El sillón es de cuero blanco y está percudido en varias partes. Lo trajeron el miércoles por la noche, entre varias, y desde entonces está a un costado en la intersección de la Avenida Rivadavia y Montevideo. Le colocaron algunas lonas y banderas encima, pero la realidad es que la estética no les importa.
“Es cómodo”, resumen Valentina Mencia (16), Juliette Romeou (15) Sam O. (17) y Paula Bernardo (17), compañeras de organización por los Encuentros de Feminismo Popular. En una charla con Infobae, las chicas (“les secundaries”, como se definen ellas) cuentan que llegaron desde Mataderos, Villa del Parque, La Paternal y Flores, respectivamente.
Tienen la cara decorada con purpurina violeta y verde y llevan barbijos y pañuelos a favor del aborto legal, seguro y gratuito. Están entusiasmadas, como lo estuvieron en agosto de 2018 cuando el proyecto de despenalización del aborto llegó al parlamento argentino, pero no se convirtió en ley por un escaso margen.
“Fue un bajón”, dice Valentina a Infobae. Juliette, que es de Entre Ríos, en ese momento había viajado a Paraná para juntarse con otras militantes. “En la euforia esperábamos otra cosa. Fue un batacazo”, recuerda. “Por eso hoy respiro un aire de orgullo. Porque desde ese momento hasta acá jamás bajamos los brazos. Pusimos en jaque a toda la sociedad”, agrega.
A partir de las once de la noche, armaron una olla popular. “Trajimos diez kilos de arroz, seis kilos de tomate y nos estamos abasteciendo con hielo en una heladerita. Alcohol, por ahora, no tomamos ni una gota. Lo estamos guardando para cuando se vote, así festejamos”, cuentan.
A pocos metros de ellas, otro grupo de amigas también planea su vigilia. Son siete y llegaron desde Dock Sud, en el partido de Avellaneda. Son, además, integrantes del Ciclo Peperina (un espacio multi-artístico, cultural y autogestivo) y, aunque todavía falta la votación, especulan acerca de lo que puede llegar a pasar dentro de unas horas.
“Para mí se va a aprobar, no hay otra”, apunta Ye Duarte (27). En el centro de la ronda que forma con Mica, Cobalto, Emi, Daina, Fer y Lucila, hay tuppers con pollo en trocitos, ensalada y agua mineral. “Con esto tiramos hasta la madrugada”, apuntan.
De cara a una de las tantas pantallas que se colocaron para que la gente pudiera seguir el minuto a minuto de la votación, Lucía Calvo y Agustina Carmona tienen vista preferencial. Sentadas sobre dos reposeras verdes, con coca cola para el fernet y hielo, las militantes de la Juventud Radical vinieron “a marcar la cancha”.
“Es nuestra manera de darle un mensaje a nuestro partido’’, dice a este medio Belén Pérez, Presidenta de la Juventud Radical Nacional. Belén llegó de Misiones este miércoles a la tarde. “Estábamos preparando esta movida desde que el presidente Alberto Fernández envió el proyecto de ley”, agrega.
La noche del “10” de diciembre
Son pasadas las 23 y sobre la Avenida Callao (del lado “verde”) el clima es de fiesta. Hay música, choris, patys. También hay rostros colorados, cuerpos ardidos y transpirados. Son los de aquellos y aquellas que llegaron temprano y pasaron gran parte de la jornada estoicos, al rayo del sol.
Desde el escenario, el colectivo de Actrices Argentinas lee un discurso y es ovacionado. “La aprobación de esta ley no será el triunfo de un gobierno o un partido, será el triunfo de la lucha histórica que hoy es una inmensa marea verde y no tiene vuelta atrás, gracias a la incansable militancia y el trabajo transversal de todo el movimiento de mujeres y diversidades, de innumerables colectivas y personas que se han plegado, de legisladores y diputades que comprendieron y se comprometieron con el tiempo que nos toca vivir”, sostuvieron.
Del otro lado de la Plaza del Congreso (del lado “celeste”), a metros de la Avenida Hipólito Yrigoyen hay menos movimiento y muchos rezos. Se respira un ambiente más familiar. De eso da testimonio Noelia Estévez. Directora de dos jardines de infantes estatales y madre de cuatro hijos, la mujer de 44 años está instalada frente al edificio parlamentario junto a su marido y sus hijas, de 18 y 21 años.
Llegaron desde Campana con dos con reposeras azules, un banquito blanco y un par de lonas: lo necesario para esperar hasta que los diputados voten. Tienen, además, una cantimplora con agua y dos tubos de papas fritas. Más tarde, explica Noelia, seguro compren algo para la cena.
“Estamos acá porque estamos en contra de la legalización del aborto. No es la primera vez que venimos, estuvimos en todas las marchas anteriores”, sostiene la mujer. Hace una pausa y agrega: “Conozco los efectos del aborto. Hay muchas mujeres que quedan traumadas de por vida. Se preguntan: ‘Si lo hubiera tenido, ¿qué estaría haciendo mi hijo hoy?’. Si hay una vida, hay derechos”, sentencia.
Liliana Arriegui tiene 62 años y tres hijos. Lleva puesto un barbijo y un pañuelo celeste en la muñeca, una remera azul y unos pantalones grises. “Estoy acá porque estoy a favor de la vida. Perdí dos embarazos, uno de cuatro meses, y tengo una hija que no puede concebir. Es inhumano tratar de convencer a las chicas de que quieran abortar. Hay miles de oportunidades: nosotras podemos ayudarlos. No todo la Argentina está de acuerdo con esto”.
Liliana es Administradora de empresas, pintora y restauradora. Llegó de Berisso, junto con Comunidad Parroquial Santos Pedro y Pablo de Berisso. Mientras cuenta que piensa quedarse toda la noche, saca de una bolsa un almohadón celeste y blanco. “Me voy a sentar acá”, muestra.
Son cerca de las 2 de la madrugada y, en la Cámara baja, los diputados continúan con sus exposiciones. Aunque la votación estaba prevista para este horario, cerca de la medianoche se confirmó que será entre las 6 y las 7 de la mañana.
Como en 2018, será una sesión maratónica. Mientras tanto, desde las calles y las redes sociales la vigilia verde continúa: #AbortoLegal2020, piden.
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