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“El fútbol se inventó hace 200 años y el 98 por ciento de las reglas siguen existiendo”

Ruben Darío Insúa pisa el césped del Nuevo Gasómetro y enseguida dice: “¡Cómo me hubiera gustado jugar acá!”. Sus zapatillas fluorescentes rompen con su vestimenta oscura compuesta por campera de cuero y jogging y también le dan color al día gris, frío y lluvioso sobre Buenos Aires. “Si hubiéramos tenido esta cancha en el ’83 hubiésemos salido campeones. Ese año salimos segundos sin localía, atrás del Independiente que después ganó todo”, agrega con la mirada perdida en la inmensidad de la popular vacía. “Vos ni habías nacido seguro. ¿De qué año sos?”, le pregunta al cronista de Clarín mientras posa para las fotos. “Del 86”, escucha como respuesta. “¿1986? Argentina campeona del mundo. No es un dato menor ese, eh”, suelta el Gallego hablando bien en serio.

Su larga melena tiene algunas canas, pero el mismo volumen que cuando era jugador y también que cuando ganó la Copa Sudamericana dirigiendo al Ciclón 20 años atrás. Su look es siempre el mismo, como si se tratara de un personaje perdido en el tiempo. Una especie de Austin Powers del fútbol que reivindica gloriosos tiempos pasados para aplicar esa misma fórmula en el presente.

Y, a pesar de haber estado dirigiendo afuera del país los últimos 14 años con pasos por Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú, el técnico de 61 años asegura que se encontró con “el mismo fútbol argentino” que vio antes: “Yo creo que el fútbol argentino es muy bueno, está entre los cuatro o cinco mejores del mundo. Desde el año ’74 para acá siempre ha estado en ese lugar”, agrega y se prende a un extenso mano a mano a horas del clásico con Boca

-Muchos le bajan el precio al fútbol de acá. ¿Vos no pensás así?

-No, no pienso así. De hecho hace un mes la Selección Argentina jugó una final con el campeón de Europa y le ganó 3-0, por ejemplo. Puede haber una diferencia económica, por supuesto. Los grandes equipos europeos se llevan a los mejores jugadores de acá. Ellos ganan con jugadores argentinos, uruguayos, brasileños, colombianos, ecuatorianos… La diferencia puede ser económica y en condiciones de trabajo, no en el aspecto futbolístico ni físico. A nivel clubes, juveniles y Selección, la Argentina siempre está en el podio.

Rocker. Ruben Darío Insua con el Nuevo Gasómetro de fondo. Foto: Maxi Failla.

Rocker. Ruben Darío Insua con el Nuevo Gasómetro de fondo. Foto: Maxi Failla.

-¿Qué extrañabas del fútbol argentino cuando estabas afuera?

-Yo siempre disfruté del fútbol de la misma manera. Tuve la suerte de dirigir mucho en el exterior casi siempre clubes importantes con mucha presión y es parecido a lo que pasa acá. Lo que sí extrañaba era salir de mi hogar, de mi casa, de mi domicilio, para ir a mi lugar de trabajo. Tuve que esperar 19 años para que se repitiera esa secuencia. Cuando me iba solo al exterior, cuando me iba a dormir extrañaba a mi familia. Pero después siempre tomé el fútbol con la misma pasión.

-¿Por qué estuviste tanto tiempo sin dirigir en Argentina?

-Empecé joven, a los 36 años. Tuve la suerte de ganar con Barcelona de Guayaquil y al segundo año jugar la final de la Copa Libertadores. Y a partir de ahí se me abrió un abanico de ofrecimientos del exterior. Y yo creo que en el fútbol argentino se buscaba otro perfil de entrenadores. ¿No?

-¿Qué tipo de perfil?

-Me da la sensación que los entrenadores que buscaban arreglarse con lo que tenían o darles posibilidades a los jugadores de inferiores no entraban mucho en lo que se buscaba en la Argentina. Puede ser que ahora, por las necesidades, se estén empezando a valorar otro tipo de cuestiones. Yo siempre pensé de una manera y no la voy a cambiar a esta altura. Siempre me gustó copiar a los técnicos que tuvieron éxito.

-¿A quiénes?

-En San Lorenzo tuve cuatro entrenadores de prestigio a nivel mundial: Carlos Bilardo, Juan Carlos Lorenzo, el Bambino Veira y el Piojo Yudica. En Independiente tuve al Indio Solari y al Pato Pastoriza. En Estudiantes tuve a Eduardo Luján Manera y a Cacho Malbernat. En Barcelona de Ecuador tuve a Miguel Brindisi y a Jorge Habegger. Todos ganadores. Traté de rescatar lo mejor de cada uno en cuanto a exigencia de trabajo y forma de jugar.

Insua cuenta su receta como DT. oto: Maxi Failla

Insua cuenta su receta como DT. oto: Maxi Failla

-Tenés un estilo particular, hoy no es algo común abrir el entrenamiento un día antes de los partidos y confirmar el equipo.

-Yo jugaba en Prenovena en San Lorenzo en el año 1974. Estaba como DT Osvaldo Zubeldía. Yo tenía 13 años. Me acuerdo que le hacían notas y él siempre contestaba lo mismo: “Acá, en San Lorenzo, para que te vaya bien hay que laburar mucho”. Le preguntaban por qué hacía entrenamientos a puerta abiertas y daba la formación y si no le molestaba que el rival supiera. Y él decía: “A mí no me molesta porque eso a mí me exige tener cada vez mayor cantidad de conocimientos y evolucionar constantemente en mis pensamientos”. Fue tres veces campeón de la Libertadores, campeón del mundo, último DT campeón en el Viejo Gasómetro. No está nada mal copiarlo. El fútbol es como la vida, hay que copiar las cosas buenas.

-¿Te considerás un bicho raro en el ambiente actual del fútbol?

-(Se ríe). No. Creo que no. Me considero bastante normal. Puede haber otros personajes que son mucho más raros que yo. Tengo amigos en el mundo del fútbol hace mucho tiempo. Me gusta formar jugadores. Me gusta dirigir equipos grandes con mucha presión. Me gusta dirigir San Lorenzo.

-Hace poco dijiste en una conferencia que a vos te gustaba decir la verdad y que había que acostumbrarse a eso. ¿Se miente mucho en el fútbol?

-(Piensa) No sé si se miente. Hace mucho tiempo, por las normas que se fueron cambiando para peor, hicieron que cada uno se vaya encerrando en sí mismo. Hay poca generosidad con los clubes, que son los que te dan trabajo. Hay una tendencia a querer quedar bien con los particulares cuando la esencia del fútbol son los clubes. Un pequeño detalle. Acá yo escuchaba a los que sabían y todos decían que había que trabajar por el bien del club. Y todos hacían lo mismo: promovían jóvenes, instalaban sentido de pertenencia, les gustaba ganar.

-¿Se fue perdiendo el amor por los clubes?

-Se fueron perdiendo algunos hábitos. Me acuerdo que antes se decía que “el fútbol tiene códigos”. Son frases hechas, se pueden llamar costumbres o hábitos. Eso desapareció.

Ruben Darío Insua, ídolo cuervo. Foto: Maxi Failla

Ruben Darío Insua, ídolo cuervo. Foto: Maxi Failla

-¿Hoy no hay códigos?

-No hay reglas. Yo escucho dos frases: “Esto es un negocio” y “Esto es por plata”. Nadie explica que es “esto”. Son frases que quedan instaladas.

-Pero es cierto que el fútbol también es un negocio y es por plata.

-Y el que vende ballenitas en Plaza Once o el que vende remeras en la calle Avellaneda no vive diciendo todo el tiempo “esto es un negocio” o “esto es por plata”. Va y trabaja. Es normal, trabajas y cobras un sueldo. Si hay que explicarlo muchas veces es porque algo no debe funcionar bien. El fútbol es una pasión. Es el juego que más atrae al gusto popular. En la Argentina el fútbol es lo número uno. Vos ponés un partido de fútbol y un discurso del ministro de Economía o del Presidente  y la gente mira el partido. Eso nos hace diferentes, para lo bueno y para lo malo.

-¿Cómo te llevás con la tecnología?

-Bien.

-¿La aplicás?

-Todo lo que la necesite.

-¿Hoy se necesita mucho implementar la tecnología? ¿Te da soluciones?

-No muchas, ja. Pero la utilizo para lo que la necesite. Te mejora el caudal informativo. El abanico es amplísimo.

-¿Tenés redes sociales?

-No tengo.

Insua en acción. Calma para armar un plantel nuevo. Foto: Juan Manuel Foglia

Insua en acción. Calma para armar un plantel nuevo. Foto: Juan Manuel Foglia

-¿Pero les prestás atención?

-Todo lo que las necesite, ja. No tengo. Cuando empezó el tema este de los celulares en el vestuario los primeros dos o tres meses me hice un poco de mala sangre. Hasta que un día uno de mis colaboradores me dijo: “No te hagás más mala sangre por este tema porque en el vestuario de enfrente pasa lo mismo”. Ahí me quedé tranquilo. En el periodismo pasa. En un programa hay ocho panelistas de un lado y ocho del otro, hay uno pasando un informe y el resto está mirando el celular. Es raro.

-¿Tratas de que en ciertos momentos los jugadores dejen el teléfono?

-Siempre es bueno conversar. Cuando llegué acá vi un papel pegado que decía algo de eso. Se habían tomado algunas medidas con Fernando Berón, creo. Eso fue un paso adelante. Me alivianaron el trabajo. Fue un gesto interno bueno.

-¿Sos de consumir noticias?

-Todo lo que lo necesite. En su justa medida. Leo mucho. De todo. Leo tres o cuatro horas por día. Más que nada cuando no trabajo. Me gusta leer de todo. Mucha actualidad. Hay veces que me leo tres o cuatro diarios por día y después tomo un poco de distancia de eso. Me gusta consumir información. Escucho radio y veo televisión. Me gusta estar informado de fútbol y de la visa en general.

-¿Qué es lo que más te mueve del fútbol?

-A mí me gusta trabajar en el campo y en el vestuario. Forman parte de mi vida desde los 9 años. Me gusta armar equipos con aspiraciones de salir campeón. Siempre firmé contratos por un año y en casi todos los clubes me contrataron para salir campeón.

Insua y una segunda oportunidad en San Lorenzo. Foto: Juano Tesone

Insua y una segunda oportunidad en San Lorenzo. Foto: Juano Tesone

-¿Y en San Lorenzo firmaste para ser campeón? La situación del club es difícil…

-Por eso acá firmé por un año y medio. El plan es que San Lorenzo en este semestre vuelva a reconstruir su plantel porque en el último año se le fue casi un plantel completo. Hay que armar el plantel y lo vamos a hacer con casi el 70 por ciento de jóvenes del club. Después hay que construir un equipo para que el año próximo, en algunas de las competencias, San Lorenzo vuelva a dar una vuelta olímpica. Por ahora disputará tres torneos: los dos locales y la Copa Argentina. Y si conseguimos que los jóvenes tomen experiencia un poco más rápido podemos aspirar a clasificar a una Copa Sudamericana. Si sucede, mejor.

-Pero no es un objetivo clasificar a las Copas.

-No estaría diciendo la verdad. Todavía ni terminamos de armar el plantel y van seis fechas. El libro de pases cierra el lunes y a partir de ahí voy a saber con qué plantel voy a contar. Y van a quedar 20 fechas por delante. Veremos si nos alcanza.

-El hincha tiene que saber que esta es una etapa de transición.

-Yo creo que la mayoría de la gente lo ha entendido. De hecho, los tres partidos que jugamos de local hubo una multitud y apoyaron al equipo, se alentó a los jugadores y disimularon los errores de los jóvenes. Me parece que hay una conciencia de la realidad y una forma explícita de entender el momento del club.

-Pero también hay un clima tenso desde lo político. ¿Eso influye en el equipo?

-Yo no opino de la parte institucional ni política y acá los jugadores tampoco. Nosotros nos tenemos que dedicar pura y exclusivamente al aspecto deportivo. Yo soy un empleado del club responsable del área de fútbol profesional, nada más que eso.

-¿Y por qué le cuesta tanto ganar en esta cancha? Este año no pudo todavía.

-Yo puedo opinar con certeza de mis partidos. Capaz que si se jugaba sin público hubiese pasado lo mismo. Los problemas vienen desde hace dos o tres años y acá se jugó sin público por casi un año. Muchas veces la teoría contrasta con la práctica. El que juegue en un equipo grande tiene que convivir naturalmente con esa responsabilidad. Hay jugadores que sienten la presión y eligen jugar en clubes más tranquilos.

-Alexis Sabella, que ahora está en Platense, dijo en la semana que “en San Lorenzo quemaba la pelota”. ¿Hay chicos del plantel a los que les puede llegar a pasar eso?

-La mayoría de los jóvenes que vienen jugando han respondido a las expectativas que tenía. Puede ser que a algunos les cueste un poco más que al resto, pero eso es normal y les pasa también a los de experiencia. A mí gusta decirle responsabilidad, no presión. La presión en la vida pasa por otro lado, en satisfacer las necesidades básicas de los hijos, un médico que debe salvarle la vida a alguien, los maestros que tienen que educar chicos ganando muy poco.

-¿Se puede trabajar la responsabilidad en el jugador?

-Uno puede ayudar a desarrollar el temperamento o el carácter si es que no lo tiene o si lo tiene escondido. Se le da elementos en la parte técnica, física, táctica, en el comportamiento cotidiano, en la alimentación, en la forma de descansar. Año 79, yo tenía 18 años y ya entrenaba con Primera acá. El técnico era Bilardo. Un día Bilardo citó a los padres de ocho o diez jugadores de Inferiores y les dijo lo que los chicos debían comer, a la hora que tenían que irse a dormir y los que tenían tiempo debían también estudiar. Año 79. Voy a poner otro ejemplo. El año pasado la Argentina volvió a ganar un título y dio la vuelta en un lugar mítico. Ese grupo de jugadores y cuerpo técnico lo hicieron con los hábitos, la estrategia y las costumbres de la década del 70 y del 80, los años en los que fuimos campeones del mundo. Son buenos ejemplos para copiar. La cultura del esfuerzo.

Insua firmó por un año y medio. Foto: Juan Manuel Foglia.

Insua firmó por un año y medio. Foto: Juan Manuel Foglia.

-¿Quiere decir que en el fútbol está todo inventado y se trata de tomar lo que ya se hizo bien y tratar de imitarlo?

-Y la mayoría de las cosas sí. Hay una parte de la ciencia y de la tecnología que sigue creciendo y no tiene freno. Ahora, el fútbol se inventó hace 200 años y el 98 por ciento de las reglas siguen existiendo. Cambiaron algunas cosas. Pero el fútbol se mueve dentro de las mismas reglas que se inventaron hace 200 años. Hoy hay menos tiempo para pensar y menos espacio para maniobrar, el resto es lo mismo.

-¿Qué significa el clásico con Boca para San Lorenzo?

-Es un partido importante. Todos los clásicos son importantes.

-¿Lo ponés a la misma altura que un partido con Racing o con Independiente, por ejemplo?

-(Piensa). No. No me voy a atribuir la opinión de millones de hinchas, pero creo que los clásicos con Boca y con Huracán tienen un valor agregado.

-¿Un buen resultado con Boca es el impulso que necesitás?

-Siempre ganar es mejor que no hacerlo. Pero no creo que un partido te lleve a resolver los problemas de hace tiempo, salvo que se trate de una final.

¿Bicho raro?  "Me considero bastante normal", respondió el Gallego. Foto Maxi Failla

¿Bicho raro? “Me considero bastante normal”, respondió el Gallego. Foto Maxi Failla

La falta de refuerzos, sus sueños y la vuelta a Boedo

Insúa sigue esperando por los refuerzos que pidió. Llegaron Gonzalo Maroni y Diego Calcaterra, pero, más allá de que los aceptó, no fueron solicitados por él a la dirigencia de San Lorenzo.

“Este es un momento en el que el club no tiene posibilidades económicas de contratar a los jugadores que yo quería traer. Vine sabiendo la realidad esta y no tengo de qué quejarme. Vamos a competir con lo que tengamos. Entre traer a un jugador que no me convenza y darle la posibilidad a algún pibe, prefiero la segunda opción”, explica el Gallego evitando la polémica.

A pesar de este panorama, sentencia: “Lo único que puedo asegurarle al hincha es que vamos a trabajar mucho. Vamos a comprometernos a que sea en beneficio del club. Los dueños de San Lorenzo son los socios e hinchas y nos debemos a ellos”.

Y confiesa sus anhelos. “Yo tengo dos objetivos o deseos de cara al futuro: volver a ganar un título con San Lorenzo y dirigir aunque sea un solo partido en Avenida La Plata. A eso aspiro. Pasará el tiempo que sea pero va a pasar, San Lorenzo va a volver a Avenida La Plata”, dice y se queda pensando mientras los ojos se le ponen vidriosos.

 -¿En qué pensás?

-Iba a decir algo, pero…

-¿Qué?

– Está relacionado con mi padre. Fue socio vitalicio acá. Falleció hace cinco años. Me decía siempre que no quería irse sin ver a debutar a Robertino (su hijo) en Primera y sin volver a ver a San Lorenzo jugar de local en Avenida La Plata. Eso, nada más.

Insua y su mirada sobre el VAR

La bronca le dura. A él y a todo San Lorenzo. El claro penal sobre Adam Bareiro no cobrado en la derrota del domingo pasado ante Barracas Central indignó a todos en Boedo, principalmente porque desde el VAR no hubo un llamado para alertar por esa infracción.

Sobre esto, Insua opinó: “El VAR llegó para hacer justicia, aunque el otro día, quienes estaba a cargo del VAR, todavía no se sabe bien por qué, sería bueno que lo aclaren, no le informaron al árbitro que había existido un penal”.

-¿Estás a favor del VAR a pesar de lo que pasó con Barracas?

-Sí, me gusta mucho. Todo lo que sirva para mejorar la calidad del juego y la justicia estoy de acuerdo. La culpa no es del VAR. Alguien o algunos tomó o tomaron la decisión de no informarle al árbitro que había existido un penal clarísimo como vio todo el mundo. Hay que preguntarles a esos por qué tomaron esa determinación. Me llamó la atención que en todos estos días no escuché a nadie que saliera a explicar por qué no informaron al árbitro. La culpa no es de los jugadores de Barracas ni del cuerpo técnico ni de Tapia… La culpa es de los que estaban en el VAR en ese momento. No existe ninguna razón por la que no se haya cobrado el penal del otro día. Perdimos el invicto en forma totalmente injusta.

-¿No ves una mano negra?

-No creo en esa teoría. Se dice de todo. Cuando estaba Grondona y salía campeón Arsenal se decía que era por Grondona y Arsenal salió campeón porque tenía muy buenos equipos.

-¿Pero vos crees que en el fútbol no hay tongo?

-En el fútbol hay gente que soporta las presiones de una manera y otras de otra.

-¿No te preocupa el arbitraje?

-No. En Argentina hay muy buenos árbitros. Yo pienso en preparar bien a mi equipo y llegar de la mejor manera posible a los partidos.

“El título de la Copa América está casi a la altura de un Mundial”

“Ese título va a quedar en la historia grande”, no duda en sentenciar el Gallego Insua sobre la Copa América que ganó la Selección de Lionel Scaloni en 2020. Habla del conjunto nacional y se entusiasma, el DT de San Lorenzo. “Fue casi a la altura de un Mundial. Porque es una Copa América, pero la Selección dio la vuelta en el Maracaná y contra Brasil, eso es como ganar un Mundial”, dice.

Y no escatima en elogios para el plantel albiceleste que logró ese laurel tras 28 años de sequía: “Creo que fueron 52 o 53 días concentrados y hacía muchos años que no pasaba en la Argentina ver a un grupo de jugadores con hambre, entre los cuales está uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol mundial que es un ejemplo extraordinario para todos, que es Messi. Un cuerpo técnico humilde, trabajador y joven”.

-¿Está bien que haya ilusión de cara al Mundial?

-Hay un cuerpo técnico lleno de buenas decisiones y un grupo de jugadores humildes y ganadores. Aman la camiseta de la Selección. Hay un cóctel. Argentina tiene jugadores y cuerpo técnico para varios Mundiales. Después, una Copa del Mundo se puede definir por un penal o un error, pero la Argentina siempre está entre los seis o siete candidatos. Está Brasil, Argentina, Uruguay, Alemania, Francia, España y no digo Italia porque no juega. Los campeones mundiales siempre son candidatos.

-¿Cómo lo ves a Messi a esta altura de su carrera?

-De primer partido que lo vi hasta el último juega siempre bien. Es como Diego (Maradona) y como (Ricardo) Bochini. Messi, Maradona y Bochini son los tres mejores jugadores argentinos que yo he visto. Son tipos que te ganan un partido en una sola jugada. Esos tres, Bilardo y Menotti son cinco intocables.

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