia, gracias por tu confianza el pasado año, te lo agradezco”.
Luego, al ser consultado por la prensa, el suizo se explayó: “Fichamos a Sainz para esto también, porque en carrera siempre es muy consistente, rápido. Y lo demostró. Estoy feliz de poder contar con dos pilotos fuertes y creo que tengo la mejor pareja de pilotos desde el punto de vista del campeonato de constructores”.
Esta semana, con pilotos y equipos de vacaciones, el nombre de Binotto y el de Sainz volvieron a ser noticia. “Carlos ha hecho un gran año, y cuando firmamos hace un año nos dijimos que en invierno sería el momento para sentarnos, revisar la temporada y decidir. Así que ciertamente, nos sentaremos todos y empezaremos a discutir qué se puede hacer en el futuro“, comunicó el máximo responsable del Cavallino Rampante en referencia a lo que ocurriría antes de los tests de pretemporada de febrero.
La temporada debut idílica de Sainz con Ferrari -que gracias a eso también superó a McLaren en el Mundial de Constructores y se alzó como el mejor del resto- así lo amerita. El español rebatió las dudas de ser el elegido para reemplazar a un campeón como Sebastian Vettel rápidamente, cuando en su quinta presentación se subió al podio en el callejero de Montecarlo, donde Leclerc había abandonado antes de la largada pese a tener la pole por un choque en el final de la clasificación.
Dos podios más (3°) en Hungría y Rusia hacían aún más fuerte la pelea entre Sainz y Leclerc por ser el mejor del resto, batalla en la que también se colaba Lando Norris con el McLaren. Su posición, seguramente, rompió con los esquemas rígidos del piloto 1 y 2 de Ferrari y, al mismo tiempo, facilitó esta renovación pronta a concretarse. Pese a que cuando inició su camino en Ferrari comenzaban los rumores que ponían a Mick Schumacher en su butaca. el español la protegió y ahora está listo para disfrutarla.
De ser “el hijo de” a sacarse el Junior de su nombre
Carlos Junior entendió la magnitud que su padre tenía en 2004, cuando Carlos Sainz se retiró del Mundial de Rally y Madrid colapsó para homenajearlo. Al año siguiente, el nene que a los cuatro años derrapaba en un autito a batería en el patio de su casa arrancaba su camino en el karting, donde no necesitó ser campeón mundial ni europeo para mostrar que tenía condiciones.
Su victoria en la Monaco Kart Cup captó la atención de Red Bull y entró a su programa de Jóvenes Pilotos tras probar un monoplaza en Italia en 2009, examen al que llegó preparado por Emilio de Villota y su hija María. El proceso del karting al auto no le costó: con el equipo junior austríaco fue elegido el novato del año de la Fórmula BMW Europea en 2010 y al año siguiente fue campeón NEC de la Fórmula Renault 2.0.
Llegó a los 18 años, con 71 carreras en sus espaldas, en una extenuante temporada de 2012, pero esa experiencia no se tradujo al año siguiente en la GP3 Series, donde Daniil Kvyat ganó el título y se quedó con la butaca en la Fórmula 1. Pese a su deseo de ser promovido a Toro Rosso, Sainz tuvo que esperar. Era el campeón de la Formula Renault 3.5 en 2014 pero Red Bull anunciaba la incorporación de Max Verstappen y eso apagaba su ilusión.
Sin embargo, el retiro de su compatriota Alonso permitió un movimiento de fichas: Vettel pasó a Ferrari, Kviat fue ascendido a Red Bull y Sainz fue anunciado como el nuevo compañero del neerlandés en noviembre de 2014. “Ese día le dije que se quite el Junior, dejó de serlo”, contó su padre Carlos. Habían pasado diez años del día que le dijo que quería ser piloto de F1.