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MIAMI (AP) — La Organización Panamericana de la Salud advirtió el miércoles que la desinformación que existe sobre una futura vacuna del COVID-19 ha provocado confusión y representa un obstáculo para contener la pandemia en la región de las Américas, la segunda más golpeada en el mundo después de Europa.
“La desinformación es una grave amenaza para la salud de nuestra región”, expresó la directora de la OPS, Clarissa Etienne. “Los rumores maliciosos y las teorías de conspiración pueden ser un obstáculo para los esfuerzos de vacunación y poner en riesgo la respuesta contra el COVID-19, causando muertes”, enfatizó sin dar ejemplos concretos de lo que describió como “abundante” información no científica.
Las declaraciones de Etienne tuvieron lugar en momentos que la región registra 18,8 millones de casos de coronavirus y más de 608.000 muertes. Cada día unas 100.000 personas reciben la noticia de que han contraído el virus, de acuerdo con información de la organización basada en estadística de los gobiernos de cada país.
Estados Unidos es el país que más casos ha registrado en todo el mundo: más de 8,2 millones, según el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins. Entre los 10 primeros de la lista con más casos se encuentran también Brasil, con 5,2 millones, Argentina, con más de un millón; Colombia cin 974.000; Perú, con 874.000; y México, con 860.000 casos.
Estados Unidos es también el país con más muertos —221.000— seguido por Brasil, con 154.000.
En todo el mundo, cerca de 40 millones de personas se han enfermado y más de 1,1 millón ha muerto.
En la conferencia semanal virtual de la OPS, sus funcionarios dijeron que la amenaza de casos persiste en todos lados, incluso en los países que han registrado una disminución momentánea de casos y muertes.
Más de 190 vacunas están siendo investigadas y 11 están en la tercera etapa de pruebas clínicas, pero ninguna ha sido aprobada hasta ahora. La OPS espera que en algún momento entre enero y junio de 2021 se complete el proceso para algunas de ellas, aunque no sabe cuándo será con exactitud que estén disponibles para el público.
La organización ha remarcado que aunque ahora, a diferencia que con otras vacunas para otras enfermedades, se trabaja contrarreloj, el proceso para desarrollarla es igual de riguroso que siempre.
Lo que ha cambiado, según Etienne, es la atención sin precedentes que se le ha dado al proceso de desarrollo de esta vacuna.
“La OPS sólo avalará la distribución de una vacuna que haya demostrado que es segura y efectiva en las pruebas clínicas, haya sido revisada por las autoridades regulatorias nacionales, y recomendada por la Organización Mundial de la Salud”, dijo Etienne, tras explicar que se trata del mismo proceso de aprobación que tienen que pasar todas las vacunas.
La gran mayoría de los países de Latinoamérica se han comprometido ya a adquirir la vacuna a través de un fondo especial que les garantiza una cierta cantidad mínima tras efectuar un deposito monetario. La OPS dijo que está trabajando con organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo para ayudar con el financiamiento.
Pero mientras la vacuna no esté disponible los países deberán seguir implementando medidas no farmacéuticas para proteger a la población y evitar una segunda ola, como la que está enfrentando Europa. Incluso en países como Brasil, cuyo presidente Jair Bolsonaro dijo que “los números están apuntando que la pandemia se está yendo”.
“No hay razones para celebrar una caída de la cantidad de muertos”, advirtió Marcos Espinal, el director de enfermedades transmisibles de la OPS. “Es tramposo bajar la guardia cuando todavía no tenemos una vacuna”, dijo al ser consultado sobre el caso específico de Brasil.
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