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Siempre se caracterizó por declarar sin pelos en la lengua y en la entrevista Líbero Vs de TyC Sports se mostró en la misma sintonía de siempre. Roberto Trotta, sin tapujos a la hora de repasar su trayectoria profesional que lo vio debutar en Estudiantes de La Plata, triunfar en Vélez (campeón de América e intercontinental), ser transferido a la Roma, pasar por River y hasta ser convocado a la Selección.
Una de las perlitas de la nota fue cuando reveló que tuvo un fuerte cruce con un par de periodistas partidarios del Fortín en ese entonces: Marcelo Palacios y Juan Carlos Pellegrini. Trotta recordó que ni el público ni los medios velezanos lo trataban bien y describió la situación que se presentó después de un partido con Talleres en el que se despidió el entrenador Eduardo Luján Manera: “Subo al colectivo y había periodistas. Raúl (Gámez) me miraba y me dice ‘dale, vamos’. Le digo que no, que ese micro era nuestro, no de periodistas”.
El temperamental defensor se quedó en la puerta del vehículo esperando a que bajaran los once cronistas (los contó) que iban a ser trasladados junto al plantel. “Justo en mi lugar la ventanilla daba adonde estaban parados ellos. Y ahí actué un poquito soberbio, en vez de mirar para otro lado, me quedé mirándolos como diciendo ‘este es mi lugar’. El Gordo Palacios me hizo señas y me dijo ‘vos para mí estás muerto’. Le dije que lo iba a buscar ya sabía dónde”, inició. Y remató la violenta anécdota: “Lo busqué (a Palacios) y lo veo al Profe (Pellegrini); le pregunté dónde estaba el Gordo y me dijo que se había ido. ‘Bueno, entonces te voy a cagar a trompadas a vos, sacate los anteojos’. A la tercera vez que le dije que se sacara los anteojos lo emboqué, con la mala suerte que le partí los anteojos y le abrí la nariz. Agarré mi bolsito y me fui. Diez años después le pedí disculpas”.
Entre otras bombas, eligió al bilardismo por sobre el menottismo porque considera a este último “una gran mentira”; consideró a Ramón Díaz como el peor entrenador de su carrera; y aseguró que Daniel Passarella lo citó a la selección argentina por clamor popular y periodístico y no por convicción, jamás le dirigió la palabra.
¿Por qué llegó a River y no a Boca en el 97? “Estuve a punto de jugar en Boca, no se dio porque Mauricio Macri, que era presidente, estaba de luna de miel en Italia y se olvidó de marcar el teléfono para que fuera. Se estaba armando el Boca de Bilardo y le dije que hablara con (Francesco) Sensi, presidente de la Roma. Fui a las oficinas del club y me dicen que me había comprado el pase River. ‘¿Cómo River si me habló Boca?’, le dije. Me respondió que estaban llamando a Boca pero no atendía. Claro, Macri estaba de luna de miel. River lo durmió y a la semana aparecí ahí”.
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