(Enviado especial) El cónclave entre Alberto Fernández y Kristalina Georgieva no será un paseo por Central Park. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) expresará su preocupación por el panorama económico de la Argentina y solicitará al Presidente su compromiso político para ejecutar todas las medidas necesarias que eviten un incumplimiento de las metas previstas para 2023.
Alberto Fernández y Georgieva llegarán a la reunión en el consulado argentino de New York tras conocerse que el staff del FMI aprobó las metas previstas para el segundo semestre de 2022. Ello implica que habrá un desembolso de 4.100 millones de dólares que se usarán para cancelar una alícuota del crédito contraído por Mauricio Macri y refinanciado por Martín Guzmán.
La aprobación de las metas del segundo semestre no garantiza que pueda cumplirse con todo el programa acordado con el FMI. Georgieva está preocupada por el índice inflacionario y las escasas de reservas públicas, y tiene previsto consultar a Alberto Fernández sobre su pronóstico económico a mediano plazo.
El jefe de Estado considera que la economía nacional crece y que la Argentina cumplirá las metas acordadas en enero de 2022. Se apoya en números coyunturales que la inflación y la ausencia de dólares mastican todos los meses. Esta perspectiva de Alberto Fernández causa preocupación en los despachos más influyentes del Fondo.
Antes de definir su presentación política ante Georgieva, Alberto Fernández almorzó con su comitiva en Buenos Aires Grill, una parrilla argentina en pleno Manhattan. El Presidente comió asado de tira y un panqueque de postre, mientras sonaba Astor Piazzolla y la tele mostraba en mute el partido entre River Plate y San Lorenzo.
Cerca de las tres de la tarde, Alberto Fernández se encerró en su suite del exclusivo Park Hyatt hotel para definir los argumentos que articulará frente a la directora gerente del FMI. El presidente conversó sobre este asunto con Santiago Cafiero y Jorge Arguello, y después llamó a Sergio Massa que desde Buenos Aires encendió una luz amarilla respecto al análisis que hace el staff del FMI sobre la situación económica de la Argentina.
Massa informa al jefe de Estado que la burocracia del Fondo aprobó las metas del segundo trimestre y que hará su anuncio formal a las 9 AM (hora de Washington), casi tres horas antes del encuentro que protagonizarán Alberto Fernández y Georgieva.
Frente a la posición crítica que exhibirá Georgieva, el Presidente reclamará -de nuevo- que se bajen las sobretasas y que se cree sin mas demoras el fondo de resiliencia atado a la normativa del Tratado de Paris sobre el Cambio Climático.
Además, Alberto Fernández planteará que la guerra en Ucrania aumentó la inflación mundial y que no se puede controlar esta plaga económica a través de políticas monetarias contractivas que siempre desembocan en un aumento de las tasas de interés.
Desde esta perspectiva ideológica, el presidente alegará que la suba de tasas causa la caída simultánea del crecimiento y el intercambio regional, y que la economía global reacciona como si fuera un problema de demanda cuando se trata de un problema de producto y oferta provocado por la ausencia de bienes y la ruptura de la cadena global de valor.
Con el escenario geopolítico planteado, Alberto Fernández insistirá con la necesidad de acceder a desembolsos extras promovidos por el FMI como una método anticíclico para acondicionar las cadenas de valor, incrementar la oferta y facilitar la expansión económica.
En términos históricos, el Presidente planteará a Georgieva que el FMI gatille un New Deal del siglo XXI, como protagonizó Franklin Delano Roosevelt en épocas de la crisis del 29 y la recesión económica mundial.
Alberto Fernández será acompañado al cónclave por el canciller Cafiero y Jorge Arguello, embajador argentino en Estados Unidos, mientras que la directora gerente Georgieva llegará al consulado de New York junto a la subdirectora gerente Gita Gopinath y Luis Cubeddu, jefe de misión del FMI para la Argentina.
No será una reunión protocolar. Alberto Fernández y Georgieva inician en New York una nueva ronda de negociaciones que implican al acuerdo con el FMI y a la estabilidad del plan económico que ejecuta Massa desde la renuncia de Guzmán.
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