Después de cuatro años de prohibición, el Vaticano volverá a albergar una misa tradicional en latín en el altar de la Cátedra de la basílica de San Pedro. La celebración, prevista para el sábado 25 de octubre, estará a cargo del cardenal estadounidense Raymond Leo Burke y marcará un hito para los fieles que defienden esta forma de culto, también conocida como misa tridentina o Forma Extraordinaria del Rito Romano.
La decisión representa un giro respecto a las políticas impulsadas por el papa Francisco, quien en 2021 restringió fuertemente el uso de esta liturgia a través del motu proprio Traditionis Custodes. Desde entonces, no se había autorizado ninguna misa de este tipo en San Pedro, lo que generó tensiones con sectores tradicionalistas.
“Con la llegada del papa León XIV se volvió a autorizar la celebración”, anunció recientemente el presidente del Coetus Internationalis Summorum Pontificum, organizador de la tradicional peregrinación anual que reúne a fieles, sacerdotes y religiosos de todo el mundo.
La misa tridentina, celebrada íntegramente en latín y con el sacerdote de espaldas a los fieles (ad orientem), fue aprobada en 2007 por Benedicto XVI para que las comunidades católicas pudieran acceder a una práctica litúrgica vigente durante siglos. La decisión de Francisco había frenado esta posibilidad y afectado directamente a la peregrinación Ad Petri Sedem, que desde 2012 visita cada año la Ciudad del Vaticano.
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