El padre Rómulo Cámpora cerró un ciclo de más de 20 años como capellán de la Policía de San Juan. Su labor, que comenzó en distintos departamentos de la provincia, lo llevó a estar presente en situaciones adversas, brindando apoyo espiritual y contención a los efectivos en el día a día de su tarea.
A lo largo de su servicio, el sacerdote combinó la función pastoral con un rol social, alentando a cadetes desde el inicio de su formación y acompañando el crecimiento humano y profesional de muchos de ellos. Su tarea lo acercó a diferentes realidades que enfrentan los policías y a experimentar “lo que significa estar al servicio de la provincia, de la patria y de la paz”.
Uno de los aspectos que más resaltó en su despedida fue el aprendizaje: la posibilidad de conocer la faceta más humana de la fuerza de seguridad. Subrayó que detrás del uniforme hay personas que trabajan con respeto y profesionalidad, incluso en circunstancias muy duras.
Además, el padre Cámpora expresó su gratitud por haber podido cumplir con esta misión y agradeció a Dios por haberle dado la sabiduría necesaria para sostener su tarea pastoral durante más de dos décadas.