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En el marco del Día del Camionero, muchos sanjuaninos que dedican su vida a este rubro pasan momentos insólitos, buenos, malos y hasta paranormales. Es así que algunos de ellos hablaron con TELESOL DIARIO y contaron sus experiencias. Se trata de los Graziano, una familia dedicada al transporte de distintos productos, por todo el país. En sus largos kilómetros recorridos, vivieron de todo y hasta cosas sin explicación alguna.
Sergio Graziano relató cuando un viaje con pasada por La Rioja, terminó de una manera inesperada. “Una vez iba por Chilecito y encontré un pueblito, llamado Pituil. Veo la entrada y me metí hasta el fondo. Ahí me paré y me acosté”, recordó. Pero lo estremecedor fue que lo despertaron y era un trabajador panteonero. “Me había metido al cementerio y estuve ahí toda la noche. Después me costó un montón sacar el camión de ahí”, relató entre risas.
Otra anécdota de Sergio fue un poco más lejos de la provincia y derivó en lo que se conoce como “sueño blanco”. “Estaba en Rosario, bajé a la autopista Rosario -Buenos Aires. Cuando me encontré en el peaje, a los 2 minutos miré por el espejo, no se veía nada, llegué a otro peaje y era Zárate. Se me desaparecieron 200 kilómetros, no sé cómo. Hice esa distancia sin darme cuenta“, detalló. Esta experiencia la viven miles de transportistas .
“Después, llegando a La Rioja venía con mucho sueño y escuchaba la radio. Era como si hablaba el conductor por encima de la música y decía “mirá mirá, se está durmiendo””, contó. “Yo lo sentía por la radio y agarré y apagué la radio. No había nadie en el camión y alguien me dijo “menos mal que apagaste la radio porque me tenía cansado”. Alguien me habló”, relató. Ante esa situación, volvió a encender el estéreo, abrió las ventanillas y aceleró, hasta el control de La Rioja.
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