Después de un triunfo sencillo en el debut y de un festejo más trabajado en octavos, Diego Schwartzman buscará este viernes meterse en las semifinales del ATP 250 de San Diego. El Peque, 15° del ranking, tendrá un compromiso complicado ante el ruso Andrey Rublev, cinco del mundo y máximo favorito, ante el que buscará ponerle fin a una racha negativa que arrastra desde octubre de 2019 ante rivales del top 20 en canchas duras.
Desde hace varias temporadas, el argentino logra sacar a relucir su mejor tenis cuando juega en polvo de ladrillo. En 2020, el mejor año de su carrera, tuvo actuaciones brillantes en esa superficie, como la final en Roma, con triunfo en cuartos ante Rafael Nadal incluido, y las semis en Roland Garros.
Y en este 2021, acumula un récord de 12 victorias y ocho derrotas en canchas lentas, con el título de Buenos Aires y los cuartos en París (caída ante Nadal) como puntos más altos. Pero si se habla de superficie dura, la historia es otra.
En los últimos dos años, Schwartzman ganó 25 de los 44 partidos oficiales que jugó en cemento. En lo que va de esta temporada, sus mejores actuaciones fueron los octavos de final de los Masters 1000 de Miami, Toronto y Cincinnati y el US Open, torneo en el que se despidió al caer ante el neerlandés Botic van de Zandschulp, 117° del ranking.
Frente a jugadores ubicados entre los mejores 20 del ranking mundial, lleva doce derrotas consecutivas en torneos del circuito profesional que se juegan sobre canchas duras. Su última victoria la consiguió a fines de octubre de 2019 frente al francés Gael Monfils, por entonces 14 del mundo, en las semifinales del ATP de Viena.
Luego perdió con Dominic Thiem (5°) en la final de ese torneo; sumó ocho derrotas en 2020 y lleva otras tres en este 2021, ante el ruso Daniil Medvedev (4° en ese momento) en el round robin de la ATP Cup, frente al español Roberto Bautista Agut (17°) en los octavos de Toronto y ante el noruego Casper Ruud (11°) en esa misma instancia en Cincinnati.
El último triunfo resonante de Schwartzman en canchas duras -comparable con los batacazos en polvo que dio el año pasado en Roma ante Nadal y en los cuartos de Roland Garros ante Thiem- fue en los octavos de final del US Open de 2019, cuando le ganó en cuatro sets al alemán Alexander Zverev, que se ubicaba sexto en la clasificación.
El Peque tendrá ahora la chance de empezar a revertir esa tendencia negativa cuando enfrente a Rublev por un lugar en las semis de San Diego, un torneo que ingresó al calendario solo por este año, aprovechando el vacío que se generó por la cancelación de la gira asiática indoor debido a la pandemia.
El argentino y el ruso chocarán por tercera vez en sus carreras. En el primer enfrentamiento, en la ronda inicial de Roland Garros 2017, el porteño, 41° del ranking, necesitó cinco sets para vencer a un Rublev que estaba 118° y jugaba su tercer Grand Slam.
El segundo se dio el fin de semana pasado, en el marco de la Laver Cup, sobre la cancha dura de Boston. El ruso, afianzado entre los mejores del mundo, derrotó al argentino por 4-6, 6-3 y 11-9.
Schwartzman viene de ganarle 6-2 y 6-3 en primera ronda al italiano Federico Gaio, proveniente de la qualy, y en octavos, por 4-6, 6-3 y 6-2 al sudafricano Lloyd Harris, 32° del ranking. En tanto, Rublev debutó en segunda ronda con un cómodo festejo por 6-2 y 6-1 frente a estadounidense Brandon Nakashima, de 20 años e invitado de la organización.
Un triunfo ante el ruso le daría al Peque un envión anímico muy grande para el tramo final de la temporada, que se jugará en superficie rápida con citas importantes en el Masters 1000 de Indian Wells (del 7 al 17 de octubre), el ATP 500 de Viena (25 al 31 de ese mismo mes) y el Masters de París (1 al 7 de noviembre), los dos últimos bajo techo.