Nairobi, 9 ago. Los colegios electorales abrieron hoy en Kenia con largas colas de votantes que se empezaron a formar de madrugada para unas elecciones generales en las que los kenianos están llamados a elegir, entre otros cargos, a un nuevo presidente.
Desde antes de las 06.00 hora local (03.00 GMT), cuando los centros de votación abrieron sus puertas, se podía ver a miles de ciudadanos haciendo fila para depositar su voto en colegios de Nairobi y Mombasa (sureste), segunda ciudad del país.
Se trata de unos reñidos comicios en los que se disputan la Presidencia cuatro candidatos, si bien sólo dos tiene posibilidades de ganar: el ex primer ministro Raila Odinga (77 años) y el actual vicepresidente, William Ruto (55).
Odinga -que opta por quinta vez a la jefatura del Estado- lidera la coalición Azimio La Umoja (Aspiración a la Unidad, en suajili), mientras Ruto concurre por primera vez al frente de la coalición Kenya Kwanza (Kenia Primero).
Sólo unos 22,1 millones de ciudadanos de una población nacional de alrededor de 55 millones de habitantes se registraron para la votación, según la Comisión Electoral Independiente (IEBC, por sus siglas en inglés).
Los votantes podrán acudir a algo más de 46.200 colegios electorales, cuyas puertas tienen que cerrar a las 17.00 hora local (14.00 GMT) para iniciar el recuento de los resultados, que deberían publicarse en un máximo de siete días.
Observadores de diferentes organizaciones internacionales, como la Unión Europea (UE) o la Unión Africana (UA), han enviado misiones al país para monitorear la votación, mientras unos 150.000 agentes de las fuerzas del orden han sido desplegados en todo el territorio.
Los kenianos no sólo eligen hoy a un nuevo presidente, sino también a 290 diputados y 47 asientos reservados para mujeres en la Asamblea Nacional (Cámara Baja), por un lado, y 47 parlamentarios del Senado (Cámara Alta), por otro.
Asimismo, los ciudadanos escogerán a los gobernadores y las asambleas legislativas de los 47 condados del país.
Kenia es identificada a menudo por la comunidad internacional como una potencia estabilizadora de la convulsa región del Cuerno de África y un socio leal de Occidente.