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Los países de Latinoamérica han experimentado un inquietante “declive” en su libertad de expresión en los últimos diez años, según un ranking global difundido este martes, que coloca a Uruguay, Costa Rica y Chile entre los países mejor situados de la región.
Las Américas, y sobre todo América Latina, han sufrido un “deterioro bastante preocupante” en los últimos años en ese sentido, dijo a la agencia EFE Quinn KcKew, la directora de la organización Artículo 19, con motivo de la publicación del informe “The Global Expression Report 2019/2020: The state of freedom of expression around the world”.
El documento analiza 25 indicadores en 161 países a fin de crear un marcador general el que puntúa el estado de la libertad de expresión en una escala del 1 al 100. Según esto, agrupa a los países en las categorías de “en crisis”, “muy restringidos”, “restringidos”, “menos restringidos” y “abiertos”.
McKew destacó como llamativo “el caso de Chile, donde la respuesta del Gobierno contra las protestas ha sido excesiva y desproporcionada y ha resultado en un enorme número de casos de activistas heridos”. La experta mencionó precisamente como una de las “tendencias” observadas en Latinoamérica “el aumento de las represiones contra manifestantes” en la región, “donde la puntuación general ha ido declinando de forma continuada en los últimos cinco años, en parte por las restricciones a los medios para que no puedan operar plenamente”.
Según el citado informe, Ecuador experimentó una subida de su marcador durante periodos de cinco y diez años, pero vio su progreso ralentizarse en 2019 debido a las actitudes del gobierno del presidente Lenín Moreno en sus intentos por reprimir manifestaciones de protesta. También se observan en la región “numerosos desafíos a los derechos humanos en 2019, con amplias protestas y disturbios y liderazgos autoritarios que socavan la democracia”.
La corrupción y el crimen organizado son problemas clave, según denuncia el texto, junto con desapariciones forzosas y violencia contra periodistas y activistas, particularmente mujeres e indígenas.
A finales de 2019 se desataron manifestaciones, con frecuencia por descontento con políticas gubernamentales. También se movilizaron grupos feministas ese año, y el informe pone de ejemplo la canción de protesta “Un violador en tu camino”, surgida en Chile. Artículo 19 lamenta que esas protestas fueron abordadas frecuentemente con “excesiva violencia estatal” -sobre todo en Ecuador y Chile- y que hubo ataques a periodistas como “blanco” en línea con la tendencia global.
Al igual que los periodistas, los activistas también han sido criminalizados y estigmatizados por las autoridades, según el estudio. En parte, porque los gobiernos han respondido con la imposición de estados de emergencia y restringiendo los derechos de expresión y asamblea en Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, Nicaragua y Honduras.
Particularmente en América Latina, los periodistas son rutinariamente “blanco” de agentes estatales y no estatales y al menos 28 reporteros fueron asesinados en 2019, al detectarse un marcado incremento de actos violentos y de intimidación contra periodistas, activistas y comunicadores online. El asunto se agrava por entornos políticos cada vez más polarizados y la continua estigmatización de profesionales y activistas, sobre todo en México, Brasil, Venezuela, Cuba y El Salvador, denuncia el informe.
En el caso de Brasil, con la llegada del presidente Jair Bolsonaro se ha dado una enorme escalada de agresiones verbales a periodistas. El propio mandatario fue responsable de 10 ataques contra reporteros al mes en 2019, particularmente dirigidos a mujeres de ascendencia africana y contra activistas indígenas.
En el caso de México, lamentan la manera en que el presidente Andrés Manuel López Obrador se refiere repetidamente a la prensa calificándola de “vendida” y “elitista”. Se alude también al incremento de los ataques públicos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra los medios el pasado año, con sus continuas referencias a las supuestas “fake news” y sus calificaciones de “enemigos de la gente” a los medios.
En América Latina, como en otras partes del mundo, las agresiones físicas se han visto acompañadas de campañas de acoso online de “ejércitos de trolls” o simpatizantes de regímenes autoritarios. Entre otros hallazgos se denuncian las prácticas de vigilancia a activistas y periodistas como otra “tendencia emergente” en países como Colombia, Cuba, Chile, México, Nicaragua y Venezuela.
Entre los países que experimentaron en la última década algunos de los mayores declives en su libertad de expresión figuran Venezuela y Nicaragua, que están entre los últimos cinco de la región. En el caso de Venezuela, el informe resalta la llegada al poder de Nicolás Maduro en 2013, que marca una gran caída en su puntuación. Sobre Nicaragua se resalta que el presidente Daniel Ortega, que ha minado las estructuras democráticas en ese país desde 1985, infligió una “represión brutal” en 2018 contra manifestantes opositores al Gobierno.
Con información de EFE
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