Londres, 26 dic (EFE).- En un año desolado, quebrado con una brecha de cinco meses, la esperanza juvenil de la ATP la han puesto el español Carlos Alcaraz y el italiano Jannik Sinner, las dos grandes explosiones de un circuito necesitado de estímulos modernos.
Sin el torneo ‘Next Gen’ (Nueva Generación) que se disputa en Milán a final de temporada y que reúne a los ‘mini’ maestros, Alcaraz, Sinner -que lo ganó en 2019- y otra ristra de jóvenes talentos se han tenido que curtir en los torneos de los mayores y lo han hecho con éxito.
Siempre bajo el opaco manto de los más grandes, que son los que ocupan portadas y atraen público a los estadios -no este año-, los más noveles de este deporte emergen de las pistas contiguas, de la ausencia de ojo de halcón, de las decisiones dudosas y de los trayectos y alojamientos complicados para labrarse un nombre y un ránking que les permita ir entrando en campeonatos mejores.
TALENTO MURCIANO
Alcaraz, con 16 años, comenzó el año siendo el 490 del mundo y jugando los Futures que oferta la Academia Rafael Nadal en Manacor. Su buen hacer, amparado por Juan Carlos Ferrero, le llevó a ganar dos torneos seguidos en la isla del ganador de 20 Grand Slam y a alcanzar la final en Antalya (Turquía), antes de recibir una invitación para disputar su primer cuadro final en un ATP, en Río de Janeiro, donde además sumó su primer triunfo (ante Albert Ramos) a este nivel.
Su excelente progresión le hizo salir de Brasil cerca de meterse entre los 300 mejores del mundo, pero la pandemia abofeteó su temporada y Alcaraz tuvo que frenar hasta agosto, donde comenzó una exitosa gira en los Challengers de Italia, ganando en Trieste y haciendo final en Cordenons.
Esto le valió una plaza en la fase previa de Roland Garros, su punto negro de la temporada. Una derrota en primera ronda cercenó sus esperanzas en su primera incursión en el Bosque de Bolonia, pero le sirvió para agachar la cabeza y acabar el año con dos Challenger ganados más, Barcelona y Alicante.
Ya metido en el top 150, como número 141 de la ATP, Alcaraz podrá competir con regularidad en el circuito Challenger la temporada que viene y empezar a estrenarse en los ATP.
Su objetivo está claro. “Aspiro a seguir progresando y a llegar al top 50 en 2021”, dijo Alcaraz en una reciente entrevista con Efe en Murcia.
UN TIROLÉS PELIRROJO
El que ya lo ha cumplido es la segunda gran irrupción de este año, seguramente la más importante, la del italiano Jannik Sinner.
Este pelirrojo de 19 años, que dejó el esquí por el tenis cuando era pequeño, se ha convertido en el ganador de un título más joven en 12 años, al llevarse el torneo de Sofía.
Comenzó el año como número 79 del mundo, tras una gran escalada en el ránking a finales de 2019, y, aunque tuvo un inicio titubeante, en la segunda mitad de la temporada despegó.
Alcanzó los octavos en el Masters 1.000 de Roma a costa de Stefanos Tsitsipas y llegó a los cuartos de final de Roland Garros dejando por el camino a Alexander Zverev, hasta ser frenado por Nadal.
Para rematar su año de consolidación, hizo cuartos en Colonia y se llevó el trofeo en Sofía, con victorias ante Marton Fucsovics, Alex de Miñaur y Vasek Pospisil, entre otros.
Anclado ya en el puesto 37 del ránking, Sinner, que ha quemado etapas a más rapidez que algunos de sus predecesores en la ‘Next Gen’, está llamado a ser un futuro ganador de Grand Slam y probablemente sea la mejor promesa en el último lustro.
En 2021, tendrá que dar el paso en los torneos importantes y, sobre todo, medirse de tú a tú con el ‘Big Three’, ya que ese duelo contra Nadal es el único que ha jugado ante los tres grandes maestros.
“Mi sueño es ganar a Federer en Wimbledon”, apuntó este concienzudo jugador procedente de Italia, fábrica de talento gracias a su apuesta por el tenis, con decenas de torneos de todas las categorías cada año.
Otra de las apariciones fulgurantes fue la de su compatriota Lorenzo Musetti, un chico de 18 años que arrancó el año como número 364 del mundo, jugando la previa de Australia, y lo ha terminado dejando enmarcado uno de los mejores reveses a una mano en las entrañas del circuito.
Que se lo digan a Stan Wawrinka, que vio cómo este le rebasó en la pista de Roma, la que le dio a conocer alcanzando la tercera ronda, con victorias sobre el suizo y Kei Nishikori.
El impulso del gran torneo en casa, pese a que fuera sin público, le valió para ganar a la semana siguiente un Challenger en Forli. Aunque no llegó a tiempo de entrar en la previa de Roland Garros, Musetti, ya metido entre los 130 mejores, apunta a jugador divertido y estético.
Menciones de honor en la barrera de los 20 años merecen también el brasileño Thiago Seyboth Wild, ganador del título en Chile, y el estadounidense Sebastian Korda, hijo de Petr y octavofinalista en Roland Garros.
Manuel Sánchez Gómez