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Así se vivió desde adentro el estreno de la increíble estatua que homenajea a Maradona en Nápoles

Anche io sono napoletano” (“Yo también soy napolitano”), quiso Maradona, Diego, que se leyera al pie de la estatua que él no llegó a ver y que el domingo dio una vuelta alrededor del estadio de Napoli que se llama, justamente, Diego Armando Maradona desde diciembre luego de que lo rebautizaran pocos días después de su muerte.

En un domingo lluvioso y frío en esta ciudad que aún lo llora, una hora antes de que comenzara el Napoli-Lazio de la 14ª fecha de la Serie A que ahora lidera el equipo en el que Maradona jugó entre 1984 y 1991, el himno que El Potro Rodrigo le dedicó tiñó las tribunas. Los napolitanos corearon el estribillo como si el cuarteto hubiera nacido aquí y no a más de 11 mil kilómetros de un estadio que es el tercero en tamaño de Italia y que antes de beatificar el nombre de Maradona se llamaba San Paolo.

Globos de helio con el “10”, banderas con el retrato de un Maradona floreciente de rulos y trapos que profesaban “Amore senza fine” (“Amor sin fin”) cobijaban la estatua del crack en movimiento, con la pelota rendida a sus pies, en un pique que quedó frizado en ese polaroid de bronce que desfiló por la pista de atletismo que rodea el campo ante los 40 mil hinchas que se deshilacharon las cuerdas vocales gritando “Ho visto Maradona, ho visto Maradona, eh, mamma, innamorato son” (“He visto a Maradona, he visto a Maradona, oh, mamá, enamorado estoy”).

La corrida clásica del Diez, con la pelota dominada.
Foto: ANSA / CIRO FUSCO

La corrida clásica del Diez, con la pelota dominada.
Foto: ANSA / CIRO FUSCO

Desde las dos pantallas a los costados de las tribunas, un video de un Maradona descalzo se dejaba tomar la huella de su zurda mágica que la estatua replica a la perfección.

La figura, del 1,67 que él medía, fue encargada por el polémico Stefano Ceci, el italiano que se disputa con los herederos los derechos de la marca Maradona.

Yo se la había prometido cuando lo nombraron ciudadano honorario de Nápoles -cuenta Ceci-. La estatua es un reflejo de Diego en todos los sentidos. No sólo en su altura sino que lleva la mano y el pie izquierdos de Diego tomados en 3D en 2017.”

El homenaje contó con la presencia del presidente del club, Aurelio de Laurentiis; del titular de la FIFA, Gianni Infantino; del intendente de la ciudad, Gaetano Manfredi; y del ex presidente de Napoli que estuvo al frente del club en aquellos días de gloria maradoniana y que los hinchas aman: Corrado Ferlaino.

Diego Maradona, el único hijo de Maradona que vive en Italia, había anticipado su ausencia. “Lo lamento, pero sí está el señor Ceci ni yo ni mis hermanas estaremos presentes. Tenemos un proceso judicial en su contra”, dijo.

Algunos ex jugadores como Beppe Bruscolotti, Salvatore Bagni, Fabio Cannavaro y Luigi Caffarelli asistieron a la ceremonia en el estadio donde, entre el segundo gol a los ingleses relatado por Víctor Hugo Morales y juegos de láser sobre el campo se escucharon palabras de Maradona en italiano: “Io con voi sarò sempre” (“Siempre estaré con ustedes”).

Pelé y Antonio Careca le dedicaron mensajes por video. “Era mi amigo, no podemos olvidarlo. Se merece el homenaje que esta noche le hace el Napoli”, dijo Pelé. “Fue un año triste, perdimos a nuestro gran Diego pero estará siempre entre nosotros. Le agradezco todo lo que hizo por nosotros y lo llevaremos en nuestro corazón”, señaló Careca.

Ferlaino no pisaba el estadio desde hacía 20 años. Dejó el club en 2002, luego de 33 años y varias alegrías: fue presidente durante la era Maradona y cuando Napoli festejó dos scudettos, una Copa Italia y una Copa UEFA.

“Diego nos dio la mentalidad ganadora, nos hizo entender que todo era posible -dice Farlaino, que ya cumplió los 90-. Nápoles no olvidará jamás a Diego porque Diego no olvidó nunca a Nápoles.” Caminar por Nápoles y ser reconocido como argentino equivale a escuchar mil y una anécdotas sobre Maradona. Cada napolitano tiene la suya. “La pizza que Diego comía en Dubai se la hacía mi hermano Giuseppe que trabaja en una de las cadenas de L’Antica Pizzeria da Michele”, jura Sergio, recepcionista del hotel UNA sobre la plaza Garibaldi.

Horas antes de que comenzara el partido los hinchas más melancólicos se sacaron fotos delante de una tela anudada al alambrado del estadio con una imagen del mito y una leyenda: “Chi ama non dimentica. Ciao Diego” (“Quien ama, no olvida. Adiós Diego”).

“Pónganse ahí que les saco una foto con Diego”, invitó Gianni a sus hijas. “Pero, papi, ¿Diego dónde está?”, le preguntó una de las nenas. “En todos lados, amor mío”, le respondió.

Corresponsal*

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