Llegó el momento de dar ese salto -o el golpe, como dijo Lionel Messi- para la Selección Argentina. Ese paso en largo hacia un casillero más en este especie de juego de la oca en el que viene avanzando constantemente desde hace más de dos años, a pesar de algunos tropezones que tuvo en un camino que sigue siendo ascendente. El equipo de Lionel Scaloni está en el escalón que quería estar, la semifinal de esta Copa América ya lo sitúa en la misma situación que en la edición anterior, también disputada en Brasil. Pero ahora buscará ir más allá: ganarle a Colombia este martes desde las 22 en Brasilia y avanzar hacia la final en la que ya espera el anfitrión, con Neymar al frente.
El tercer puesto conseguido en 2019 fue bienvenido teniendo en cuenta el contexto de casi total renovación que atravesaba al conjunto nacional. De hecho, ese certamen fue el punto de partida del grupo que hoy quiere consolidarse como equipo y superarse para demostrarse a sí mismo que la ilusión que se fue generando de un modo mesurado, aunque avivada por el fuego de un Messi radiante, tiene sustento.
Jugar en el Maracaná significaría la materialización del progreso de la Selección. Y a eso apuntan el cuerpo técnico celeste y blanco, que tiene la premisa de darle continuidad a una idea al margen de meter alguna modificación en el once inicial. “Tenemos ganas de llegar a la final. El hambre de estos jugadores es evidente. El objetivo mínimo se cumplió, que era jugar los seis partidos, y ahora vamos por la final”, arengó el DT.
Sonrisas de Messi y compañía en el último entrenamiento antes de la semifinal. Foto: Reuters.
Puede no convencer del todo aún, claro. Puede incluso dejar algunas dudas en su juego (principalmente en defensa) que fluctúa a lo largo de los 90 minutos de cada partido. Así y todo, la Argentina está parada sobre un terreno más firme que hace tiempo atrás. Pero necesita un empujón más, un envión que sólo puede darle verse cara a cara con Brasil el sábado. Para eso, antes tendrá que vencer en la semifinal a Colombia, rival al que al que no pudo superar hace casi un mes en Barranquilla.
El 2-2 de visitante por las Eliminatorias dejó huella en el conjunto albiceleste, que ganaba cómodamente gracias a la rápida conquista del gol y a una muy buena producción en el primer tiempo. La merma de la intensidad en el complemento y los errores puntuales le produjeron la hemorragia de dos puntos valiosos sobre la hora. Desde allí, el foco estuvo puesto en mantener la búsqueda exitosa de pegar primero y corregir las graves fallas en el sector defensivo.
El debut copero con Chile no entregó mejoras; sin embargo, luego sí logró mayor solidez en las presentaciones siguientes. Recién Ecuador en cuartos de final pudo generarle algunas situaciones de peligro, en las que respondió muy bien Emiliano Martínez.
Scaloni busca una regularidad en su Selección Argentina. Foto: Reuters
Ni Uruguay, ni Paraguay tuvieron éxito en arrimarse al área argentina, que con el resultado a favor resignó en ataque para protegerse mejor. Bolivia, ya con todo sentenciado, se animó una vez y obtuvo un descuento que de nada sirvió. No es casualidad que en esos compromisos Guido Rodríguez haya estado en el círculo central. Su inclusión aportó mayor orden en el mediocampo y contención en las marcas y por ello le discute el puesto a uno que parecía intocable como Leandro Paredes.
“No puedo confirmar quién será titular. Incluso pueden jugar juntos Paredes y Rodríguez. Estoy contento con el rendimiento de los dos. Cualquiera que juegue puede hacerlo bien”, mantuvo la incógnita en el mediocampo, Scaloni.
Ahora, esta Selección intermitente intentará dejar de titilar para prenderse de una buena vez en una instancia decisiva como significa el umbral de otra final. De la mano de Messi, que está mostrando su mejor cara vestido con los colores de su país, la Argentina se medirá sobre el césped del estadio Mané Garrincha contra una Colombia que presenta otro nivel de complejidad que Ecuador, por funcionamiento y nombres propios.
Sin Radamel Falcao ni James Rodríguez, máximos referentes del equipo durante el buen ciclo de José Néstor Pekerman, Colombia anhela jugar la final veinte años después de su primer y único título como anfitrión, en 2001. Reinaldo Rueda recupera a un jugador clave como Juan Guillermo Cuadrado, quien cumplió la fecha de suspensión.
Scaloni tampoco podrá contar con Cristian Romero (distensión de rodilla derecha) esta vez y Germán Pezzella seguirá en la defensa.
Si gana, además de ir por el título, la Selección estirará el invicto a 19 partidos y quedará como la segunda mejor racha de la historia albiceleste, puesto que ahora comparte con el ciclo de Marcelo Bielsa (18). Pero, más allá de la estadística fría, el objetivo será terminar de pulir su identidad para caminar hacia otro casillero de este sendero en obra.