Desde que las lesiones comenzaron a ser parte de su carrera la vida tenística de Juan Martín del Potro transcurrió en una gran especulación permanente. ¿Vuelve?, ¿no vuelve? ¿cuándo vuelve?, ¿dónde vuelve?, ¿le duele la muñeca?, ¿no le duele la muñeca?, ¿le duele la otra muñeca?, ¿no le duele la otra muñeca?, ¿le molesta la rodilla?, ¿no le molesta la rodilla?, ¿se retira?, ¿lo vuelve a intentar? Y así se sucedieron (y se suceden) las preguntas para escribir más de un libro…
Ahora la incógnita inmediata pasa por saber si Del Potro jugará o no el ATP de Buenos Aires que comenzará dentro de apenas diez días y que marcaría su regreso al circuito después de más de dos años y medio. Está claro que el tandilense quiere disputar el torneo que apenas lo tuvo como protagonista en 2006, bastante antes de su explosión. Pero también es cierto -y más allá de los videos y fotos que circulan desde sus redes sociales con entrenamientos en Tandil con Marcelo Gómez o en Buenos Aires con Sebastián Báez- que a Del Potro nunca le dejó de doler su rodilla derecha fracturada en 2018, que no se puede mover con comodidad ni aún en una superficie más confortable y menos agresiva como el polvo de ladrillo y que si todavía no confirmó su participación en el Buenos Aires es porque ni él mismo conoce la respuesta.
La lógica de los organizadores es esperarlo todo lo que se pueda. “Incluso hasta un rato antes del momento del sorteo que será 48 horas antes del inicio del torneo”, dijo, exagerando muy poco, una fuente del ATP.
Kristoff Puelinckx, el belga CEO de Tennium, la empresa dueña de Buenos Aires, y Martín Jaite, su director, están en un contacto directo con Juan Acuña, el representante de IMG que trabaja con Del Potro. Ellos también desean una definición cuanto antes -¿llegará el fin de semana?- porque si el ex top ten responde afirmativamente la amplificación que supondrá su presencia significará un obvio interés en la demanda de entradas (la anticipada viene muy bien, por otra parte); en cambio, si hay un “no” del otro lado no sólo tendrán que definir los wild cards para terminar con las especulaciones y las expectativas sino que además cerrarán una ilusión enorme. De muchos.