Su apellido es González, es arquero y usa pantalones largos. Aquellos que empiezan a peinar canas y lo primero que pensarán es en Nacho, aquel buen arquero que atajó en Racing y que incluso defendió los colores de la Selección Argentina. Pero no. En este caso no es Nacho, pero la intuición pegó en el palo. Se trata de Alan, el hijo, el heredero, que el jueves se transformó en el héroe de San Telmo, al contener dos penales en la serie que definió el quinto ascenso a la Primera Nacional. Sí, otro González que es arquero, usa pantalones largos y hace de la suyas a fuerza de guantazos. No patea penales como su papá. Pero los ataja.
San Telmo obtuvo el último ticket para jugar en la antesala de la Liga Profesional. Fue en el Coloso Marcelo Bielsa del rosarino Parque de la Independencia, donde el Candombero, el equipo que tiene su hogar partido entre el sur de la Ciudad y la Isla Maciel, se quedó con el mano a mano contra Deportivo Madryn. Cero a cero en los 90 reglamentarios, González fue determinante en la serie desde los 12 pasos que su equipo ganó 3-1.
“Fue increíble. Un sueño. La jugada que sufrí más fue la última que pegó en el travesaño. Pablo (Frontini, entrenador del Candombero) me dijo que juegue simple y que no hiciera una de más. Por suerte estuve tranquilo y mis compañeros me alentaron en todo momento. Y el entrenador de arqueros (Matías Caminos) fue clave: me avisó dónde iban a patear los dos que atajé”, le cuenta Alan a Clarín luego de su noche consagratoria que sirvió como rápida revancha luego de la oportunidad perdida en la final contra Tristán Suárez en Libertadores de América.
El primero. Alan González vuela para atajar ele el penal a Emiliano López, Foto: JUAN JOSE GARCIA –
González tiene 24 años y se formó en las divisiones inferiores de Lanús. El club del Sur del GBA lo cedió a San Telmo por un año. Fue en la temporada 2019-2020. En plena pandemia, el préstamo terminó y también su contrato con el Granate. Y en el Candombero no lo dejaron escapar. Se lo aseguraron hasta finales de 2021. Y la apuesta, basada en la confianza, rindió sus dividendos.
No es la primera sonrisa que Alan le arranca a los hinchas del Candombero. En marzo pasado fue parte del histórico triunfo de San Telmo sobre Central Córdoba en la Copa Argentina. Ingresó por Pablo Formosa y con sus reflejos logró que último subcampeón no pudiera convertir. Así San Telmo, con el gol agónico de avanzó de José Ramírez Agudelo, pasara a la siguente fase de la competencia que se acaba de reanudar -su próximo rival será Deportivo Laferrere, verdugo de Estudiantes-.
Ahora San Telmo, el último equipo que se sumó a la máxima categoría del ascenso fútbol argentino, tendrá que armarse para pelear contra otros 34 equipos por un lugar en la elite -la última vez que estuvo tan cerca fue en 1978, dos años después de su única experiencia en Primera División-.
González sabe que tiene todo el futuro por delante. “Me gustaría quedarme acá y, si se da con San Telmo, llegar a Primera División. Sueño con tener una carrera extensa en el fútbol”, comentó.
¿Cómo vivió el partido papá Nacho? “Estaba feliz, pero más nervioso que yo. El partido contra Tristán Suárez no fue a la cancha y contra Madryn tampoco fue. Si llega a ir, se muere”, reflexiona entre risas.
En Lanús, donde se formó y del que guarda los mejores recuerdos -“No soy hincha de ningún club, pero le tengo mucho cariño a Lanús”, asegura-, forjó una amistad con Esteban Andrada, actual arquero de Boca y de la Selección Argentina, a quien pone como modelo para imitar. “Lo tuve como compañero y me encanta como ataja. Después del partido me mandó un mensaje felicitándome”, cerró.
MFV