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Roma, 26 oct (EFE).- El director de orquesta Riccardo Muti cargó hoy contra la decisión del Gobierno italiano de cerrar los cines y los teatros con el objetivo de frenar la pandemia de coronavirus y pidió su reapertura, una reclamación compartida por todo el sector.
“Cerrar las salas de conciertos y teatros es una decisión grave. El empobrecimiento de la mente y del espíritu es peligroso y también daña la salud del cuerpo”, defiende el director en una carta abierta al primer ministro, Giuseppe Conte, desde “Il Corriere della Sera”.
El director aseguró comprender la responsabilidad del Ejecutivo “en este largo y trágico periodo” y la “necesidad impostergable de proteger la salud”, pero defendió la seguridad de los espectáculos.
Estos lugares, alegó, están gestionados “por personas conscientes de las normas anti covid, y las medidas de seguridad indicadas y recomendadas siempre fueron respetadas”.
“Tal decisión no tiene en cuenta los sacrificios, sufrimientos y responsabilidad ante la sociedad civil de miles de artistas y trabajadores que ahora, con razón. se sienten ofendidos y llenos de aprensión por el futuro de sus vidas”, reprocha al Gobierno.
Por todo esto, pidió al primer ministro que “devuelva la vida a las actividades teatrales y musicales”, por “esa necesidad de alimento espiritual sin el cual la sociedad se embrutece”, zanja.
Muti, uno de los grandes maestros de la música italiana, siempre se mostró vigilante ante el trato que la cultura recibe del poder.
En 2011, mientras dirigía el “Nabucco” de Giuseppe Verdi en la Ópera de Roma para conmemorar los 150 años de la Unificación del país, denunció abiertamente los recortes a la Cultura del Gobierno de Silvio Berlusconi, en plena crisis económica.
“Si acabamos con la cultura sobre la que se basa la historia de Italia, nuestra patria será bella pero perdida”, dijo entonces antes del bis del “Va pensiero”, himno en el que el coro de los esclavos entona el celebérrimo “Oh mia patria, se bella e perduta” (Oh patria mia, tan bella y echada a perder).
Ahora, nueve años después, el maestro vuelve a salir al paso para criticar la decisión del Gobierno de cerrar hasta el 24 de noviembre los lugares de la cultura para contener una pandemia que en las últimas semanas no ha hecho más que expandirse.
Esta petición fue compartida por todo el sector de la cultura y del espectáculo, que desde hoy debe echar el cierre de nuevo después de adaptarse a los protocolos sanitarios, con la consiguiente inversión, tras un confinamiento que lo mantuvo cerrado hasta junio.
El presidente de la Asociación General Italia del Espectáculo (AGIS), Carlo Fontana, había pedido en vano que no se decretara el cierre de estos espacios porque son completamente seguros.
“Como evidencian los datos de una investigación nuestra (…), los lugares del espectáculo han resultado ser de los espacios más seguros de reunión social. Creemos por lo tanto que la medida prevista penaliza injustamente a nuestro sector”, criticó.
El primer ministro aseguró que esta decisión fue “particularmente difícil”, al anunciar el decreto con las nuevas restricciones, y el ministro de Cultura, Dario Franceschini, ha prometido ayudas económicas para todo el sector.
“Es solo una pausa, después todo volverá a funcionar”, afirmó el ministro.
El Teatro de La Scala de Milán, para muchos la ópera más importante del mundo, ya ha anunciado el reembolso de las entradas de sus espectáculos hasta el próximo 24 de noviembre, mientras que su próxima temporada lírica sigue aún en suspenso.
También se está hablando mucho en Italia sobre las contradicciones de estas medidas.
El que fuera alcalde de Roma, Walter Veltroni, se preguntó si existe alguna certeza que indique que los bares y restaurantes, que desde hoy deben cerrar a las 18.00 locales (16.00 GMT) sean lugares de contagio y los medios de transporte abarrotados no.
“¿Es justo permitir las misas, con todo el respeto por las misas, y no los teatros y los cines?”, cuestionó en el programa “Che tempo che fa” de la televisión pública RAI.
El primer ministro ha aprobado estos nuevos “sacrificios” para poder frenar la curva de la pandemia, engrosada desde hace varios días por unos 20.000 positivos diarios, y sobre todo para salvar la temporada navideña.
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