La mejor noticia para el tenis argentino no vino de Melbourne esta semana. Porque más allá de las producciones de Diego Schwartzman, Nadia Podoroska y el resto de los compatriotas en el primer Grand Slam de la temporada, lo más destacado fue la oficialización del WTA que se jugará en noviembre en el Buenos Aires. Sí. Después de 34 años Argentina tendrá un torneo oficial del principal circuito femenino. Con menos dinero y puntos a repartir que los ATP de Buenos Aires y Córdoba, pero con una jerarquía muy similar. Y con un objetivo fundamental: potenciar a las tenistas argentinas.
Cuando Podoroska ganó la medalla de oro en los Panamericanos de Lima hace dos años, la empresa Tennium (que tiene su sede en Barcelona y posee los derechos del ATP porteño supo, más allá del riesgo lógico por un producto prácticamente nuevo en el medio argentino) entendió que la rosarina podía convertirse en una punta de lanza no sólo para el resurgimiento del tenis nacional entre las mujeres sino también para su relanzamiento en Sudamérica. Y eso que en agosto de 2019 nadie podía imaginar que 14 meses más tarde ella misma sería una sorprendente semifinalista de Roland Garros.
Podoroska, además de jugar muy bien al tenis, tiene eso que se llama carisma y que en el marketing deportivo es condición fundamental para iniciar un negocio alrededor de una figura. Quienes la manejan comercialmente saben que con 24 años cumplidos hace dos días su imagen es muy seductora para las empresas. Justamente a partir de lo que hizo en Bois de Boulogne pudo generar acuerdos internacionales y hoy Head, Fila y Disney + son sus auspiciantes. Los mismos que seguramente estarán para apoyar un WTA muy esperado.