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Armenia y Azerbaiyán se acusaron este domingo de haber violado una nueva tregua humanitaria en Nagorno Karabaj, una semana después de un primer alto el fuego que nunca llegó a respetarse.
En un comunicado, el ministerio de Defensa azerbaiyano afirmó que las fuerzas armenias “violaron de manera grosera” el nuevo acuerdo, mencionando disparos con artillería y morteros y ataques a lo largo del frente de batalla.
Más temprano, fue la portavoz del ministerio armenio de Defensa, Sushan Stepanyan, la que denunció disparos de artillería y cohetes azerbaiyanos en el norte y sur del frente durante las tres horas posteriores a la entrada en vigor del alto el fuego a medianoche.
En un comunicado, el ejército de Karabaj también dijo haber sido objeto de un ataque enemigo en el sur, con “pérdidas y heridos de ambos bandos”. “Pero las infraestructuras civiles y las viviendas no fueron blanco de los disparos”, precisaron los servicios de rescate de Karabaj.
El sábado por la noche, “la República de Armenia y la República de Azerbaiyán acordaron una tregua humanitaria a partir del 18 de octubre, a las 00H00 locales”, según comunicados idénticos difundidos por Ereván y Bakú.
En Stepanakert, la capital separatista, la noche fue muy calma, según un corresponsal de la AFP en el lugar. Por la mañana, reinaba el silencio. La mayoría de los habitantes huyó de la ciudad desde el inicio de los combates el 27 de septiembre.
“Nuestro país quiere respetar la tregua pero los otros (Azerbaiyán) no la respetarán. No podemos creerles, incluso si hay un acuerdo, pueden fácilmente no respetarlo”, afirma Sveta Petrosian, de 65 años, consultada en las calles desiertas. Sus dos hijos están en el frente.
– Escalada la víspera –
La reanudación de los combates hace tres semanas dejó cientos de muertos y tras un primer intento fallido de alto el fuego, concluido hace una semana con la mediación de Moscú, el conflicto se intensificó el sábado.
Azerbaiyán juró “vengar” la muerte de trece civiles, incluido niños, que murieron en un bombardeo nocturno en Ganyá, segunda ciudad del país. Numerosas viviendas fueron destruidas por el misil, que dejó igualmente más de 45 heridos, según el fiscal general.
El anuncio de la tregua llega después de que el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, mantuviera conversaciones telefónicas con sus homólogos armenio y azerbaiyano, en las que subrayó “la necesidad de seguir estrictamente” el acuerdo de alto el fuego acordado en Moscú el pasado sábado, indicó el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, “celebró” el sábado por la noche la tregua, añadiendo que esta había sido concluida “tras una mediación francesa conducida en los últimos días y horas en coordinación con los copresidentes del Grupo de Minsk [Estados Unidos y Rusia]”.
En Ganyá, decenas de rescatistas trataban de encontrar supervivientes entre los escombros y reunían restos humanos en bolsas mortuorias negras.
“Vamos a vengarnos en el campo de batalla”, proclamó el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, en un discurso, calificando a su enemigo separatista y a su apoyo, Armenia, respectivamente de “perros” y “fascistas”.
Turquía, principal aliado de Bakú, acusó a Armenia de “crímenes de guerra”. La Unión Europea (UE) lamentó por su parte estos ataques y llamó una vez más a “todas las partes a dejar de atacar a los civiles”.
Ganyá, ciudad de más de 300.000 habitantes, ha sido blanco de bombardeos en repetidas ocasiones desde el comienzo de los combates.
Los separatistas armenios indicaron el sábado que Ganyá alberga “blancos legítimos”: base aérea, estado mayor de una brigada motorizada, fuerzas especiales, centro de operaciones de la defensa azerbaiyana, almacenes de carburantes y fábricas de municiones.
También acusaron a Azerbaiyán de haber atacado durante la noche infraestructuras civiles de Karabaj.
Una horas antes del bombardeo en Ganyá, se registraron ataques azerbaiyanos contra la capital del territorio separatista, Stepanakert, y la ciudad de Chucha.
Azerbaiyán logró conquistas territoriales en las últimas tres semanas sin haber obtenido sin embargo ningún triunfo decisivo. Bakú no ha revelado hasta ahora el costo del conflicto, ya que no publica ningún balance de víctimas militares.
Los separatistas afirman haber matado a miles de hombres. Oficialmente han perdido a 700 hombres y la mitad de los 140.000 habitantes fueron desplazados.
Además de una posible crisis humanitaria, la comunidad internacional teme que el conflicto se internacionalice. Turquía apoya a Azerbaiyán y Armenia, que respalda financieramente a los separatistas, forma parte de una alianza militar con Rusia.
Nagorno Karabaj, poblado en su mayoría por armenios cristianos, se separó de Azerbaiyán, país musulmán chiita de habla turca, poco antes de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, dando lugar a una guerra que dejó 30.000 muertos en la década de 1990. Desde 1994 rige un alto el fuego interrumpido a menudo por escaramuzas y enfrentamientos.
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