
Ocho años pasaron desde que el submarino ARA San Juan zarpó de Ushuaia rumbo a Mar del Plata con 44 tripulantes a bordo. Una semana después, el 15 de noviembre de 2017, la Armada registraba el último contacto con la nave en medio de un fuerte temporal en el Atlántico Sur.
Desde entonces, el país entero quedó paralizado por una búsqueda angustiante que combinó esperanza, incertidumbre y dolor. La operación de búsqueda se extendió durante meses y se convirtió en una de las más complejas de la historia naval argentina, con la participación de más de una decena de países.
Las familias denunciaron el mal estado del submarino, fallas en su mantenimiento, ocultamiento de información y abandono en la etapa de rescate. Aunque al principio no se hablaba oficialmente de víctimas fatales, los familiares salieron de la reunión informativa convencidos de que los 44 marinos habían muerto.
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