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CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Los dos cárteles del narcotráfico más poderosos del hemisferio están disputándose el núcleo industrial y agrícola del centro de México, el estado de Guanajuato, el cual ha atraído al crimen organizado por la misma razón por la que atrajo a las automotrices: redes carreteras y ferroviarias que llevan directamente a la frontera mexicana con Estados Unidos.
Guanajuato fue por mucho tiempo una región relativamente tranquila y adinerada del país, un estado famoso por sus pueblos coloniales y turísticos como San Miguel de Allende, el Festival Internacional Cervantino y múltiples fábricas automotrices que abastecen al mercado estadounidense.
Pero ahora también está sumamente afectado por la violencia.
El sexto estado más poblado de México registró más de 3.400 homicidios en los primeros nueve meses de este año, más que cualquier otra entidad del país. También ha sufrido la muerte de la mayor cantidad de policías en servicio que cualquier otro estado.
La mayoría de los hechos violentos se deben al enfrentamiento entre el ascendente Cártel Jalisco Nueva Generación, asentado en el vecino estado de Jalisco, y un grupo local que adoptó el nombre del pueblo donde fue creado, Santa Rosa de Lima. El conflicto se ha intensificado desde que el grupo local, debilitado tras las detenciones de sus líderes, se ha aliado con el que por mucho tiempo fue uno de los cárteles más poderosos de México, el de Sinaloa, preocupado por el ascenso del CJNG.
Gran parte de los enfrentamientos se deben al control del mercado de las metanfetaminas, tanto para su distribución a Estados Unidos como a nivel local, donde el color de las pastillas o las marcas en el empaquetado en el bolsillo de un adicto podrían ser decisivas para que viva o muera.
El CJNG vende metanfetamina cristalina a 2,30 dólares por dosis. Su rival, Santa Rosa de Lima, vende metanfetaminas azules a menor precio, 1,40 dólares.
Traer metanfetamina del color equivocado “es una sentencia de muerte segura” para el vendedor, dijo David Saucedo, analista de seguridad en Guanajuato. ”Las masacres de narcomenudistas, los ataques a funerales, donde seguramente el familiar tenia algún nexo con otra organización”.
Se desconoce si la diferencia de colores es resultado de distintos procesos de producción, o si se trata de algo intencional. Quizá no sea coincidencia que un líder recientemente arrestado del cártel de Santa Rosa reciba el apodo de “El Azul”.
Ambas partes también le ponen marca a sus envolturas de plástico. Las del cártel de Jalisco suelen tener las siglas “CJNG”, o “Grupo Elite”, o la imagen de una calavera con una bayoneta y una pistola. El símbolo que usa el cártel de Santa Rosa es un triángulo con una calavera y un par de marros, una referencia al apodo de otro de sus líderes detenidos.
Sophia Huett, la secretaria de Seguridad Pública de Guanajuato, dijo que esas marcas podrían ser aún más relevantes.
“Más que el color, es una idea, por un tema de sello, de identidad, porque además ver el posible color, que no ocurre en todos los casos”, destacó.
La batalla se ha vuelto similar a la ocurrida en Chicago durante la era de la Prohibición, cuando hombres armados baleaban casas o negocios en los que rivales operaban, ya sea con drogas u otro contrabando.
“Son las masacres en puntos de venta de narcomenudeo y huachicol (combustible robado). Van a una tienda, un expendio, un vulcanizador (reparación de neumáticos) y matan a todos, para destruir un punto de venta; estallan granadas de fragmentación”, explicó Saucedo.
El cártel Santa Rosa de Lima se extendió a las drogas después de haber comenzando asaltando trenes de carga y robando combustible de oleoductos del gobierno, una actividad que atrajo fuertemente la atención de las autoridades, enfurecidas por la pérdida de ingresos.
Con la policía acercándosele en julio, el líder del cártel de Santa Rosa, José Antonio Yépez Ortiz —conocido como “El Marro”_, solicitó desesperadamente una alianza con el cártel de Sinaloa para frenar al CJNG, actualmente el grupo criminal de más rápido crecimiento y más violento de México.
El CJNG de antemano ha ingresado en al menos 20 estados, en ocasiones publicando videos en internet en los que aparecen columnas de hombres fuertemente armados con vehículos blindados a mano y emitiendo promesas vagas y que no suelen cumplir sobre no cometer secuestros ni exigir el pago de cuotas a la población a cambio de protección.
Saucedo dijo que el cártel de Sinaloa se mostró reacio a apoyar al de Santa Rosa, cuyos líderes eran considerados pandilleros poco confiables y burdos. Pero, de acuerdo con Saucedo, la detención de “El Marro” ha llevado al cártel de Sinaloa a intervenir en Guanajuato, a fin de evitar que el CJNG tome el control.
“Habíamos tenido la pugna entre dos cárteles, pero ya lamentablemente ha entrado un tercer cártel en el conflicto”, afirmó.
Por su parte, Huett señala que el cártel de Santa Rosa busca “apoyar organizaciones locales justamente para que tengan la capacidad de fuego, incluso numérica o incluso de perfiles criminales, es decir, de homicidas, para poder hacer frente a esta organización de Jalisco, buscando un poco contener su expansión”.
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