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Siete países tienen convocadas elecciones presidenciales de aquí a final de año, con Guinea y Costa de Marfil como las citas que más preocupan
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
África tiene un otoño cargado de citas con las urnas, con siete países que celebrarán elecciones presidenciales de aquí a que termine el año. Algunos de los países, como es el caso de Níger, Burkina Faso o República Centroafricana, se enfrentan a una situación de inseguridad que podría afectar su desarrollo, mientras que en otros, como Guinea o Costa de Marfil, preocupa la posibilidad de un estallido de violencia debido a la polarización social.
El primer país llamado a votar será Guinea el 18 de octubre. El presidente del país, Alpha Condé, optará a un tercer mandato tras haber puesto a cero el contador gracias a la reforma constitucional aprobada en referéndum el pasado mes de marzo en plena pandemia y con el boicot de la oposición.
Histórico líder opositor, Condé ha desoído las protestas que en el último año se han venido sucediendo en contra de que se saltara el límite de dos mandatos contemplado en la Constitución –y que se mantiene en el nuevo texto– y que se han mantenido tras anunciar su candidatura. Según Amnistía Internacional, al menos 50 personas han muerto en el último año en dichas protestas.
Frente a él, como ya ocurrió en las dos últimas elecciones, el presidente tendrá al principal exponente de la oposición, Cellou Dalein Diallo, quien durante meses fue el rostro visible del Frente Nacional para la Defensa de la Constitución (FNDC) que promovió las protestas pero que con su candidatura presidencial se ha distanciado de dicho movimiento.
El temor ahora es que en función del resultado pueda haber un estallido de violencia en el país, de ahí el que tras una reciente visita a Guinea la misión conjunta de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO), la Unión Africana y Naciones Unidas pidiera a las autoridades que las elecciones transcurran de forma pacífica además de expresar su preocupación por el clima de violencia reinante.
MAGUFULI, A POR SU SEGUNDO MANDATO
El siguiente país en votar será Tanzania, que lo hará el 28 de octubre en parlamentarias y presidenciales. El presidente, John Magufuli, confía en reeditar su victoria y seguir un segundo mandato al frente del país. Elogiado inicialmente por su lucha contra la corrupción, el mandatario ha sido objeto de crecientes críticas por la represión emprendida contra la libertad de expresión y la oposición, incluida la prohibición de manifestaciones, y la pandemia ha venido a tensar aún más el ambiente.
Frente a él, el candidato con más opciones es Tundu Lissu, quien en 2017 fue víctima de un intento de asesinato frente a su vivienda por el que hasta ahora nadie ha rendido cuentas. Las opciones del candidato de Chadema podrían aumentar si termina de concretarse la alianza con la Alianza para el Cambio y la Transparencia (ACT), cuyo líder Zitto Kabwe fue detenido en junio por violar la prohibición de manifestarse.
Una derrota de Magufuli supondría dejar fuera del poder a su partido, Chama Cha Mapinduzi (CCM), que ha dominado la escena política de Tanzania desde que el país alcanzó la independencia con Julius Nyerere al frente en 1961.
PRESIDENCIALES DE ALTO RIESGO EN COSTA DE MARFIL
Otra de las citas con las urnas de alto riesgo será la de Costa de Marfil el 31 de octubre. Su presidente, Alassane Ouattara, se disponía a dejar el cargo tras dos mandatos consecutivos pero la repentina muerte de quien iba a ser su delfín, el primer ministro Amadou Gon Coulibaly, le empujó finalmente a optar a un tercer mandato.
El paso ha sido duramente rechazado por la oposición y ha generado protestas que se han saldado con algunos muertos. A crispar aún más el ambiente ha contribuido la decisión del Constitucional de dejar fuera de las papeletas al expresidente Laurent Gbagbo y al ex primer ministro Guillaume Soro, dos pesos pesados de la oposición, ambos en el exilio.
Así las cosas, el también expresidente Henri Konan Bedié se ha erigido en el principal candidato opositor, arropado por quienes apoyan a Gbagbo y Soro, y ha llamado a la “desobediencia civil” en contra de la reelección de Ouattara. La situación ha generado preocupación en la comunidad internacional, habida cuenta de que Costa de Marfil ya vivió una grave ola de violencia tras las elecciones de 2010, después de que Gbagbo se negara a reconocer su derrota.
BURKINA FASO VOTA EN MEDIO DE LA VIOLENCIA
Por lo que se refiere a Burkina Faso, que celebrará presidenciales y parlamentarias el 22 de noviembre, la cita estará marcada principalmente por la grave inseguridad que afronta el país debido a la presencia de las filiales de Al Qaeda y Estado Islámico en el Sahel en su territorio. La intensificación de los ataques en los dos últimos años han dejado un millón de desplazados internos, el 5 por ciento de la población, y provocado una grave crisis humanitaria.
Pese a algunas voces a favor de aplazar la cita electoral debido a la imposibilidad de que los comicios puedan celebrarse en algunas zonas, la Asamblea Nacional aprobó en agosto una modificación de la ley electoral que avala que las elecciones puedan celebrarse aunque por “causas de fuerza mayor” algunos colegios electorales no puedan abrir sus puertas.
En este contexto, el presidente, Roch Marc Christian Kaboré, confía en lograr un segundo mandato. Sin embargo, la oposición, con Zephirin Diabré a la cabeza, está decidida a evitarlo para lo que el pasado agosto nueve candidatos presidenciales y 22 partidos sellaron un “acuerdo político” con el objetivo de lograr “la alternancia política”.
En el caso de Ghana, que celebra presidenciales el 7 de diciembre, su presidente, Nana Akufo-Addo, se muestra convencido de que obtendrá un segundo mandato porque, según él, ha cumplido con sus promesas. Frente a él, tendrá al expresidente John Mahama, que busca regresar al poder después de haberse convertido en 2015 en el primer mandatario en no ser reelegido en el cargo en el país, donde las elecciones han transcurrido tradicionalmente de forma pacífica.
PRIMERA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA EN NÍGER
Donde sí está garantizado el cambio es en Níger, ya que el actual mandatario, Mahamadou Issoufou, ha cumplido los dos mandatos legales y confía en que el país complete su primera transición democrática en los comicios del 27 de diciembre. No obstante, confía en que su delfín, Mohamed Bazoum, mantendrá a su partido en el poder.
El país, al igual que Burkina Faso, también se enfrenta a la violencia yihadista, en dos frentes, en el este a orillas del lago Chad, y el oeste en la frontera con Burkina Faso y Malí. Por ello, los distintos frentes de oposición han alumbrado la Coalición para una Alternancia Democrática (CAP 20-21) dentro de la cual el opositor Hama Amadou parece como el candidato con más opciones. Ya en 2016, forzó la segunda vuelta.
También están previstas presidenciales el 27 de diciembre en República Centroafricana (RCA), donde el presidente, Faustin-Archange Touadéra, confía en lograr un nuevo mandato pese a que el acuerdo de paz firmado con los principales grupos armados en febrero de 2019 parece tambalearse en los últimos meses, con un incremento de la violencia.
Entre sus rivales, destaca el expresidente François Bozizé, quien aspira a volver a ocupar el cargo del que fue apartado en el golpe de Estado de 2013. El calendario electoral va con retraso y desde la oposición se apuesta por un aplazamiento, algo que por ahora no se ha acordado.
Al margen de estas elecciones, Argelia celebrará el 1 de noviembre el referéndum sobre la nueva Constitución mientras que en Somalia está previsto que en diciembre se elija al nuevo Parlamento que a su vez designará al presidente, tras abandonarse el plan inicial de elecciones por sufragio universal.
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