El juicio por la muerte de Julieta Viñales, la joven que falleció días después de ser operada de las amígdalas, continuó este miércoles en Tribunales con un testimonio que los querellantes consideran determinante. Se trata del otorrinolaringólogo Sebastián Lifschitz, quien intervino a Julieta cuando su salud ya había empeorado en el Hospital Rawson.
Consultado por la fiscalía, la defensa y la querella, Lifschitz ofreció detalles sobre la atención posterior a la cirugía realizada por Maximiliano Babsía, acusado de homicidio culposo por negligencia. La abogada querellante, Cristina Naveda, afirmó que su declaración “fue importante”, al coincidir en especialidad con el procesado y haber asistido a la paciente tras la intervención inicial.
Durante el juicio se destacó que Babsía en algún momento consultó a Lifschitz sobre el estado de Julieta, mientras los padres de la joven “no conseguían comunicarse con el otorrino”, señaló la madre, Cyntia Aboal, quien recordó que tras el paro cardíaco de su hija en el Hospital Rawson, Babsía “desapareció”.
También declaró la anestesista que participó en la operación, aunque desde la querella indicaron que su aporte “no dio luz al caso, fue limitado en sus dichos”.
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