Después de la postergación forzada por el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, uno de los combates más esperados del año se disputará el sábado en Yeda (Arabia Saudita). Allí, el británico Anthony Joshua procurará tomarse revancha ante Oleksandr Usyk, quien lo derrotó el año pasado y le arrebató los cinturones de la división pesado de la Asociación Mundial de Boxeo, la Federación Internacional de Boxeo y la Organización Mundial de Boxeo.
Una expectativa mayúscula ha despertado uno de los tantos eventos deportivos que la monarquía saudí, uno de los principales aliados de Estados Unidos en Medio Oriente, lleva a su territorio para tratar de limpiar su imagen, a menudo manchada por las numerosas violaciones a los derechos humanos que se cometen en su territorio y que son denunciadas por la Organización de las Naciones Unidas y por distintos organismos internacionales. Para ello las autoridades no escamotean billetes ni dejan detalles librados al azar.
“Furia en el Mar Rojo” es el lema con el que se anuncia una pelea cuya promoción, a cargo de la empresa Matchroom Boxing, viene estando a la altura de la dimensión del evento. Como parte de ello, el Ministerio de Deporte saudí produjo un corto de poco más de dos minutos, con una producción cuasihollywoodense en la que trabajaron más de 30 personas y de la que participaron los dos contendientes, el ex campeón mundial pluma Naseem Hamed y decenas de extras en un simulacro del combate.
El evento se llevará a cabo en el Jeddah Superdome, un lujoso coliseo con capacidad para 35.000 espectadores que fue construido en apenas 10 meses, fue inaugurado en junio de año pasado e ingresó entonces al Libro Guinness por ser el edificio con la cúpula geodésica con techo continuo más grande del mundo. Si bien será la primera vez que habrá un evento de boxeo allí, no será la primera ocasión en que se dispute una pelea por un título mundial pesado en suelo saudí: en Diriyah, a 950 kilómetros de Yeda, Joshua derrotó al mexicano Andy Ruiz en diciembre de 2019.
Como lo hizo ante Ruiz, Joshua intentará tomarse revancha del otro hombre que lo derrotó en su carrera profesional, que incluye 24 victorias (22 antes del límite) y esos dos traspiés. Usyk, ganador de sus 19 combates rentados (13 por nocaut) y excampeón indiscutido de los cruceros, lo batió por puntos en fallo unánime el 25 de septiembre del año pasado en el Tottenham Hotspur Stadium de Londres.
Anthony Joshua durante una sesión abierta de entrenamiento en Yeda. (Foto: Andrew Couldridge / Reuters)
Dos semanas después de esa derrota, el británico avisó que ejercería la cláusula de revancha automática que contemplaba el contrato que se había firmado antes del primer duelo. Sin embargo, el desquite quedó en un limbo cuando comenzaron las acciones armadas de las fuerzas armadas rusas en territorio ucraniano el 24 de febrero.
Apenas unas horas después, Usyk regresó a su país y anunció su incorporación al Batallón de Defensa Territorial de Kiev. Su imagen con atuendo militar y fusil en mano recorrió el mundo. “Mi país y mi honor son más importantes que cualquier título. Ahora debo luchar contra (Vladimir) Putin por la libertad de mi nación”, argumentó el campeón durante una entrevista brindada a CNN desde un sótano de la capital ucraniana.
Oleksandr Usyk se prepara para defender por primera vez sus tres cinturones de la división pesado. (Foto: Andrew Couldridge / Reuters)
Sin embargo, cuatro semanas más tarde el ucraniano puso fin a este paréntesis en su carrera profesional y abandonó su país para prepararse para la revancha contra Joshua, que inicialmente estaba pactada para junio, pero fue postergada dos meses para permitir la preparación óptima de los boxeadores y una organización a la medida del evento.