[ad_1]
“Desde julio, las mejoras mensuales han sido débiles, y el rebote de la actividad aún no se manifiesta como una sólida y difundida recuperación, que podría verse obstaculizada a partir de octubre por mayores restricciones en el acceso a insumos importados, junto con distorsiones sobre el normal desarrollo de la producción y los negocios derivadas de la excepcional brecha de cambio vigente en Argentina”, manifestó en su informe de actividad industrial de septiembre la consultora FIEL.
Esta suave recuperación es vista por algunos empresarios como una “primavera” o “veranito”, pero por otros como un baño de realismo de que la salida de la crisis no será fácil y que la falta de previsibilidad macroeconómica complica aún más el escenario. Los datos de agosto del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), que publica el Indec, marcaron una fuerte caída interanual -11,6%- y un crecimiento en la medición mensual desestacionalizada (de 1,1%), pero menor al que venía reflejando en los meses previos, luego de la etapa más dura de la cuarentena. Y los cálculos privados de septiembre también indican una mejora mensual superior al 1%.
En la UIA conviven las dos visiones. Están los sectores que comenzaron a trabajar más activamente, aunque con estrictos protocolos, y perciben esta especie de veranito en comparación con el brutal cierre de abril y mayo, como pueden ser los vinculados con bienes durables y la construcción. También, los que nunca frenaron por ser sector esencial, como la alimentación, pero que padecen la persistente caída en las ventas del consumo masivo. O el rubro textil y de calzado, que sufre el desplome de la demanda por la caída en el poder adquisitivo de la población.
En la UIA conviven dos visiones: algunos ven la recuperación como una “primavera” o “veranito”; otros creen que la salida de la crisis no será fácil y que la falta de previsibilidad macroeconómica complica aún más el escenario
“Eso de que tenemos una primavera no lo veo como tan categórico. Estamos mejor, mucho mejor que en mayo y junio, pero todavía tenemos una serie de limitaciones para recuperar la capacidad productiva muy grande. Entre todas las actividades, estamos operando al 60% de nuestra capacidad. ¿Es mejor que operar al tercio? Sí, pero no es que estamos en niveles pre 2018”, sostuvo el dueño de Aluar y Fate, Javier Madanes Quintanilla.
El empresario reconoció que hay una sobredemanda de productos vinculada con “mucho acopio y algo de recuperación”, pero “no es un país que está funcionando a los niveles de hace cuatro años”. Hacia adelante, se mostró preocupado no sólo por la cuestión sanitaria, que sostiene será un proceso que durará mucho tiempo, pero también por “el manejo, muy al límite, de la economía”. “Tenés una avalancha de pesos en el mercado. El Estado emite. Eso es presión inflacionaria de mediano plazo, y después hay un tema de descrédito de los funcionarios. Creo que hay riesgos complejos muy cercanos”, agregó.
Marcelo Figueiras, dueño de Laboratorios Richmond, coincide en que se percibe una tenue reactivación, y su permanencia la vinculó al acuerdo económico y social que está pendiente entre los distintos sectores empresarios, sindicales y de Gobierno. Según precisó, “es la condición básica para que este pequeño repunte se consolide y pueda comenzar a avizorarse un futuro pos pandemia. Si se logran acuerdos básicos, por ejemplo, para desideologizar el comercio y meter todos los cañones al boom exportador, hoy no es tan grave la situación”.
El sector de medicamentos se fue fuertemente golpeado por la crisis. Figueiras explicó que “en las farmacias se siente el golpe en el bolsillo y el desánimo general” y que “las droguerías están reduciendo stocks y trabajando de forma más ajustada”. Sin embargo, mantiene el optimismo y cree que es clave generar confianza para que el país salga adelante.
El temor de muchos empresarios es que esta recuperación luego se vea abortada por mayor recesión provocada por una brusca devaluación. Si bien desde el Gobierno insisten en remarcar que no están dadas las condiciones para que se produzca una depreciación del peso, la amplia brecha cambiaria y la pérdida permanente de reservas pone un amplio manto de duda al respecto. “Devaluar por devaluar no tiene sentido. Creo que a partir de consensos y de empujar la exportación, se puede salir”, remarcó el empresario del sector de laboratorios.
“Los que dicen que hay un veranito no se dan cuenta de que es el veranito de la gente que tiene algún ahorro. Son muy pequeños sectores y hay una conveniencia de compra de productos que hoy están baratos en dólares producto de los desfasajes que hay en la economía. Eso no es la mayoría de la población. La realidad es la que te marca el consumo masivo de las distintas áreas”, consideró el directivo de una importante firma alimenticia, molesto además por la nueva extensión del programa de “Precios máximos” hasta fines de enero.
Desde el sector de la economía del conocimiento, el presidente de Accenture, Sergio Kaufman, manifestó que están viendo un empuje fuerte, que “hierve la demanda del mundo” y que “el hecho de estar en el mundo de transformación digital, que era un opcional hace siete meses, hoy es supervivencia”. “Un negocio que no está en la nube, que no está transformando su relación el cliente hoy probablemente tenga problemas para sobrevivir”, dijo el empresario, al tiempo que afirmó que están con 500 búsquedas de empleos activas.
Kaufman no avizora riesgos ni fantasmas en su actividad, pero reconoció que lo ideal es “tener un país predecible y una macro que mire el mediano y largo plazo”. Sobre el rumbo del tipo de cambio, sostuvo que la posición del Gobierno de no querer generar una devaluación abrupta es el camino correcto porque crecería fuertemente el nivel de pobreza. “Si bien a nosotros nos ayudaría, mejoraría un sector, pero empeoraría el país, y eso no es negocio nunca. Si pasa eso, la educación se resiente”, precisó el empresario, quien añadió que están haciendo todo lo posible para hacer crecer la curva de exportaciones e ingresar al país la mayor cantidad de divisas posibles.
Si bien la reactivación no se está dando en todos los sectores y hay gran heterogeneidad propia de las restricciones que impuso la pandemia, el denominador común que se percibe entre los empresarios es la necesidad de tener un horizonte político y económico claro para que esta recuperación sea más que sólo una primavera.
Seguí leyendo:
Cinco motivos que explican el derrumbe del dólar libre de esta semana
Aumento de tarifas: las provincias también preparan subas que rondarán entre 25% y 50% en 2021
[ad_2]
Source link