La solidaridad no tiene barreras y la sanjuanina Mariana Murua, de 35 años, conoce muy bien esa premisa. Toda su vida tuvo en mente ayudar, hasta que la pandemia por Covid-19 fue el momento exacto en donde entendió que tenía que poner de su voluntad para ayudar a los chicos de su cuadra. Así fue. Hoy es prácticamente una líder de su comunidad, que lleva el nombre de Bandera Argentina, en el departamento Chimbas.
Mariana, de chica, solía ayudarle a su mamá Miriam en algunas colectas para la Capilla Virgen de Luján, que justamente queda enfrente de su casa. Desde ese momento sintió la necesidad de crear un espacio que llevara el nombre de la advocación de María. Sin dudarlo, en diciembre del 2020 puso un par de banderas en la puerta de su vivienda, abrió los portones e invitó a los chicos a tomar la merienda. Esto no fue una conducta aislada, sino que se replicó por semanas hasta que se convirtió en costumbre.
Murua no estuvo sola en este proceso, sino que contó con la ayuda de otro vecino: Ricardo Esquivel. El hombre es el presidente de la Fundación DIBERBOL y fue este quien le abrió caminos para presentar todos los papeles en la Municipalidad de Chimbas para que la autorizaran a ayudar en su comunidad.
“Ayudar a mis vecinos de toda la vida significa un orgullo muy grande”, explicó.
Mariana tiene cinco hijos: Agostina, Luciano, Nahuel, Micaela y Rocío. Los chicos la acompañan para que ella pueda hacer eso que tanto le gusta: asistir a más de 50 pequeños que todos los martes y jueves llegan hasta su casa a buscar la leche y algo rico para comer. También está su hermana, Silvana, y sus cuñadas Cintia y Noelia que le alivianan las tareas.
“A veces no llegamos con todo, pero le ponemos mucho amor a lo poquito que tenemos”, sostuvo.
La semana pasada tuvieron uno de los festejos más importantes. El merendero colocó globos y carteles para cerrar lo que fue el Mes de las Infancias. Desde el municipio le enviaron un par de juguetes para que los sorteara entre los niños, que no todos son vecinitos, sino que también vienen de zonas aledañas como el Barrio Sarmiento.
“Siempre me gustó ayudar a los demás y creo que esta vez se me dio”, aseguró.
Ese día, también recibió el apoyo del docente Roberto Castro. El hombre enseña Karate a los chicos de la Bandera Argentina y durante esa jornada hicieron una exhibición que sorprendió a todos los presentes.
El sueño a futuro
Mariana tiene un gran sueño y es asistir a los chicos prácticamente todos los días. Además, de abrir sus puertas para contenerlos dentro de su hogar, ya que martes y jueves solo van y buscan las raciones, pero no pueden quedarse por falta de espacio. También pidió porque haya cursos en las instalaciones de la capilla para sacarlos de la calle y darles algunos tallares que les permita reforzar conocimientos escolares.