En busca de revertir el mal momento deportivo, Boca Juniors se movió para reforzar su plantel y puso la mira en Santiago Ascacíbar. Sin embargo, su propuesta fue rápidamente descartada por Estudiantes de La Plata. Según trascendió, el club xeneize ofreció a Marcos Rojo, exjugador del Pincha, más 2,5 millones de dólares a cambio del mediocampista, pero desde la dirigencia platense la respuesta fue negativa.
La postura del presidente de Estudiantes, Juan Sebastián Verón, fue tajante: el club no tiene intenciones de desprenderse de uno de sus jugadores más importantes en plena competencia de Copa Libertadores y del Torneo Clausura. A esto se sumó un factor emocional: el retorno de Rojo sólo sería posible si llegara como agente libre y ofreciera disculpas públicas por su salida en 2020, que dejó heridas en la hinchada.
Juan Román Riquelme, presidente de Boca, considera que Ascacíbar sería una pieza clave en el mediocampo y un buen complemento para Leandro Paredes. Ya lo había sondeado en mercados anteriores, y ahora volvió a insistir en medio de un contexto complejo para el club. Además, la operación pretendía resolver la situación de Rojo, quien actualmente no es tenido en cuenta por el DT Miguel Ángel Russo y cuya permanencia genera tensiones internas.
Desde lo deportivo y lo económico, Estudiantes cerró la puerta a cualquier negociación. Mientras tanto, Ascacíbar se mantiene enfocado en sus compromisos actuales y, aunque no descartó un futuro en uno de los dos grandes del país, en una reciente entrevista dejó entrever su simpatía por River, donde tiene conocidos y se sentiría más adaptado.