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Los secretos de la vigencia de Los Murciélagos, esa marca registrada del deporte argentino

“¡Voy!”. “¡Voy!”. “¡Voy!”. “¡Voy!”. “¡Voy!”. No se escucha otra palabra cuando Los Murciélagos se entrenan en su cancha exclusiva en el CeNARD. Arqueros videntes, jugadores de campo no videntes, entrenador, colaboradores… Todos usan ese aviso imprescindible para marcar su lugar en la cancha y no chocarse. Pero andá a sacarles esa pelota con sonido interior a los muchachos del seleccionado argentino de fútbol para ciegos. Es su lugar en el mundo.

Hablar de Los Murciélagos es hablar de una marca registrada del deporte celeste y blanco. Si hasta San Google muestra imágenes del equipo entre las de los bichos de vida nocturna. Argentina es fútbol y el fútbol es Argentina. No hay con qué darle. Basta con ver uno de sus entrenamientos para palpar la energía que los nutre, la felicidad que transmiten y la familia que han formado.

En la previa de su debut en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, donde este domingo debutaron con un triunfo por 2-1 sobre MarruecosClarín charló con el goleador Maximiliano Espinillo, el histórico Froilán Padilla, el arquero Darío Lencina y el entrenador Martín Demonte sobre los secretos de la vigencia de este seleccionado con un palmarés notable y que quiere de una vez por todas subirse a lo más alto del podio.

“Los valores humanos son muchos y hacen que este grupo sea tan fuerte y unido. Trabajamos para un objetivo y lo hacemos con mucha responsabilidad y dedicación. Es una familia, porque todos aportamos algo como si fuéramos hermanos. Se nota que lo transmitimos, porque mucha gente nos sigue en las redes sociales y mira nuestros partidos. Les llevamos la pasión”, explica Padilla.

Los Murciélagos, juntos en su viaje a Tokio 2020.

Los Murciélagos, juntos en su viaje a Tokio 2020.

Los Murciélagos son una suma de valores y se fueron construyendo con el tiempo. Cada jugador lo demuestra en cada partido, en cada entrenamiento y en su vida cotidiana, en la que tienen que tomarse un colectivo temprano para venir a entrenarse de dos a cuatro horas por día para luego volver a su casa. Y los que viven lejos de Buenos Aires dejan a su familia durante mucho tiempo”, agrega Lencina.

Y reafirma el concepto Espinillo: “Queremos ser primeros del ranking y ganar todo lo que disputamos, pero no solamente somos una familia en la cancha sino afuera, porque siempre que pasa algo nos apoyamos más allá del resultado”.

A Demonte lo embarga la emoción cada vez que habla del equipo que conduce. “Los Murciélagos son una marca país y un fenómeno social. Es un equipo compuesto por personas que tienen un impedimento y la gente se ve reflejada en personas que tienen un problema por delante, porque somos un país que no la tiene fácil -describe-. Pero ante una situación conflictiva, Los Murciélagos tienen la capacidad y la personalidad para sobreponerse. Se agrupan y trabajan para soñar con ser los número uno. Y se animan a entrar a una cancha, jugar contra quien haya que jugar y decir: ‘Acá estamos nosotros y queremos ser los campeones’”.

Darío Lencina, arquero de Los Murciélagos.
Foto Germán García Adrasti

Darío Lencina, arquero de Los Murciélagos.
Foto Germán García Adrasti

El arquero Lencina se suma a esta montaña rusa de emociones y subraya: “Todo eso nos identifica y nos transforma en un grupo con compromiso por valores que queremos transmitir a la sociedad. Y eso que al comienzo veníamos al CeNARD y nos miraban por arriba del hombro como diciendo: ‘¿Qué es esto?’”.

Para Demonte, claramente la raíz futbolera del país tiene muchísimo que ver en el porqué del afecto recibido y el respeto ganado por Los Murciélagos. “La gente reconoce a los jugadores que son motivo de superación y referentes que pueden generar un cambio en la sociedad. Es un fenómeno que se da porque es fútbol y sentimos la pasión que nos atraviesa y que nos genera ese movimiento inexplicable en las fibras. El fútbol sala para ciegos es un deporte que motiva, que inspira y que contagia -va al hueso- Cuando vamos a diferentes lugares de toda Argentina o incluso a diferentes rincones del mundo, la gente reconoce al equipo”.

“Ser Murciélago es una forma de vivir”

Froilán Padilla, un histórico del equipo, en un partido de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
Foto AP

Froilán Padilla, un histórico del equipo, en un partido de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
Foto AP

Froilán integra Los Murciélagos desde hace 12 años y ni soñaba con este presente cuando se vino a Buenos Aires desde su pueblo de Santiago del Estero, donde jugaba “con bolsas o medias que le sacábamos a la vieja para para hacer una pelota y tratar de que tuviera un sonido”, como recuerda el hombre de pelo largo y una bonhomía contagiosa. Maxi se sumó en 2013 y es pieza clave de un equipo que no paró de ganar. Darío lleva 20 años y cinco Juegos Paralímpicos como uno de los arqueros. Y Martín trabaja en el equipo desde 2000 y es el director técnico desde 2009.

Ser Murciélago es una forma de vivir y de entender que ante la adversidad hay una oportunidad de sobreponerse en la vida. Cada jugador ha atravesado diferentes momentos traumáticos que los han llevado a desarrollar una fortaleza diferente. Este equipo viene con un plus de jugadores con fortaleza mental”, explica el entrenador.

Y puntualiza el momento que más disfruta: “Somos una gran familia y cuando nos juntamos y damos la arenga con palabras de ánimo, nos damos la fortaleza mental y espiritual que necesitamos. Nos abrazamos y sentimos que estamos hombro con hombro. Abrazados, entre todos somos uno”.

Como todos los atletas que se prepararon para Tokio 2020, tuvieron que entrenarse de manera virtual en el peor momento de la pandemia. “Nos tocó seguir la rutina a distancia durante casi ocho meses y la verdad que veíamos lejos a los Juegos Paralímpicos. Pero no fueron meses perdidos. Llegamos”, cuenta Espinillo, que quiere enfrentar a Brasil.

El festejo de Los Murciélagos en el Aomi Urban Sports Park, de Tokyo tras el 2-1 sobre Marruecos. Foto: REUTERS/Molly Darlington

El festejo de Los Murciélagos en el Aomi Urban Sports Park, de Tokyo tras el 2-1 sobre Marruecos. Foto: REUTERS/Molly Darlington

“Los partidos con Brasil son especiales en todo deporte, porque los argentinos siempre les queremos ganar. Nos ha tocado disputar finales con ellos y por detalles nos han sacado ventaja, pero creemos que trabajamos bien y este es el momento de ganarle a Brasil. Ya se siente el ruido de medallas”, se envalentona.

“¡Voy!”. “¡Voy!”. “¡Voy!”. “¡Voy!”. “¡Voy!”. No le aflojan a esa palabra para ubicarse. Y al espectador de ocasión pronto le resulta interesante un detalle clave: los chistes que se hacen con alguna ironía o mención a la ceguera. El prejuicio, obviamente, es de parte del que no los conoce, porque a la discapacidad hay que naturalizarla y no ocultarla ni describirla con palabras que no tienen sentido.

“Sí, nos hacemos chistes acerca de nuestra discapacidad. El hecho de no vernos lleva a que tiremos un montón de chistes y así lo vivimos y disfrutamos”, explica Padilla. “Las gastadas en la vida cotidiana son de todos los días -agrega Lencina-. Empiezan ellos y después nos acoplamos nosotros con nuestros condimentos. Y así se arma una vorágine que no termina más, pero siempre con una sonrisa”.

Para el entrenador Demonte, ese clima es fundamental en el grupo. “Todo equipo que se considere exitoso y ganador, además de saber jugar bien al fútbol, tiene que tener un plus: la química -define-. Que la buena energía atraiga lo bueno. Porque lo que pasa fuera de la cancha se traslada a la cancha. En Los Murciélagos la química es la clave, la buena onda, generar espacios para compartir y divertirse. Es parte del secreto. Nos decimos cosas con ironía, con humor y con gastadas también, pero siempre desde la buena intención y desde la risa. El humor es la clave. Todos queremos ganar, pero el que se olvida que se divierte, pierde”.

Pitazo final. Termina el encuentro con Clarín. Y la despedida la tiene Coqui Padilla: “Chau, nos vemos… si la ciencia progresa”.

Triunfo ante Marruecos en el debut

Houssam Ghilli pelea por el balón con Froilán Padilla en el Argentina-Marruecos. Foto: Reuters

Houssam Ghilli pelea por el balón con Froilán Padilla en el Argentina-Marruecos. Foto: Reuters

Los Murciélagos iniciaron con un éxito su participación en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. El seleccionado argentino de fútbol para ciegos cosechó un triunfo por 2-1 ante su par de Marruecos, por la primera fecha del Grupo B.

En el Aomi Urban Sports Park de la capital nipona, Maximiliano Espinillo convirtió los dos goles para Argentina, mientras que para el conjunto africano empató transitoriamente Zouhair Snisla. El equipo albiceleste formó inicialmente con Darío Lencina en el arco, Federico Accardi y Froilán Padilla como defensores, Ángel Deldo García en el mediocampo y Espinillo como delantero. Luego ingresaron Nahuel Heredia, Braian Pereyra, Nicolás Véliz y Marcelo Panizza.

El lunes, a las 7.30 de Argentina, Los Murciélagos jugarán su segundo partido del Grupo B ante España. El martes a las 4.30, siempre en horario de nuestro país, completarán esta ronda clasificatoria ante Tailandia. El Grupo A, en tanto, está conformado por Brasil, Japón, China y Francia.

HS

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