Guillermo Álvarez, entrenador de Defensores de Argentinos, planteó al presidente del club, Diego Álvarez, una solución poco convencional para reforzar el arco del equipo. “El pibe que tenemos en el arco es bueno, pero necesita más trabajo y experiencia… Pero hoy el segundo arquero es el profe de educación física. Necesitamos un arquero y creo que lo tenemos en la tribuna mirando los entrenamientos. Es el papá de Lautaro Romero. ¿Qué te parece si lo sumamos?” relató el DT.
La respuesta fue inmediata: “Sí claro que sí, todo suma”. Desde la segunda fase, el arco de Defensores de Argentinos pasó a estar a cargo de Sergio Romero. La sorpresa tenía dos ingredientes principales: su edad, 48 años, y su llamativa cabellera en la parte trasera de la cabeza, en contraste con su frente calva.
Los jóvenes jugadores miraron con recelo al nuevo arquero, hasta que llegó el primer disparo al arco y el veterano portero demostró agilidad, moviéndose de palo a palo como si tuviera 20 años. Con la incorporación de Sergio, más jugadores como Joan Cuello y el Chelo Ferreira, Defensores comenzó a ganar y a mantener su portería imbatida.
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