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“Los equipos brasileños cada vez quieren parecerse más a los argentinos”

Aunque habla en su lengua natal, el portuñol es inconfundible a través del teléfono. No es raro en la voz de Alejandro Ariel Cabral teniendo en cuenta el contexto: hace seis años y medio que vive en Brasil, donde llegó para vestir la camiseta de Cruzeiro. Y Belo Horizonte no será Lugano, el barrio de su infancia, pero ya conoce cada cuadra sin la necesidad del GPS.

No obstante, este volante de 34 años quiere pegar la vuelta a la Argentina. Y no se trata de una cuestión nostálgica. Su deseo es probarse en un fútbol en el que mostró su categoría en Vélez durante más de 200 partidos, pero en el que no juega hace 7 temporadas. Quedó con el pase en su poder en diciembre y tiene ofertas de varios clubes, no sólo de nuestro país. También, de Chile, Paraguay y un equipo recién ascendido de Brasil.

Pero Cabral, en la charla con Clarín, dice: “Estoy esperando a ver qué puede salir. Tengo una edad en la que me siento bien, pleno, no estoy pensando en el retiro. Siempre fui de entrenar y muy exigente conmigo mismo. Quiero volver a la Argentina por algo personal, para ver si estoy en ese nivel. A esta altura de mi carrera, como que es todo un conjunto porque no estoy solo, tengo familia. Si se da algo que me interese, un proyecto que me guste, sería un desafío. Quiero probarme a mí mismo”.

-¿Por qué se terminó tu etapa en Cruzeiro?

– Terminé en diciembre, jugué poco, fue un año muy difícil. No pudimos subir a Primera y como sabían que era difícil la renovación y había muchos cambios, se acabó. Por suerte me pude retirar en la cancha y, de la nada, salió una despedida junto a Rafael Sobis. Fui el extranjero que más jugó en el club, me dieron una camiseta y una plaqueta por los 200 partidos y Rafa se estaba retirando del fútbol. Tuve que aclarar la situación porque yo iba a seguir jugando en otro club, jaja… Fue un lindo homenaje para los dos.

200. Con ese número jugó Cabral su último partido en Cruzeiro. Fue el extranjero que más veces vistió la camiseta azul.

200. Con ese número jugó Cabral su último partido en Cruzeiro. Fue el extranjero que más veces vistió la camiseta azul.

Cabral cuenta una anécdota de ese partido ante Naútico, el 25 de noviembre en el estadio Mineirao: “Se dio algo muy curioso. Wanderlei Luxemburgo fue el técnico que me pidió en 2015 y el que me dio salida. Faltaban 8 minutos para el final y yo me preguntaba: ‘¿Este tipo se acordará que me tiene que meter?’. Al final entré. Los hinchas cantaron mi nombre y me aplaudieron. A pesar de la dificultad, la gente acompañó. Pasé las buenas y las malas, pensar que descendimos. Hubo muchos cambios bruscos, casi que fui el último en bajarme del barco. Se fueron todos, hace poquito, Fabio, arquero e histórico capitán”.

-¿Todo tuvo que ver con la compra del club de parte de Ronaldo?

-Cambiaron desde empleados hasta el plantel. Hicieron una renovación total. Ahora, el club es una empresa. Fue una revolución la llegada de Ronaldo. Ojalá que le vaya bien.

-¿Y cómo es un club empresa?

-Sé que cambian muchas cosas, ahora el presidente empieza a quedar relegado por el dueño. Antes aparecía siempre, ahora tiene más responsabilidad Ronaldo en las tomas de decisiones. Así y todo, cuando se transformó, yo ya no estaba.

En Vélez también jugó 200 partidos. Alejandro Cabral en Liniers. (Prensa Vélez)

En Vélez también jugó 200 partidos. Alejandro Cabral en Liniers. (Prensa Vélez)

-Con el avance de los clubes empresas y la crisis económica que golpea a la Argentina, parece difícil competir con los brasileños en las copas internacionales.

-Hoy en día es muy difícil porque los brasileños tiene selecciones y los clubes más fuertes, dos equipos titulares. El Brasileirao es muy competitivo. Fijate que a la final de la Libertadores llegaron brasileños y favoritos. Mirás un partido y da gusto, cualquier delantero te puede definir un partido, hacen cosas distintas. Si se levantan bien, la rompen. A veces no sabés qué hacen acá y te preguntás por qué no están en Europa. Prefieren Brasil porque están en su país y les pagan muy bien.

-¿Creés que tendrán chances los argentinos?

-Va a ser más complicado que antes ganar la Copa para un equipo argentino, pero siempre se le hizo frente a los brasileños. Antes se sacaba más ventaja, hoy está muy disputado.

-¿Y qué análisis hacés del fútbol brasileño?

-Hay más espacios en algunas zonas de la cancha, donde juego yo, pero por ahí no es tan táctico como lo fue siempre el argentino. De a poco, igualmente, se fue transformando en esos equipos duros que se muestran en la Libertadores. Están adquiriendo ese sistema, esa forma de jugar que tiene el argentino. Está cambiando. La mayoría de los brasileños quiere jugar como los argentinos en el aspecto táctico, en el roce.

Campeón. Cabral ganó cuatro títulos con Cruzeiro. También, sufrió el descenso.

Campeón. Cabral ganó cuatro títulos con Cruzeiro. También, sufrió el descenso.

-¿Y a vos te gusta como se juega ahora o como era cuando llegaste?

-Me gusta más como se está jugando ahora. En todos lados el fútbol evolucionó, todos intentan jugar, todos miran videos, no es como antes. Hoy un equipo de la Copa Brasil sabe cómo trabajás la pelota parada, sale jugando del fondo. La tecnología evolucionó todo.

-¿Acompañaste esa evolución?

-Donde yo estuve siempre me mandaron un video al celular. O soy yo mismo el que mira algunos equipos cuando estoy en las concentraciones. Me gusta ver los partidos, cuando puedo lo hago, no me hacía falta que me persiguieran. Puede ser cultural, ojo, los brasileños son muy buenos, tienen mucha calidad, pero como que a veces no le dan mucha prioridad a la táctica. Eso sí, están muy bien dotados técnicamente.

-Dijiste que te querés volver por un desafío personal, ¿son tus últimos años?

-No pienso en el retiro ni se me cruza por la cabeza. Si me quedara en Brasil, jugaría hasta los 40 años y en un buen nivel. Porque un año en Brasil son dos en la Argentina. Si jugás todo el calendario, Brasileirao, estadual y copas internacionales, llegás a los 80 partidos. Es una locura. Esta temporada me va a dar un real panorama.

-¿No es contraproducente jugar tan seguido? Muchos preparadores físicos lo cuestionan.

-Tienen que ser vivos. Te quieren usar porque vendés, pero al tercer o cuarto partido ya no vas a rendir como en el primero o el segundo. Y lo que está pasando pasa mucho es que se rompen los jugadores. Es mejor ir rotando, jugar 10 minutos si es necesario, gestar el grupo. Ellos no lo ven así. Se juega hasta que no das más. Y lo que más lo sentimos son los volantes o los laterales, que corremos 12 kilómetros por partido, es una barbaridad.

Su paso fugaz por la Selección

Cabral dice que su mejor momento se divide en dos etapas: “Cuando salí campeón en 2012 con Vélez y en 2017, en Cruzeiro. El Checho (Sergio) Batista me convocó a la Selección. Agarré con él, fuimos a una gira por amistosos, estaba bien, pero no como quería estar yo. Fue un combinado Sub23 que estaba jugando afuera, en Europa. Uno en Polonia, que estaba justo ahí, en el Legia Varsovia, y otro en Nigeria”.

Festejo juvenil. Cabral formó parte del equipo que ganó el Mundial 2007. Con Agüero y Cahais en primer plano. (REUTER)

Festejo juvenil. Cabral formó parte del equipo que ganó el Mundial 2007. Con Agüero y Cahais en primer plano. (REUTER)

-Fuiste campeón del mundo Sub 20 en 2007. ¿Por qué creés que tus compañeros llegaron más lejos que vos?

-A veces necesitás que ese momento en el que estás bien en el aspecto futbolístico coincida con la citación del técnico. Cuando estuve en un gran nivel, había poco lugar. Y cuando hubo recambio en la Selección, estaba lesionado o no llamaron a los jugadores del fútbol de Brasil. Creo que hice las cosas para merecer un lugar, pero estoy feliz con mi carrera.

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