“Si hay alguien que no quiero que haga experimentos científicos, desafortunadamente sos vos”, admite Logan Paul ante su hermano Jake, luego de succionar helio a través de la manguera de salida de una garrafa. Sin embargo, lo acompaña en su ensayo, que consistirá en lanzar al aire un improvisado globo aerostático atado a una conservadora de telgopor con una cámara de video y una remera de Maverick, su empresa de merchandising. El globo terminará atrapado entre un par de cables de alta tensión.
Al parecer, prodigios audiovisuales como este transformaron al joven Logan, de 26 años, en una celebridad cuyo canal de YouTube tiene 23,1 millones de suscriptores (además tiene 19,5 millones de seguidores en Instagram y 6 millones en Twitter). Hasta allí, apenas un tema para un debate estético. Más complejo resulta asimilar que ese muchacho esté a horas de compartir un cuadrilátero con el más destacado boxeador del siglo XXI. Y no precisamente para enviar desde allí una conservadora de telgopor al espacio.
El domingo, Logan Paul se calzará un par de guantes de 12 onzas, se colocará un protector inguinal y un protector bucal, y hará lo que pueda frente a Floyd Mayweather en el Hard Rock Stadium de Miami Gardens. O lo que Mayweather le permita o quiera que haga. Por ello, embolsará unos cuantos millones de dólares. Y luego volverá a su residencia de Los Ángeles para seguir grabando videos y vendiendo remeras.
¿Boxeo? No, a todas luces. El propio Mayweather lo dejó claro. “Me retiré del boxeo, pero no del entretenimiento ni de hacer dinero”, explicó. Quien lo ayudará esta vez a montar el espectáculo y a facturar será el mayor de los hermanos Paul, como en agosto de 2017 fue el luchador de artes marciales mixtas irlandés Conor McGregor y diciembre de 2018, el kickboxer japonés Tenshin Nasukawa.
Floyd Mayweather y Logan Paul, cara a cara el jueves en la antigua Mansión Versace deMiami Beach. (Foto: Jasen Vinlove- / USA TODAY Sports)
“No tengo nada que perder. Jugaré con Floyd, lo agotaré y lo golpearé duro. Lo desarmaré tanto física como mentalmente”, sostuvo Logan el jueves. Nadie se lo tomó demasiado en serio. Y añadió: “Me siento fuerte, veloz, afilado. No me puedo quejar. Estoy en la mejor forma física de mi vida. Necesito estarlo, ya que será la pelea más larga de mi vida: a ocho rounds”.
La pelea más larga de su vida… Sí, porque su carrera se compone de apenas dos combates (si es que se los puede denominar así). Este hombre nacido en West Lake (Ohio), que adquirió relieve público a partir de su actividad en Vine (una plataforma que permitía crear y publicar videos de no más de siete segundos) y que luego trasladó su gracia a Youtube, tuvo su primera experiencia sobre un ring el 25 de agosto de 2018.
Ese día, 21.000 personas se acercaron hasta el Manchester Arena para ver una rudimentaria sesión de guanteo, presentada como combate amateur (los contendientes utilizaron cabezal y guantes de 12 onzas), entre Paul y el inglés Olajide William Olatunji, youtuber como él, conocido como KSI y proclamado unos meses antes campeón de boxeo de YouTube tras vencer a otro colega, Joe Weller, en el Copper Box Arena de Londres en un pleito que fue seguido en vivo por 1,6 millones de espectadores a través de esa plataforma.
La primera contienda entre Paul y KSI, que terminó empatada luego de seis rounds, fue considerada el mayor evento en la historia de Internet: fue visto en vivo a través de la plataforma de pago de YouTube por un millón de personas, que abonaron 7,5 libras en el Reino Unido y 10 dólares en Estados Unidos. La recaudación por entradas y pay-per-view arañó los 15 millones de dólares.
Loga Paul (derecha), junto a su hermano Jake. (Foto: Instagram @loganpaul)
La explosión de billetes atrajo la atención de la promotora Matchroom Boxing, una de las más importantes del planeta, y de la plataforma de streaming DAZN, que coorganizaron el 9 de noviembre de 2019 la revancha entre Paul y KSI, esta vez en el Staples Center de Los Ángeles y bajo el formato de una pelea profesional.
Ese duelo fue el atractivo principal de una cartelera que también incluyó dos combates por títulos mundiales (uno de ellos, el que el entrerriano Marcelo Cóceres perdió ante el inglés Billy Joe Saunders por la corona supermediano de la OMB).
En el desquite, Paul derribó a KSI en el cuarto round, pero recibió un descuento de dos puntos por golpear en la nuca a su adversario cuando estaba en el suelo, lo que terminó costándole muy caro, ya que perdió en las tarjetas y por una ajustada decisión dividida. Ningún pendenciero con un mínimo currículum de riñas callejeras puede haberse sentido impresionado por la esperpéntica exhibición de estos dos personajes.
Ese fue el pistoletazo de largada para que otro conjunto de arribistas se lanzara a la aventura. Quien siguió los pasos de Logan fue su hermano Jake. Después de haber enfrentado en una exhibición a Deji Olatunji (hermano de KSI), el menor de los Paul comenzó su camino profesional ante Ali Eson Gib, otro youtuber nacido en Arabia Saudita y radicado en Londres.
Paul despachó en 139 segundos al impresentable Gib, que saltó como un canguro, detuvo con el rostro todos los golpes de su rival y no pudo conectar siquiera uno antes de que el árbitro Chris Young se apiadara de él y detuviera las acciones.
Jake amplió sus horizontes y venció luego, también por nocaut, al exbasquetbolista de la NBA Nate Robinson y a Ben Askren, representante olímpico estadounidense en lucha en Beijing 2008 y luego peleador de artes marciales mixtas. En esa última velada, el pasado 17 de abril en el Mercedes Benz Stadium de Atlanta, también combatieron el reguetonero colombiano Reykon y el empresario inglés Joe Fournier. Su próximo reto será el 1 de agosto ante Tyron Woodley, otro peleador de MMA.
En la cartelera del domingo en el Hard Rock Stadium de Miami, un rato antes de que Mayweather y Logan Paul hagan lo suyo, habrá otra exhibición. La protagonizarán el ex jugador de fútbol americano Chad Johnson y Brian Maxwell, un hombre con magra experiencia en boxeo, artes marciales mixtas y bare-knuckle boxing (pugilismo sin guantes). “Nunca pensé en subirme a un ring”, se sinceró Johnson. En estos días, parece ser lo de menos.