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Ignacio Astore, el médico que le dijo que no a Bielsa, sueña con Messi y es el nuevo presidente de Newell’s

Sueña con ver a Lionel Messi con la camiseta de Newell’s. “Aunque sea por un partido”, se entusiasma Ignacio Astore, 61 años, ortopedista, traumatólogo, flamante presidente de la Lepra. Para que ese plan alguna vez pueda concretarse, piensa en “darle calidad a la institución”. Habla de seguridad, infraestructura y organización. Menciona la importancia de “aggiornarse”. Todas esas son las condiciones necesarias -insiste- para recibir al astro mundial.

Aun así, concede, quizás ese encuentro entre el crack y el equipo de sus amores no se concrete nunca, como aquellas historias de amores truncos. “Va a depender de él pero no por una decisión personal, sino por sus compromisos y sus contratos firmados”, explica.

Parece buscar, de esa manera, quitarle presión a Messi, bajar la ansiedad que reina en Rosario, advirtiendo que no todas las películas tienen un final feliz. Será cuestión de que pase el tiempo para saberlo.

Messi se mostró con la camiseta de Newell's tras la muerte de Maradona, en una imagen que recorrió el mundo. Foto: REUTERS/Albert Gea.

Messi se mostró con la camiseta de Newell’s tras la muerte de Maradona, en una imagen que recorrió el mundo. Foto: REUTERS/Albert Gea.

Astore tiene una relación especial con Newell’s, que se inició cuando iba a un palco con su padre, su tío y sus primos y el plan terminaba después del partido comiendo en la parrilla del club. “Soy socio desde que tengo uso de razón”, afirma.

Ese mismo amor lo llevó, en 1974 y con catorce años, a ir sin autorización de sus padres a ver cómo Newell’s ganaba su primer título en la cancha de Central, con un recordado gol de Mario Zanabria. Cuando volvió a casa recibió una bofetada como reprimenda. “¿Pero quién me quita lo bailado? Ese partido fue tremendo. El mejor de mi vida”, rememora.

El tiempo pasó. Astore no soñaba con ser jugador, sino el médico del plantel profesional del equipo de sus amores. “Mi sueño se cumplió”, acepta. Quizás lo que nunca proyectó es que el domingo pasado se daría un resultado en las elecciones que sorprendió a propios y extraños: el médico opositor cosechó el 72 por ciento de los votos.

Su triunfo fue el final de un largo y tumultuoso proceso: el acto eleccionario debió suspenderse dos veces a causa de la pandemia y en los días previos la situación se convulsionó con un atentado a balazos contra el hermano del ex vicepresidente del club y por las amenazas que el mismo Astore sufrió.

En medio de esa agitación, el flamante presidente propone “sumar y no seguir dividiendo”, y “poner a la institución por delante de las personas” para recuperar los tiempos de gloria de Newell’s. Habla de los ochenta, aunque quizás el período más floreciente llegó una década más tarde, con el equipo que tenía a Marcelo Bielsa como entrenador y bandera.

El doctor Ignacio Astore, el día de las elecciones. Será presidente de Newell's hasta 2025. Foto: Juan José García.

El doctor Ignacio Astore, el día de las elecciones. Será presidente de Newell’s hasta 2025. Foto: Juan José García.

Astore siguió a ese Newell’s hasta el mismísimo Morumbí, donde perdió la final de la Copa Libertadores de 1992 ante San Pablo. En su fantasía elige esa formación como aquella en la que le hubiese gustado jugar.

A Bielsa, el padre de la criatura, quizás el mayor ídolo del club, le dijo que no cuando le ofreció ir a trabajar a Atlas de México. Se reunieron una mañana de sábado soleada, en la casa del “Loco”. Eran las 10 cuando le hizo la propuesta y Astore preguntó: “¿Cuánto tiempo tengo para decidir?”. “Hasta las doce”, le respondió un Bielsa siempre resoluto.

Le dijo que no, como años antes había dicho que no a un ofrecimiento para integrarse al plantel de médicos de Rosario Central, el eterno rival de siempre.

El doctor Ignacio Astore y una vida dedicada a Newell'sFoto: Juan José García..

El doctor Ignacio Astore y una vida dedicada a Newell’sFoto: Juan José García..

La pasión pudo más, aunque su esposa, también doctora, le dijo que en esa oferta podría jugarse el bienestar de la familia. Quizás cuando su compañera se lo recriminaba volvió a su mente la frase que le lanzó el actual entrenador de Leeds cuando recibió la negativa de Astore para ir a trabajar a México. “El tren pasa una sola vez”, le dijo Bielsa.

No dejó que pasara cuando lo tentaron para que sea candidato a presidente de Newell’s. El lunes asumió en un día frenético: le pasaron el mando en una ceremonia formal, viajó a Lanús para ver cómo el equipo de Fernando Gamboa (a quien respalda en el cargo) volvía a ganar como visitante después varios partidos y se ocupó, entre otros detalles, de pagar una cuota de la deuda que el club contrajo en el fallido y fugaz período de Germán Burgos como entrenador. No es la única, claro. Ya pidió una auditoría contable y estima que la deuda post concursal del club supera los diez millones de dólares.

El día después de la elección recibió el llamado de Rodolfo D’Onofrio, presidente de River, quien lo saludó por su triunfo. Acordaron verse en las próximas semanas. Astore está obsesionado con que Newell’s tenga mayor presencia en AFA y en la Conmebol. Quizás sobre eso lo consulte al presidente millonario. Volver a disputar la Copa Libertadores y estar entre los cuatro o cinco primeros en el torneo local son algunas de sus aspiraciones deportivas.

Astore debutó con el pie derecho. En su primer día como presidente, Newell's le ganó como visitante a Lanús, que llegaba puntero.

Astore debutó con el pie derecho. En su primer día como presidente, Newell’s le ganó como visitante a Lanús, que llegaba puntero.

Para ello piensa que es necesario volver a las raíces: potenciar las inferiores y reactivar la fábrica en la que se formaron Messi, Gabriel Batistuta, Jorge Valdano o Mauricio Pochettino, entre tantas otras figuras.

Para ello su hombre de confianza en el fútbol será Julio Saldaña, ídolo de la institución, ex jugador de Boca y de fugaz recorrido por la selección. Ricardo Rocha, gloria del fútbol de Brasil y con un paso por Newell’s, será embajador internacional.

Cuando a Astore se le pregunta por un ídolo rechaza cualquier mención. Explica que todos “o casi todos” -aclara- los que jugaron con la camiseta de Newell’s lo son.

Asegura tener un cariño especial por Ariel “Burrito” Ortega, con quien compartió la gloria de un campeonato en 2004. También por Américo Gallego, el conductor de aquel equipo. Habla de Gerardo Martino o de Zanabria. Pero dice que elegir a uno sería una injusticia.

El doctor Astore guarda un grato recuerdo de Ariel Burrito Ortega, que tuvo un buen paso por la institución rosarina.

El doctor Astore guarda un grato recuerdo de Ariel Burrito Ortega, que tuvo un buen paso por la institución rosarina.

Parece tener, sin embargo, una debilidad. Reverencia a Jorge Griffa, el maestro que se cansó de moldear jugadores extraordinarios surgidos de la cantera.

El formador de juveniles era el director de captación en la gestión anterior e integró la lista oficialista que fue derrotada. Sin embargo, Astore dice que “Griffa es Griffa”, lo define como “intocable” y rechaza que sea utilizado en la arena política del club.

“Griffa es Newell’s, es una historia, nos hizo grandes. Es nuestro gestor, nuestro inventor. Si bien somos un club de fútbol, no nos tenemos que olvidar que somos una escuela de fútbol. Y la escuela de fútbol fue comandada por Jorge Bernardo Griffa. Tiene que seguir siendo así. Ojalá se quede a vivir toda la vida en Newell’s”, proyecta.

El médico que llegó para trabajar en Newell’s poco antes de que se desatara una revolución en el club por la llegada de Diego Maradona, en 1993, ahora es presidente.

Por ese pasado, durante la campaña electoral se lo asoció con Eduardo López, quien comandó la institución con modos dictatoriales entre 1994 y 2008, tiempos en los que Astore era el doctor del plantel profesional.

El paso de Germán Burgos por Newell's estuvo muy por debajo de las expectativas. Foto: EFE/Franco Trovato Fuoco.

El paso de Germán Burgos por Newell’s estuvo muy por debajo de las expectativas. Foto: EFE/Franco Trovato Fuoco.

Él rechaza esa asociación. “Si creen que tengo algo que ver con eso, se equivocan”, aclara. Y cree que durante la campaña usaron esa muletilla como una “chicana política”, como si a alguien lo trataran de “videlista”, compara, recordando al presidente de facto Jorge Rafael Videla.

Astore proyecta un club ordenado y de puertas abiertas. Para todos, incluso para los que piensan distinto. Explica que buscará fortalecer el deporte amateur. Sueña con recuperar la vida social plena. Con auditorías contables, movimientos económicos supervisados por el socio y opositores controlando las acciones de la comisión directiva que ahora encabezará.

Cuando le desean suerte se ríe. “Parece que hay un lío bárbaro. Falta que me tiren un poco de agua bendita”, ironiza. Tiene cuatro años por delante como presidente, aunque promete no dejar el consultorio, su otra pasión. “Nací para ser médico y me voy a morir siendo médico”, asegura. Deberá administrar su tiempo. Y las medicinas. Curar las heridas del club, ya lo sabe, quizás demande un prolongado tratamiento.

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