Las Leonas recibieron a media mañana de un helado sábado porteño una muy buena noticia desde Amberes. La victoria del local Bélgica sobre India por 2 a 1 en la Liga Pro le permitió al seleccionado argentino ganar por primera vez la competencia anual más importante del hockey sobre césped que, en la edición 2022, reúne a nueve de los mejores equipos del mundo. No es poca cosa. Pero el dato se potencia con una fecha: 2 de julio. Es decir, dentro de apenas 21 días el equipo dirigido por Fernando Ferrara iniciará en Tarrasa, el centro neurálgico del hockey español, su camino en un Mundial que por primera vez en la historia coorganizarán dos países.
Después de 14 partidos, de 12 victorias y dos empates y de un camino que arrancó allá por febrero con un par de goleadas frente a Inglaterra en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo y terminó en las recientes dos presentaciones como visitantes frente a Países Bajos que se definieron en derrota en los penales australianos pero tras sendos 1-1, las Leonas celebraron a la distancia un título sumamente especial. Que sirve para fortalecer el costado anímico de un conjunto que, además, se mantiene invicto desde que luego de la medalla de plata olímpica de Tokio 2020 terminó el ciclo de Carlos Retegui y en noviembre comenzó el de Ferrara con la conquista (lógica) de la Copa Panamericana que se jugó en Santiago.
Aunque aún faltan disputar los dos partidos contra India del fin de semana próximo en Rotterdam para completar el calendario de la Liga Pro, el seleccionado llegará a su campamento de Tarrasa con un invicto de 18 partidos y un promedio de más de dos goles por juego en el torneo al que, entre las potencias de primer nivel mundial, sólo le faltó Australia. Todo eso también suma en lo mental a favor de un equipo que, por ejemplo, debió superar el golpe de la baja de Delfina Merino, una de las capitanas-símbolo y una de las mejores delanteras argentinas, por decisión del entrenador.
Maria Belen Succi, uno de los nombres que permite soñar en grande. Foto: AP Photo/John Locher.
También hay que destacar el rendimiento de menor a mayor que se armó a partir de una sólida estructura defensiva desarrollada en sólo seis meses de entrenamientos que permitió generar en las chicas seguridad para desenvolverse en el juego con la pelota y una actitud agresiva puesta en beneficio de las recuperaciones.
El punto es que el Mundial seguramente será otra cosa. En principio, porque los adversarios serán distintos más allá de que, excepto Australia, se repetirán los nombres. Países Bajos sigue siendo el gran candidato: por la localía, ya que el Mundial también se jugará en Amstelveen, un suburbio de Amsterdam; por el pasado inmediato y el presente porque las neerlandesas son las actuales campeonas mundiales y olímpicas, y ganaron tres de las últimas cuatro Copas del Mundo y disputaron las cinco últimas finales de los Juegos; y porque, sobre todo, cuenta con un plantel de grandes figuras que se reforzó con Eva de Goede, su capitana, que milagrosamente se recuperó de una dura lesión y fue confirmada en el plantel.
Las Leonas tienen con qué desafiar ese favoritismo; también cuentan con jugadoras desequilibrantes sobre todo en su arquera (Belen Succi) y del mediocampo hacia adelante, donde logran lastimar a partir de la llegada de mucha gente al círculo adversario. El ítem a mejorar es el del córner corto. Argentina produce mucho más de lo que concreta en ese rubro vital del hockey. Si bien es en la Liga Pro el seleccionado con mayor cantidad de tantos conseguidos a través de esa vía sobre todo desde la arrastrada de Agustina Gorzelany, menos de la mitad (el 43 por ciento) de sus goles vinieron desde el fijo. Se puede -y se debe- mejorar el corto teniendo en cuenta que lo que se viene será diferente. Aunque, también, muy especial.