La eliminación de River con Atlético Mineiro en la Copa Libertadores dejó varios interrogantes en Núñez, pero ninguno tan relevante como qué pasará con Marcelo Gallardo, cuyo contrato con la institución vence el 31 de diciembre. ¿Buscará nuevos desafíos o le pondrá fin al ciclo más exitoso de la historia del club?
Para Gallardo, el semestre no se terminó, por más que su equipo se haya quedado afuera del gran objetivo que siempre es la Libertadores. Después de digerir la dolorosa derrota en Belo Horizonte, el técnico pondrá la cabeza en el torneo local, la única competencia que le queda por jugar hasta diciembre.
Hay motivos de sobra para apuntar todos los cañones al certamen doméstico. Uno de ellos es que el Muñeco buscará sacarse la espina con el campeonato argentino, el cual todavía no pudo ganar desde que es técnico de River. Estuvo cerca tres veces (en 2014, 2017 y 2020) pero se le escapó al final. Y ahora buscará saldar esa deuda. Para ello, primero tendrá que volver a estimular a sus jugadores, golpeados tras la derrota con Atlético Mineiro.
Los jugadores de River tras la derrota ante Atlético Mineiro. EFE/Bruna Prado
La otra gran razón es que River no está clasificado para la Copa Libertadores del año que viene. No entrar a la máxima competencia internacional no solo sería un impacto deportivo, sino también económico. En el presupuesto 2021/2022 está contemplado llegar a instancias finales de la próxima Libertadores. River podría ingresar por tabla general (hoy está en zona de Copa Sudamericana) pero qué mejor que hacerlo ganando un campeonato.
¿Y después?
Marcelo Gallardo tras la derrota de River en Belo Horizonte. EFE/Bruna Prado
Todavía es prematuro hablar de la decisión del Muñeco. Hasta el momento, serán todas especulaciones. “Esta vez su balance será más profundo que otras veces”, le comentó una fuente cercana al entrenador a Clarín.
Lo que se desprende es que en esta oportunidad el análisis de Gallardo será más profundo. Tendrá que evaluar cómo seguirá el proyecto futbolístico de River, del cual él es el comandante, desde la Primera hasta las Infantiles, y si podrá contar con un equipo competitivo, entre otras cuestiones esenciales del día a día.
Rodolfo D’Onofrio dejará la presidencia. Pero la próxima dirigencia ya piensa en el futuro. Y en octubre le pondrán sobre la mesa a Gallardo un nuevo contrato. Con Jorge Brito y Matías Patanian al frente, si ganan las elecciones (las encuestas los dan como ganadores con amplio margen), habrá una continuidad del actual oficialismo.
Rodolfo D’Onofrio dejará de ser el presidente de River en diciembre.
No es menor que Patanian (estará al frente del área de fútbol) y Andrés Ballotta (fue tesorero en la primera gestión de D’Onofrio y volvería a ese lugar) vuelvan a formar parte de la dirigencia. El Muñeco los estima mucho.
Nadie se anima todavía a dar un vaticinio sobre qué responderá Gallardo. Una de las cosas para hablar es el aspecto económico. “No nos queda otra que hacer un ajuste para acomodar los números”, le reconoció a este diario un dirigente que seguirá dentro de la estructura.
Entonces, habrá que ver si Gallardo está dispuesto a aceptar esa nueva realidad y también cómo lo seducen los dirigentes para continuar. El entrenador sabe, de todos modos, cómo es el estado de situación. Está al tanto de todo. Y en caso de que decida quedarse, lo que sí pedirá, tal como manifestó a principios de año, es que estén todos alineados.
Pero para eso falta. Ahora, la cabeza de Gallardo estará en el certamen doméstico. Por primera vez en siete años, su River disputará en exclusividad casi la totalidad del campeonato local (restan 19 de 25 fechas, o sea tres cuartos de torneo). Hasta ahora tuvo superposición con otras competiciones y al momento de elegir, apuntó a la otra.
“Hay que pensar en el torneo local, limpiar esta eliminación de la Copa rápidamente y cambiar el chip para ver si en este semestre tenemos la chance de pelearlo hasta el final”, afirmó Gallardo en la conferencia de prensa posterior a la derrota con Atlético Mineiro. Hasta en los momentos más complicados, el Muñeco piensa en lo que viene.