En tiempos de frío y afecciones respiratorias, una planta milenaria vuelve a ganar protagonismo: el tomillo (Thymus vulgaris). Este arbusto aromático, de origen mediterráneo y fácil adaptación a los jardines argentinos, es considerado por múltiples estudios científicos como una de las hierbas más eficaces para combatir la gripe, la tos y las molestias en la garganta.
El tomillo no solo es un condimento culinario, sino también un recurso fitoterapéutico de alto valor. Sus hojas contienen aceites esenciales ricos en timol y carvacrol, compuestos que han demostrado:
– Efecto antimicrobiano frente a bacterias y hongos resistentes.
– Acción antiinflamatoria al inhibir enzimas relacionadas con procesos inflamatorios.
– Poder expectorante, ideal para aliviar bronquitis y tos persistente.
Estudios como el de Bassolé y Juliani (2012) y Bruneton (2009) han validado su eficacia en el tratamiento de infecciones respiratorias, destacando su uso en jarabes naturales y infusiones para acelerar la recuperación.
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