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El hijo de un ex River ganó una medalla de bronce para Estados Unidos

La historia de Alex Ferreira está relacionada con el deporte desde su nacimiento. La pasión corre por sus venas y heredó de tanto de su padre como de su madre el amor por la competencia deportiva. Aun así, tomó un camino muy distinto a él ya que Marcelo Ferreira jugó en River Plate y Alex se dedica al esquí acrobático. Este sábado (horario Beijing) se quedó con el tercer puesto en los Juegos Olímpicos de Invierno tras una gran definición.

El atleta que habla muy poco español, tuvo un gran rendimiento en los Juegos de Pyeongchang-2018 tras haber conseguido la medalla de plata en el half-pipe de esquí acrobático y ahora en la final olímpica consiguió la medalla de bronce donde su mejor puntuación fue de 86,75 . El primer puesto fue para Nico Porteous y el segundo para David Wise. Curiosamente se repitió el mismo podio que en la edición de 2018, pero con otro orden ya que en aquel entonces Wise fue oro, Ferreira plata y Porteous bronce.

La simpatía lo caracteriza y el oriundo de Colorado sorprende a los presentes al mantener la sonrisa a pesar del impactante frio de casi 20 grados bajo cero que se impone en Zhangjiakou. “Mi papá jugó con River Plate en Argentina, creo que solo uno o dos partidos. De ahí viene la mentalidad deportiva que tengo. No conozco a nadie al que le guste tanto competir como a él. Y yo soy muy similar”, contó en una entrevista con AFP tras conseguir el séptimo lugar entre los doce finalistas que compitieron este sábado.

El podio de la final de la prueba half-pipe de esquí acrobático

El podio de la final de la prueba half-pipe de esquí acrobático

Su padre, Marcelo Ferreira, marchó a la Major Indoor Soccer League (MISL) de Estados Unidos en 1982, jugando en New York Arrows, Phoenix Pride y New York Express hasta 1987, en que pasó al New Jersey Eagles de la ASL (American Soccer League). “Se fue a Estados Unidos cuando tenía 22 o 23 años. Le he preguntado varias veces por qué se fue. Me explicó que iba a jugar en un club de categoría menor en París. Y el día antes de viajar cambió de idea y se fue a Estados Unidos con un billete de veinte dólares en el bolsillo”, relató el atleta de 27 años.

Aun así, el amor por el deporte no viene sólo de su rama paterna ya que su mamá, Colleen Delia, también es deportista. La norteamericana corrió diez maratones, es atleta de velocidad de relevos y actualmente dirige un centro de hidroterapia en Aspen (Colorado), donde siempre ha vivido toda la familia. Colleen y Marcelo se conocieron en un viaje a Vail donde ambos se encontraron esquiando y ahí nació el amor.

“Adoro el soccer, por supuesto. Me gusta el Chelsea en este momento. Y claro, me gusta River Plate. Mi papá estuvo allí. En Europa, además del Chelsea, también me gusta el Borussia Dortmund. Nunca he estado en un partido de fútbol y estoy ansioso por ir a uno. Bueno, solo fui una vez fui a ver a los Colorado Rapids”, comentó.

Alex Ferreira tras conseguir la medalla de bronce

Alex Ferreira tras conseguir la medalla de bronce

A pesar de tener raíces futbolistas, nunca vio un partido en Argentina, pero deslizó que al finalizar los Juegos de Invierno podría asistir a alentar en algún estadio de Buenos Aires: “He estado en Argentina cuatro veces, pero la última fue hace diez años. Es bastante tiempo. Voy a dentro de poco a ver a mi abuelo, que se está haciendo viejo. Tal vez aprovecharé este viaje para ver un partido de fútbol en Argentina”.

Si bien no logró el objetivo de quedarse con la medalla dorada, se lo pudo ver muy contento con haber entrado en el podio el cual compartió con el neozelandés Nico Porteous, que ganó el oro con 93,00, y el estadounidense David Wise, plata, con 90,75. Aun así el estadounidense fue el más regular de los tres medallistas, con unas puntuaciones de 86,75, 83,75 y 67,75, estando siempre entre los tres mejores de cada ronda. 

“Estoy en el éxtasis. Solo estar en el podio es increíble. Fue un concurso difícil con unas duras condiciones, por lo que compartir podio con mi compañero Dave y un amigo como Nico es una verdadera alegría. Parece irreal. Los que trabajan más duro van al podio y David es un gran amigo. Es una buena persona. Nico también es un buen amigo. Los dos me inspiran en mis competiciones”, concluyó.

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