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Coria Lahoz advirtió fuertes riesgos para la industria local por el nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos

Coria Lahoz advirtió fuertes riesgos para la industria local por el nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos

El convenio, anunciado oficialmente por la Casa Blanca y celebrado por ambos gobiernos, plantea una amplia apertura recíproca de mercados, reducción de aranceles, homologación de normas y la eliminación de múltiples barreras no arancelarias. Sin embargo, para Coria Lahoz, el riesgo principal es claro: “Competir de igual a igual con la economía más grande y tecnológicamente desarrollada del mundo deja en desventaja automática a la producción local”.
“Si una pyme fabrica una maquinaria y al día siguiente entra John Deere sin aranceles, desaparece de la faz de la tierra”
El economista explicó que el punto más sensible del acuerdo es la apertura para bienes industriales. “Una apertura indiscriminada es un problema serio. Muchas empresas argentinas llevan décadas remando para sostener un rubro, fabricando maquinaria, repuestos o componentes. Pero si mañana entra al país un gigante norteamericano con cientos de variedades y sin aranceles, no tienen forma de competir”, sostuvo.
Según ejemplificó, sectores como caucho, plástico, metalmecánica, autopartes y bienes de capital podrían sufrir una presión inmediata:
“Estados Unidos hace lo mismo que nosotros, pero multiplicado por mil. Si abrís todo de golpe, más de una empresa va a empezar a chillar porque no puede sobrevivir.”
Coria Lahoz señaló que el desafío es evitar que un shock de competencia provoque cierres masivos:
“Si una industria está condenada a desaparecer por este acuerdo, alguien tiene que pensar cómo salvarle la vida a las 25 o 50 familias que dependen de esa pyme. La economía no es para Excel, es para las personas.”
Un acuerdo que funciona como un área de libre comercio: “Argentina pasa a ser casi una provincia de Estados Unidos”
El economista interpretó que la eliminación de barreras técnicas y la aceptación automática de normas estadounidenses implica un nivel de integración muy profundo:
“Si un auto cumple las reglas en Detroit, podrá venderse en Argentina como si lo mandaran de Arkansas. Acá ya no le podés pedir nada.”
Este tipo de homologación, en teoría, favorece la importación rápida y sin trabas. Pero también deja sin herramientas regulatorias a sectores locales:
“Las regulaciones no arancelarias son las que te dan tiempo para que no te inunden. Si las levantás, entran millones de piezas, autopartes o insumos que acá se fabrican en cantidades mínimas. Ahí es donde el impacto puede ser feroz.”
Beneficios para sectores exportadores: acero, aluminio, carne y economía basada en recursos
Coria Lahoz reconoció que el acuerdo ofrece oportunidades importantes, especialmente para exportadores de recursos naturales y materias primas, rubros donde Argentina es competitiva.
Acero y aluminio
Con la eliminación del arancel del 50% y el ingreso a cupos de exportación, empresas como Acerías o Aluar podrían beneficiarse, dado que la producción local tiene nichos exportables.
Carne
Uno de los puntos más destacados es que Estados Unidos fijará una cuota ampliada de 80.000 toneladas para carne argentina, cuatro veces más que la actual.
Para Coria Lahoz, esto abre un potencial a largo plazo:
“No tenemos hoy esa carne disponible, pero si el acuerdo dura 15 o 20 años, Argentina puede recrecer su rodeo y ocupar esa cuota.”
Minería: oportunidades por menor costo logístico y tecnológico
El economista señaló que en el caso de San Juan, la minería no sufriría impacto negativo, ya que las grandes empresas internacionales ya operan en la provincia:
“Las principales mineras del mundo ya trabajan acá. Lo que sí mejoraría es el acceso a maquinaria, tecnología y repuestos, hoy frenados por trabas aduaneras.”
Relató un problema frecuente: máquinas de millones de dólares detenidas por la falta de un repuesto de pocos dólares que no lograba importarse.
Con la apertura, sostiene, eso desaparecería:
“Caterpillar puede llenar un barco con equipos y repuestos sin las trabas actuales. Eso agiliza la producción minera y petrolera.”
Pymes industriales: el sector más vulnerable
Coria Lahoz fue tajante: la parte industrial argentina —sobre todo las pymes— ha crecido bajo protecciones, regulaciones y barreras que les permitían subsistir. Sin un proceso gradual, afirma, el impacto podría ser devastador:
“Una pyme de 10 empleados que dobla chapas no puede competir con un gigante estadounidense. Si no hay transición, la barrés del mapa.”
Y añadió:
“Las complementaciones industriales llevan décadas, como pasó en el Mercosur. Si acá lo abrís de golpe, no hay tiempo para adaptarse.”
Complementación o extinción: el desafío de la integración
El economista destacó que en un escenario ideal, la industria local podría integrarse con la estadounidense mediante la división de procesos:
“Vos fabricás lo blanco, yo fabrico lo negro. Exportamos ambos. Eso sería fantástico.”
Pero advirtió que la lógica real no siempre es esa:
“Muchas empresas de allá producen toda la línea completa y no necesitan complementarse con nosotros. Ese es el riesgo.”
Costos en el corto plazo y beneficios en el largo: un equilibrio difícil
Para Coria Lahoz, el mayor peligro es que los costos sociales se produzcan de inmediato —pérdida de empleos, cierre de fábricas, reconversión forzada— mientras que los beneficios productivos llegan mucho después.
“Los gobiernos deben pensar cómo disminuir el impacto social. Si no, en busca de eficiencia económica, terminan destruyendo el empleo en el cortísimo plazo.”
Un acuerdo amplio que reconfigura el vínculo bilateral
El acuerdo firmado por Estados Unidos incluye:
• Reducción o eliminación de aranceles a productos de ambos países.
• Homologación de normas técnicas, que permitirá el ingreso automático de autos, maquinaria, equipos médicos y fármacos certificados en EE.UU.
• Remoción de barreras no arancelarias, como licencias, formalidades consulares y el impuesto estadístico.
• Reforma del sistema de propiedad intelectual para alinearlo a estándares internacionales.
• Apertura agrícola, incluyendo ganado en pie, carne vacuna, menudencias, carne porcina y, en un año, aves de corral.
• Compromisos ambientales y laborales, como el combate al trabajo forzoso.
• Cooperación en minerales críticos y comercio digital.
“La idea general es buena, pero aplicada de golpe puede hacer mucho daño”
En su reflexión final, Coria Lahoz subraya la importancia del gradualismo y la planificación:
“La apertura no es mala en sí misma. El problema es abrir sin pensar en el día después de quienes quedan afuera. La clave es diseñar políticas para que el costo social no sea mayor que el beneficio económico.”
Mientras el Gobierno avanza en la implementación del acuerdo y ofrece una lectura positiva sobre su impacto, las advertencias de economistas como Coria Lahoz ponen sobre la mesa la dimensión más compleja: cómo evitar que la economía argentina, con una estructura productiva frágil y heterogénea, sea arrastrada por un shock competitivo sin precedentes.

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