A una semana de su partida, los restos de Miguel Ángel Russo, el emblemático entrenador que llevó a Boca Juniors a la gloria en la Copa Libertadores, fueron esparcidos en el icónico estadio de La Bombonera, un lugar que guarda los mejores recuerdos de su carrera.
Después de un velorio que reunió a cientos de aficionados y colegas, las cenizas de Russo fueron divididas, cumpliendo así su deseo de reposar en el estadio que lo vio brillar. En un ambiente íntimo y lleno de emoción, su pareja, su hijo Ignacio, y otros seres queridos estuvieron presentes para rendir homenaje a su vida.
El acto se llevó a cabo justo al mismo tiempo que la práctica del equipo, lo que hizo que la conexión con el club fuera aún más especial. Durante esa jornada, el querido Leandro Paredes se acercó al vestuario para brindar sus condolencias a la familia, mostrando el aprecio y el respeto que todos le tienen a este gran referente del fútbol argentino.
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