Mientras el mundo observa con atención, un poderoso terremoto de magnitud 8,8 en la escala de Richter estremeció la costa este de la península de Kamchatka, en Rusia.
La energía liberada fue tan intensa como superficial, lo que eleva las probabilidades de consecuencias graves, incluyendo la posible formación de un tsunami que podría afectar otras regiones del Pacífico.
Rodolfo García, director del Instituto de Prevención Sísmica (INPRES), explicó en la Mil20 que no debería sorprender un sismo de esta magnitud en esa región, que históricamente ha sido epicentro de movimientos telúricos severos.
Recordó, por ejemplo, el terremoto de 1952 en la misma zona, con una magnitud de 9 grados, que generó un tsunami devastador.
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