En un momento incierto para la economía, el panorama laboral no es el mejor. Con un descenso de 205.000 empleos registrados desde noviembre, se siente un aire de preocupación en la sociedad. Los salarios, que deberían ser un alivio, han caído frente a la inflación, y la producción industrial no se queda atrás.
Durante el mes de julio, el empleo asalariado en el sector registrado sufrió una caída del 0,1% mensual, y las proyecciones no son alentadoras, ya que se espera una contracción del 0,3% para agosto, según datos de la Secretaría de Trabajo. Esto nos deja con una sensación agridulce, ya que el uso de maquinarias en el sector industrial también ha caído, alcanzando solo un 59,4% de su capacidad.
El miedo al desempleo se ha convertido en uno de los principales temores de la población, como lo revela una reciente encuesta. La situación se complica aún más con el descenso del salario real, que ha caído un 5,2% desde noviembre de 2023.
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