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Quiénes son y cómo trabajan los mosqueteros silenciosos de Lionel Scaloni

Son de Selección, de eso no hay dudas. Empezando por Roberto Ayala y sus 115 partidos con la camiseta argentina (ocupa el cuarto lugar histórico en presencias detrás de Lionel Messi, Javier Mascherano y Javier Zanetti) que llegan hasta 133 sumando la Sub 23. El Ratón tiene además tres Mundiales formando parte del plantel (en el 2002 se lesionó). Siguiendo por Walter Samuel (80 partidos entre juveniles y mayor y dos Copas del Mundo) y Pablo Aimar (100 partidos empezando en la Sub 17 y dos Mundiales de mayores jugados).

Ellos son los tres Mosqueteros de Scaloni.

Y con el técnico forman un equipo que tras consagrarse en la Copa América se hace visible incluso contra sus propios deseos. Porque se trata de un grupo de perfil bajo, moldeado (con excepción de Ayala) bajo la impronta de José Pekerman, con quien estuvieron todos incluso Scaloni.

En silencio, pendientes de los detalles, de las formas, de la convivencia. Y del trabajo. Son muy metódicos y obsesivos. Sobre todo en el análisis del equipo propio y de los rivales. Cuentan quienes los conocen que antes de cada convocatoria ven muchísimos partidos de cada jugador aspirante a ser llamado. Así sorprendieron con nombres como Nicolás González cuando jugaba en la segunda división de Alemania o Emiliano Martínez cuando apenas atajaba en el Arsenal.

Cuentan también que preparan cada partido de la Selección con un detallismo al nivel de Marcelo Bielsa y que, como ocurría con el Loco, cuando le dicen a un jugador “va a pasar esto”, pasa. Un ejemplo: Di María aprovechando la floja resistencia de Renan Lodi en el gol de la Copa.

Samuel, Ayala, Scaloni y el profe Luis Martin.

Samuel, Ayala, Scaloni y el profe Luis Martin.

De los rivales, aseguran, saben todo y en esto mucho tiene que ver un personaje menos conocido del cual hablaremos más tarde: Matías Manna.

Preparan mucho cada partido, en síntesis. Y los cinco (incluido Manna) participan activamente. Experiencia es lo que les sobra, no solo con la camiseta argentina. Samuel jugó en la Roma, en el Inter (campeón de la Champions League en 2010, entre otros títulos) y en Real Madrid. Aimar estuvo ocho temporadas en España (Valencia y Zaragoza) y cinco en Portugal (Benfica). Ayala pasó por Napoli, Milan, Valencia y Zaragoza. Es decir, lo que la gran mayoría del plantel vive en Europa todos ellos ya lo experimentaron. Y con éxito.

Walter Samuel es el más cercano a Scaloni en cuanto a amistad. Comparten el auto, los gustos, la edad. Pero respecto a las decisiones dicen que todos tienen participación al mismo nivel. Samuel y Ayala trabajan más con los defensores y Aimar con los volantes de ataque y los delanteros. Y de eso saben.

Filman todos los entrenamientos y para el cuerpo técnico es un tema vital: uno de los lemas no escritos dice “el que no entrena bien no juega”. Cuentan que muchas de las decisiones tomadas en este tiempo se explican a partir de esa máxima.

Volvamos a Matías Manna, otro Mosquetero, tal vez un outsider porque no fue jugador y no es conocido. Pero a los 35 años este experiodista acredita un curriculum diferente pero no menor. Hacia 2004 empezó a trabajar en un blog llamado Paradigma Guardiola. Un detalle: Pep todavía no era técnico. Luego lo lanzó y en 2006 el entrenador catalán lo invitó a tomar un café en su paso por Buenos Aires, el viaje del famoso encuentro con Bielsa.

Liones Scaloni y el analista de video, Matías Manna, en el predio de la Selección. 
Foto: @Argentina

Liones Scaloni y el analista de video, Matías Manna, en el predio de la Selección.
Foto: @Argentina

Se hicieron amigos. Más tarde el mismísimo Bielsa lo sumó como analista de videos al cuerpo técnico de la selección chilena. Después hizo lo propio Jorge Sampaoli, en Chile, Sevilla y la Selección Argentina. De allí lo rescató Scaloni. 

Volvamos ahora al predio de Ezeiza, a los entrenamientos, a la intimidad. La afinidad del cuerpo técnico con los jugadores también es clave. Y hay dos aspectos fundamentales: la cercanía de edad y la trayectoria.

Ayala, el más grande, tiene 48 años. Samuel, 43 (los mismos que Scaloni) y Aimar 41. El promedio del equipo titular en la final ante Brasil fue de 28 años. Los más grandes tienen 34: son Messi y Armani. El más chico es Julián Alvarez, con 21. No existe un abismo generacional.

Todo esto redunda, fue evidente, en el compromiso del equipo. Es cierto que una vez convencido Messi todo lo demás llegó solo. Leo se dio el gusto de compartir el día a día con Pablo Aimar, su ídolo. Eso sumó al excelente humor del capitán.

Messi pudo celebrar la medalla con su ídolo, Pablito Aimar.

Messi pudo celebrar la medalla con su ídolo, Pablito Aimar.

Pero no todo fue tan fácil. Quienes conocen la intimidad aseguran que hubo un quiebre y fue en la Copa América 2019. En Ciudad de Galo, después del fallido debut ante Colombia y antes del partido siguiente contra Paraguay. Al plantel le cayó muy mal enterarse por el periodismo de los cambios que iba a hacer Scaloni.

Se lo dijeron. El técnico reconoció el error de haber filtrado la información. No puso excusas. La charla empezó tensa y duró no más de quince minutos. Pero a partir de allí cambió el clima y la relación. Dicen que Scaloni y sus ayudantes son muy frontales, muy directos. También en los errores propios.

Otro tema que impactó profundamente en el plantel fue el manejo que Scaloni hizo del tema Di María, que pasó de criticar públicamente su ausencia a sumarse con total humildad y jugar la mayoría de los partidos como suplente de un casi desconocido Nicolás González. Cómo lo hizo no trascendió, aunque se sabe que fue de frente a todo el plantel. Eso los jugadores lo valoraron. Algo similar sucedió con el Kun Agüero.

También destacan el estilo, el perfil, el quedarse a un costado como hicieron en los festejos del Maracaná. Scaloni, Ayala, Samuel, Aimar y los demás colaboradores dejaron que fueran los jugadores los protagonistas. El cuerpo técnico se abrazó como solían hacer Pekerman, Tocalli y los suyos, con mucha emoción. Después fueron a saludar a los brasileños.

Recién cuando Messi buscó a Scaloni se sumaron. Son detalles que un plantel escanea. 

Abrazo del Alma entre Messi y el DT, con el capeonato consumado. 
Foto: NELSON ALMEIDA

Abrazo del Alma entre Messi y el DT, con el capeonato consumado.
Foto: NELSON ALMEIDA

Está claro que el manejo del grupo es una de las grandes virtudes de Scaloni y sus Mosqueteros. Puertas adentro, sin fuegos artificiales, a la medida de un cuerpo técnico de Selección.

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Redacción Telesol Noticias
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