Estaba preocupado Marcelo Gallardo por la sequía de . El Muñeco había pedido que el juvenil delantero pateara el penal contra Atlético Tucumán para que sumara confianza. No lo escucharon y fue Enzo Fernández el ejecutor. Lo que pretendía el entrenador era que el Araña se amigara con el gol. Y el reencuentro fue potente: en Junín, el cordobés anotó un hat-trick y fue la gran figura.
Álvarez llevaba un mes y medio sin convertir goles con la banda roja sobre el pecho, en los que disputó 7 partidos (faltó ante Banfield y Talleres). El último grito había sido el 13 de marzo, contra Gimnasia en el Monumental y de penal. La sequía acumulaba 663 minutos.
“Es la cuarta vez que me llevo la pelota: tres veces hice tres y una cuatro. Los goles sirven para ayudar al equipo y para seguir sumando confianza”, explicó el goleador de 22 años. Y agregó: “El gol que más me gustó fue el segundo, fue una linda jugada colectiva con un gran centro de Milton”.
“Nos sentimos cómodos, sabíamos que iba a ser difícil el partido, en una cancha complicada y con un rival físico. Creo que pegamos en los momentos justos y después manejamos los tiempos”, analizó el campeón de América con la Selección argentina.
Y agregó: “Se habló mucho de la racha negativa y por eso todos me vinieron a saludar. Ellos siempre me apoyaron y me decían que me iba a llegar. Cuando quedé mano a mano con el arquero me dije metela porque seguís en el zopo“.
Julián acumula 44 festejos en 110 partidos en River y tal vez su meta sea llegar a 50. No le quedan muchos juegos al Araña: 3 de Copa Libertadores y, como máximo, 4 por la Copa de la Liga. Luego, le vendrá el reto de Europa cuando Pep Guardiola lo reciba en Manchester City.
“Estoy tranquilo, disfrutando el día a día con mis compañeros, dando lo mejor, como siempre lo hice. A mí me hace feliz dar todo por el grupo”, cerró Álvarez, ese genial delantero que en River tienen pero ya lo extrañan.