
Según especialistas en ciberseguridad, estos pequeños programas pueden ser convertidos en herramientas para el robo de información, manipulación de datos o incluso la instalación de malware.
La empresa de seguridad informática ESET ha señalado que más de la mitad de las extensiones analizadas en entornos corporativos presentan un alto nivel de riesgo, incluso cuando provienen de tiendas oficiales como Chrome Web Store o Firefox Add-ons.
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Este peligro se debe a la confianza excesiva de los usuarios y a la falta de control sobre los permisos que otorgan al instalarlas. Muchas de estas herramientas pueden acceder a datos de navegación, contraseñas o historiales sin que el usuario sea plenamente consciente.
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