Palermo vivirá este sábado una jornada a puro polo. Porque antes de la definición del Campeonato Argentino Abierto entre La Dolfina y La Natividad (a las 14 por Star+), se disputará en la cancha 2 la final del quinto Abierto Femenino. Y por tercera edición consecutiva, los protagonistas serán La Dolfina BP y El Overo, los dos equipos más poderosos de nuestro país, que tienen en sus filas a las tres mejores jugadoras del mundo.
Lía Salvo y las inglesas Hazel Jackson y Nina Clarkin, las únicas diez goles de hándicap femenino, serán las grandes protagonistas de un duelo que ya se transformó en un clásico del polo nacional. Las dos primeras son figuras de El Overo (36 goles), en el que tienen como compañeras a Clara Cassino y Milly Hine.
La tercera defiende la camiseta de La Dolfina BP (32), que completa su formación con Mia Cambiaso, hija de Adolfo, y Milagros y Candelaria Fernández Araujo. Y se darán el gusto de volver a jugar en una de las canchas más importantes de este deporte, algo que hace poco tiempo parecía impensado.
“Desde chica me gustaban los caballos. Y crecimos sabiendo que Palermo es ‘el lugar’ para jugar al polo y conociendo toda la historia que tiene ese campo. Que se haga la final del Abierto allí es enorme para mí y para todas las jugadoras”, comentó Clarkin en charla con Clarín.
Ella, con 40 años, es la más “veterana” del trío y fue una de las que más tuvo que luchar para abrirse camino en un deporte tradicionalmente de hombres. Comenzó a jugar al polo con solo seis años el “pony club” (la categoría de menores de Inglaterra) en Foxcote, Gloucestershire. A los 21, tras terminar sus estudios universitarios, empezó a jugar de manera profesional y a viajar por el mundo, disputando torneos en varios países, entre ellos Argentina.
“No había muchas oportunidades para las mujeres en el polo cuando yo arranqué, aunque pude jugar en Jamaica, Barbados, Estados Unidos y en Argentina y gané mucha experiencia. Pero en los últimos diez años, el polo femenino despegó y ahora podemos jugar muchos torneos importantes como este. Antes, era impensado jugar en Palermo”, relató quien está casada con John Paul Clarkin, uno de los mejores polistas de Nueva Zelanda, y tiene tres hijos.
Nina Clarkin (con casco oscuro) buscará su tercer título con La Dolfina. Foto Wendy Falourd/Prensa AAP
En 2017, Clarkin se sumó a la La Dolfina Brava, el nuevo proyecto de Adolfo Cambiaso para el Abierto Argentino femenino que comenzó a disputarse ese año. “Adolfo me llamó y me preguntó si me interesaba armar algo para jugar acá. Le dije que sí, absolutamente. Ser parte de su organización y jugar con sus caballos era un sueño“, aseguró, quien junto a Mia, Candelaria y Milagros ganó las dos primeras ediciones del torneo. En 2019, no lo jugó porque tuvo su tercer hijo y el año pasado, la pandemia le impidió viajar a Buenos Aires. Pero en este 2021 regresó por más.
“Estoy orgullosa porque creo que fuimos abriendo puertas para las próximas generaciones de jugadoras. El polo femenino está viviendo un momento de gran crecimiento, ojalá siga así”, comentó.
Lía Salvo y Hazel Jackson levantaron el trofeo en 2019 y 2020 y van por el tricampeonato. Las dos figuras de El Overo se conocen hace más de diez años, son grandes amigas y comparten equipo desde hace varias temporadas.
La argentina, que nació hace 34 años en América, una localidad agrícola de 12 mil habitantes en la provincia de Buenos Aires, comenzó a jugar siguiendo una tradición familiar, porque su papá Héctor fue un polista amateur que llegó a tener 6 goles de hándicap. Aunque ella, la menor de tres hermanas, no necesitó ningún incentivo para incursionar en este deporte.
“Mi papá tuvo todas hijas mujeres entonces ahí dio por muerto el tema cría, caballos, polo… Pero yo lo volví loco para que me diera bola. Me gustaban los caballos, me divertía mucho montando y a los diez años quería hacer algo más. Entonces le pedí que me diera un taco para empezar a pegarle a la bocha y me dijo ‘Lía, el polo no es para mujeres, olvidate…’. Pero después me empezó a apoyar y siempre me abrió puertas y me ayudó en lo que pudo”, contó.
Lia Salvo hizo historia en 2016 al ganar el Abierto del Jockey Club con Cambiaso, Nero y Mac Donough. Foto Wendy Falourd/Prensa AAP
Tras terminar el secundario, en 2005, Lía decidió darse una oportunidad en el polo profesional y de a poco, con esfuerzo y mucha dedicación, se fue haciendo lugar en ese deporte. Compitió en Reino Unido, España, Francia Singapur, Malasia y Tailandia, entro otros. En 2016, hizo historia al transformarse en la primera jugadora en disputar -y ganar- un torneo de alto handicap. Fue en el Abierto del Jockey Club con la camiseta de La Dolfina-El Paso y en compañía de Cambiaso, Juan Martín Nero y Pablo Mac Donough. Hoy, es una referente del polo femenino de nuestro país.
“Me gusta y me da mucho orgullo pensar que motivé a otras chicas para que comiencen a jugar al polo. Yo lo hago desde mi pasión, es lo que me gusta y lo que elegí para mi vida, porque es lo que me hace feliz”, comentó quien el sábado pasado, en el partido de la segunda fecha del Abierto ante Thai Polo, se convirtió en la primera jugadora en pasar la barrera de los 100 goles en el certamen (hoy suma 109).
“Que haya registro de esa marca es otra muestra de lo mucho que está creciendo el polo femenino. Hoy, las mujeres tenemos nuestro lugar. La AAP se encargó de darnos un rinconcito, que cada día es más grande. Que la final del Abierto femenino se juegue en Palermo el mismo día que la final de los hombres fue clave en el auge del polo femenino a nivel mundial. Hoy Inglaterra está un poco más arriba que Argentina, pero en unos años eso va a cambiar. Acá se vienen jugadoras excepcionales, cada vez mejores”, reflexionó.
Jackson también comenzó a jugar al polo en su casa de New Forest, una pequeña ciudad del sur de Inglaterra, cerca de Southampton, a los 10 años. Y aunque en la escuela practicó otros deportes, le gustaban tanto los caballos que no dudó en cuál era el camino que quería seguir.
Hazel Jackson jugó por primera vez en Argentina hace 10 años y hoy es una de las figuras de El Overo. Foto Wendy Falourd/Prensa AAP
“Cuando terminé de estudiar, a los 19 años, me fui a Nueva Zelanda y trabajé allá un tiempo. En ese momento justo comenzaron a jugarse cada vez más torneos femeninos en todos lados y ahí empecé a dedicarme de lleno al polo. Fue hace más de diez años. Desde entonces debo haber jugado en unos 15 países”, contó la británica, de 31 años.
Cuando tenía 21 vino por primera vez a jugar a Argentina, invitada por el polista Cristian Chávez, y conoció a Lía. Al año siguiente, volvió, pero esa vez para jugar y trabajar con Salvo y su papá Héctor. Y hoy reparte su tiempo entre Inglaterra, donde pasa unos siete meses al año, y nuestro país, además de algunos viajes a Estados Unidos, España, Francia y otros destinos para jugar.
“Al principio fue difícil, de chicas no tuvimos las mismas oportunidades que los chicos. Pero los varones siempre nos ayudan y hoy me siento una privilegiada de poder tener esta vida como jugadora profesional, con las asociaciones que nos respaldan”, comentó la inglesa. “No me siento una referente, un modelo para otras jugadoras, pero si es así, me gusta. Estoy muy enfocada en mi carrera y lo hago con mucho profesionalismo y pasión. Espero estar dándoles un buen ejemplo”.
Un clásico para definir el título más importante
La Dolfina y El Overo, ya un clásico del polo mundial, jugarán por cuarto año consecutivo la final del Abierto Argentino de polo. La primera fue en 2018, cuando el equipo de Cañuelas -que el año anterior se había convertido en el primer campeón de la historia al superar 7-6 a Ellerstina (con Jackson y Salvo)- se coronó bicampeón al imponerse por 9-8.
La Dolfina, con Nina Clarkin (la segunda desde la derecha), campeón del II Abierto Femenino de Polo en 2018. Foto Prensa AAP
En 2019, El Overo derrotó por 10-5 a un rival que no tenía en sus filas a Clarkin (ausente por maternidad y reemplazada por Milagros Sánchez). Y el año pasado, sumó el segundo trofeo al vencer por 11-4 a La Dolfina, que jugó con Fátima Balzano en lugar de Nina.
Otra vez con su formación titular completa, La Dolfina irá por la revancha. “Este es uno de los torneos más emocionantes que tuve la oportunidad de jugar. La Dolfina tiene una gran organización detrás, caballos grandiosos y mucho talento. Mia, Cande y Mila están jugando fantásticamente y tenemos mucha energía y deseo de ganarlo otra vez”, comentó Clarkin.
“Nunca les ganamos con Nina en cancha. Esa es nuestra meta. Pero sobre todo vamos a estar enfocadas en nosotras, hacer que funcione nuestro equipo y dar lo mejor”, contó Salvo.
Jackson aseguró: “Estar en Palermo por quinto año consecutivo jugando la final del mejor torneo del mundo es algo que nunca imaginé. Estamos muy bien organizadas con caballos, nos llevamos bien dentro y fuera de la cancha, somos cuatro jugadoras competitivas y con muchas ganas de ganar. Tengo mucha fe en mi equipo”.
El Overo (36) llegó a la final al terminar primero en la Zona 1 al superar por 20-3 a El Silencio (17), 14-8 a Thai Polo (23) y 11-4 a La Aguada (22). En tanto, La Dolfina (32) se quedó con la Zona 2, con triunfos por 18-1 ante La Ensenada (18), 22-3 frente a Magual (19) y 8-4 ante La Irenita (28).