El truco casero que vuelve locos a los jardineros y borra las malas hierbas en horas
Las malas hierbas son uno de los enemigos más persistentes del jardín. No solo arruinan la estética, sino que también compiten por agua y nutrientes con las plantas, debilitándolas.
Aunque muchos recurren a herbicidas químicos, existe un método casero, ancestral y altamente efectivo que sorprende incluso a los jardineros más experimentados.
La clave está en el mantillo o acolchado orgánico, conocido como mulch. Se trata de una capa de material natural que puede estar compuesta por pasto seco, corteza de pino, paja, astillas de madera, viruta o compost. Al colocarse sobre la tierra, actúa como una barrera física que frena el crecimiento de las malas hierbas casi de inmediato.
El mecanismo es simple y contundente: el mantillo bloquea la luz solar e impide que las semillas de yuyos germinen. Sin luz, no hay fotosíntesis y el crecimiento se detiene en pocas horas. A diferencia de los químicos, este método no daña el suelo ni afecta a las plantas cercanas.
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