“¿Por qué volví? Porque Real Madrid necesitaba un entrenador, eso es lo que ha pasado… Para mí ha sido una gran ilusión volver, pero no ha sido mi decisión. Eso sí, lo estoy disfrutando”.
La respuesta de Carlo Ancelotti es de la semana pasada y provocó las risas de los periodistas presentes en la conferencia de prensa. Fue, también, una muestra de la personalidad casi transparente de este técnico de 62 años que cuando pocos lo tenían en cuenta para las grandes batallas volvió al Real Madrid para seguir haciendo historia. Y de la grande: desde este sábado es el único entrenador que ganó las cinco ligas más importantes de Europa.
Otra vez de punta en blanco con el Real Madrid, club del que fue despedido un año después de ganar la Champions League (la Décima, en 2014) porque decían que entrenaba poco, según unas dudosas estadísticas, Ancelotti no exterioriza nada que se parezca a resentimiento. Cuenta que la posibilidad de la salida precipitada de un club forma parte de su trabajo y de hecho esa experiencia la vivió también en Juventus, Chelsea, Paris Saint-Germain, Bayern Múnich y Napoli.
Carletto durante el triunfo de Real Madrid este sábado ante Espanyol. ( AFP)
Detalles, tropezones en una carrera impresionante. Con el conjunto merengue no había ganado la Liga española, ahora, en un regreso que casi nadie imaginaba después de las dos experiencias menores en Napoli y Everton, Carletto pagó su deuda. La primera vez había llegado al Madrid como “pacificador” (una de sus reconocidos méritos) tras el paso volcánico de José Mourinho, contratado sin éxito para ganar esa Champions tan deseada. La segunda, para reemplazar a Zinedine Zidane, quien había sido su ayudante de campo y aventajado alumno.
Repasemos: Ancelotti ganó la Serie A con Milan en 2004, la Premier League con Chelsea en 2010, la Ligue 1 con Paris Saint-Germain en 2013, la Bundesliga con Bayern Múnich en 2017 y la Liga con Real Madrid en 2022.
Pero ni los flashes de antes ni los de ahora lo cambiaron. Hay que decir también que el Ancelotti jugador, volante inteligente y líder natural, entrenador dentro del campo, ganó dos Champions League con el inolvidable Milan de Arrigo Sacchi y jugó dos Mundiales (1986 y 1990) con Italia.
Ancelotti sumó una nueva estrella a su palmarés. (AFP)
En su curriculum puede escribir además que integra el reducido Grupo de los 7, los técnicos que ganaron la Orejona como futbolistas y como técnicos junto a Miguel Muñoz, Johan Cruyff, Giovanni Trapattoni, Frank Rijkaard, Pep Guardiola y Zinedine Zidane.
Su foja de servicios es impactante pero sus últimas experiencias (Napoli y Everton) parecían estar debajo de los radares más exigentes. Se trata, entonces, de la resurrección de uno de los entrenadores más ganadores del mundo, con la particularidad de mantener un perfil bajo que debería contagiar a varios que ganaron menos y hablan más de ellos mismos.
Lo de Ancelotti es una marca: se llama liderazgo tranquilo, tal como se titula el libro que escribió junto a Chris Brady y Mike Forde. El libro, muy recomendable, no es una biografía ya que pone el acento justamente en el estilo de liderazgo que Carlo explica así: “Un enfoque tranquilo del liderazgo podría parecer a algunos un método blando, quizás incluso débil, pero no es eso lo que significa para mí, y definitivamente tampoco para todo aquel que haya jugado conmigo o para mí. La clase de tranquilidad de la que hablo es una fuerza. Hay poder y autoridad en ser tranquilo y mesurado, en dar confianza y en tomar decisiones fríamente, en utilizar la influencia y la persuasión y en ser profesional en nuestros enfoques”.
Ancelotti, por el aire en 2004 tras consagrarse con el Milan. (AP)
Que el liderazgo tranquilo funciona y genera compromiso en sus dirigidos dan fe, en el mismo libro y con múltiples elogios, Cristiano Ronaldo, Zlatan Ibrahimovic, Sir Alex Ferguson, Paolo Maldini y David Beckham, entre otros.
Fanático de Robert De Niro y de la película El Padrino, Ancelotti explica que una de sus principales tareas es gestionar las expectativas de los dueños de los clubes y evitar que esas presiones (el “ruido presidencial”) lleguen al plantel. No es tan sencillo.
Así supo gestionar los caprichos de Silvio Berlusconi, Florentino Pérez, Nasser Al-Khelaifi y Roman Abramovich, por ejemplo, más allá de algunas decepciones.
Carletto, campeón de la Premier League con Chelsea.(EFE)
“Aprendí que ningún sistema es más importante que el presidente del club. Si Berlusconi quiere entrar al vestuario para contarnos sus chistes tengo que entender que es su vestuario”, explica en el libro.
También supo domar los egos de Cristiano, Zlatan, Rivaldo y muchísimos más. Se lo ha descripto como “el hombre que susurra a las divas” y se ha dicho de él que tiene “una paciencia bíblica”. Todo parece cierto.
Dicen que nunca se enoja con sus jugadores, y él reconoce que ni siquiera lo hizo después de la catástrofe de su Milan en 2005, en Estambul, cuando Liverpool remontó un 0-3 en seis minutos y luego ganó por penales la final de la Champions.
Otro festejo del DT italiano, en Alemania, tras obtener la Bundesliga con el Bayern Munich. (AFP)
Pero hay cosas que no perdona. La “ética del trabajo” es una de sus obsesiones. Tampoco acepta que un entrenador o jugador no aprenda el idioma del país donde juega más allá de los seis meses.
Dentro del vestuario parece imbatible y en cuanto a la táctica, aunque siempre prefirió el 4-4-2 con el que brilló el Milan de Sacchi, fue pragmático para adaptarse a los jugadores. Uno de sus grandes aciertos fue cambiar la posición de Andrea Pirlo, un enganche que jugaba poco en ese puesto y que se transformó en uno de los mejores volantes centrales del mundo a partir del cambio posicional. Primero en el Milan, luego en la Juventus y en la selección italiana.
Humilde, dice Ancelotti: “Se lo debo todo a Zidane”. Y cuenta: “Zidane en la Juventus cambió mi idea del fútbol. En el Parma rechacé el fichaje de Roberto Baggio porque apostaba por un fútbol que encerraba a los jugadores en posiciones preestablecidas y que no preveía a un media-punta como Baggio. Con Zidane hice el proceso opuesto: construí el equipo alrededor del campeón, le hice un traje a medida”.
Carletto en PSG junto a Leonardo y Nasser Al-Khelaifi. (AP)
Ahora profesa un 4-3-3 y dentro de los aciertos en su nuevo Real Madrid se destaca el presente de Vinicius. Cuentan que Ancelotti llamó al brasileño en sus vacaciones para asegurarle que contaba con él aunque llegara Kylian Mbappé al equipo, algo que los medios repetían todos los días. Vinicius ha sido la gran revelación del flamante campeón, que además convirtió uno de los goles ante el Manchester City, en la semifinal de ida de la actual Champions.
De todas formas, Carletto afirma que puede aportar más “en lo defensivo, que es organización” que en la fase ofensiva que “es talento y creatividad”. Y con una modestia exagerada respecto a sus cualidades de futbolista dijo de la mágica habilitación de Luka Modric para el gol de Rodrygo ante Chelsea que resucitó al equipo en la vuelta de cuartos de final de Champions: “Para ese pase no tengo que decirle nada a Modric ni puedo enseñar a Benzema dónde meterse en el punto del penal. Ellos me enseñan a mí”.
Ancelotti con la Champions que ganó en Real Madrid. (REUTER)
No es tan así, según Roberto Martínez (técnico español de la selección de Bélgica) “Ancelotti está en condiciones de mirar a cualquier jugador y decirle ‘yo hacía eso diez veces mejor que tú'”.
Tal vez no se lo pueda decir a todos, pero sí a muchos. Lo que sin dudas los futbolistas respetan es su impresionante palmarés que desde ahora tiene un nuevo título: el único rey de las cinco grandes ligas.