La esponja de cocina es uno de los objetos más utilizados en los hogares, pero también uno de los más contaminados. Estudios científicos han demostrado que puede albergar bacterias como Escherichia coli y Salmonella, responsables de intoxicaciones alimentarias.
Aunque muchos recurren a métodos tradicionales como hervirla o sumergirla en lavandina, una técnica menos conocida —y sorprendentemente efectiva— involucra un electrodoméstico común: el microondas.
Según expertos, calentar la esponja húmeda durante uno o dos minutos genera vapor que penetra en sus fibras, eliminando microorganismos patógenos.
Sin embargo, hay precauciones clave: no usar esponjas con partes metálicas, asegurarse de que esté completamente mojada y emplear un recipiente apto para microondas.
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