Ya no hay tiempo de lamentos para San Martín tras la derrota contra Atlético Tucumán. Debe sacudirse, levantarse y no dejar que se le escapen más puntos por lo menos como local. Por eso la misión de este lunes por la noche es ganarle al Deportivo Riestra y sumar todo lo que más pueda en casa si es que quiere salvarse del descenso.
Hay que decir que la expresión futbolística en tierras tucumanas no fue mala, sobre todo la del segundo tiempo. Pero con eso no alcanza, no le alcanza a este San Martín al que le cuesta salir de las derrotas (lleva cuatro al hilo) para mantenerse en la categoría.
El punto más flojo de este equipo es la conversión. Tiene la pelota, intenta, juega por los costados, pero no tiene peso ofensivo y el fútbol se gana con goles, algo de lo que careció durante todo este año.
Así las cosas, Leandro Romagnoli sabe que no hay mucho margen para los malos resultados, por su equipo y por él mismo.
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