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los malabares de los atletas latinoamericanos para llegar a Tokio 2020 en medio de la pandemia

Una carrera contra el tiempo, con un sinfín de obstáculos por las restricciones en sus países por la pandemia, es la que los deportistas latinoamericanos han sorteado para preparar su participación en los Juegos Olímpicos Tokio 2020, retrasados un año por el covid-19 y que se disputarán en circunstancias muy atípicas.

Casi un año y medio después de la irrupción del nuevo coronavirus en América Latina, los atletas clasificados de la región, y otros que buscaron sus plazas en torneos preolímpicos este año, desarrollaron los entrenamientos con dificultades y limitaciones por el impacto del confinamiento.

La suspensión, cancelación o aplazamiento de casi todas las competiciones a lo largo y ancho del planeta por la crueldad de la pandemia, tendrá un efecto lógico en el rendimiento de los deportistas.

En Argentina, en medio de un panorama creciente de contagios y muertes, el gobierno del presidente Alberto Fernández autorizó a mediados de 2020 a los deportistas olímpicos a volver a los entrenamientos en los escenarios que habían sido cerrados en marzo de ese año.

El retorno se hizo en medio de estrictos protocolos sanitarios, luego de que los atletas entrenaran en sus casas por casi tres meses y medio. Vale recordar que Argentina tuvo una de las cuarentenas más extensas del mundo y dicha situación generó diversos reclamos de los atletas.

Una de las deportistas más destacadas del país, la judoca Paula Pareto, medallista de oro en Río 2016, no tuvo más remedio durante los meses de cierre de instalaciones que entrenar en su hogar y  desde allí compartió en sus redes sociales sus espectaculares rutinas, que rápidamente se hicieron virales.

“En mi caso fueron siete meses inactivo, de marzo a septiembre en Córdoba. Después tuve la suerte de poder ir a Rusia a entrenar y desde octubre no he parado. En Rusia no tenemos restricciones para entrenar, es un poco como antes”, le dijo a AFP el luchador Agustín Destribats, debutante en Juegos Olímpicos.

El luchador Agustín Destribats. Foto United World Wrestling

El luchador Agustín Destribats. Foto United World Wrestling

Con la pandemia atacando con dureza a Brasil, segundo país del mundo con más muertes, con más de medio millón, el Comité Olímpico Brasileño (COB) envió a Europa durante seis meses, en el segundo semestre de 2020, a 238 atletas de 24 modalidades para que entrenaran “con seguridad” en momentos de parálisis mundial por el covid-19.

La base principal de la llamada “Missão Europa” fue en Rio Maior, en Portugal, aunque también tuvo presencia en otras ciudades portuguesas, igual que en Francia, España y República Checa.

“Después de ese periodo de entrenamiento, cada equipo prosiguió con el planeamiento delineado, que preveía la participación en competiciones o el retorno a Brasil, con condiciones adecuadas de preparación”, explicó el presidente del COB, el exjudoca Paulo Wanderley, a AFP en enero pasado.

El lanzamiento de la “Missão Europa” y la reapertura de un centro de entrenamientos en Río de Janeiro fueron la respuesta a las limitaciones de muchos atletas para entrenar.

La selección masculina de fútbol, por ejemplo, tuvo problemas para conseguir rivales para los amistosos preparatorios. “Fue bastante complicado principalmente por el escenario del covid, la dificultad de locomoción, de entrada a los países”, explicó el DT André Jardine a AFP en mayo.

Las casas de los atletas cubanos en la isla se convirtieron desde marzo de 2020 en improvisados gimnasios. Patios, habitaciones, techos, terrazas, incluso balcones, fueron los espacios a los que tuvieron que recurrir para cumplir con los entrenamientos.

El director de alto rendimiento del estatal Instituto del Deporte (Inder), José Antonio Miranda, aseguró que la preparación ha sido “muy compleja” y ha sufrido “constantes cambios” a causa de la emergencia sanitaria en el país.

“Se concentró desde agosto (de 2020) a los deportes priorizados, atletismo, boxeo y lucha, en Camagüey, Ciego de Ávila y Santi Spíritus, y los niveles de preparación con los que llegaron a esas concentraciones nos permitió mantener la preparación”, señaló.

Mijain López, gloria del deporte cubano: lleva tres oros olímpicos consecutivos. Foto Ernesto BENAVIDES / AFP

Mijain López, gloria del deporte cubano: lleva tres oros olímpicos consecutivos. Foto Ernesto BENAVIDES / AFP

“A partir de ahí nos concentramos en 24 atletas con potencialidades para estar en el medallero en 7 deportes (atletismo, boxeo, canotaje, judo, lucha, tiro y taekwondo)”, agregó.

La base de los resultados en el medallero está sustentada en un grupo de atletas que culminaban su vida deportiva en 2020.

“Para atletas como Mijaín López ha significado un año más de entrenamiento, para Idalys Ortiz, Julio La Cruz, Serguei Torres, Rafael Alba tuvimos que hacer casi que el traje a la medida de cómo prepararlos para que llegaran en la mejor forma”, puntualizó Miranda.

Ante un tercer pico de la pandemia que deja cifras récord de muertes y contagios en el país, el Comité Olímpico Colombiano (COC) organizó un campamento de entrenamiento en un lugar no especificado de Portugal para la vigente campeona de salto triple, Caterine Ibargüen, y los cinco integrantes del equipo que competirá en la prueba de relevos 4×100 de varones.

Los demás atletas que han asegurado cupos a Tokio sostuvieron su preparación de forma individual, según el COC.

“Se han cancelado muchos (eventos) por el tema del covid”, dijo a la AFP el marchista José Montaña, quien disputará las pruebas de 20 y 50 km. Aunque su clasificación a la prueba reina estuvo en suspenso por la avalancha de cancelaciones de eventos deportivos, su puesto en el ranking mundial le dio la plaza.

Caterine Ibarguen, candidata al podio en salto triple. Foto ANDREJ ISAKOVIC / AFP

Caterine Ibarguen, candidata al podio en salto triple. Foto ANDREJ ISAKOVIC / AFP

México también se vio obligado a cerrar sus campos y escenarios de entrenamiento por el arribo de la pandemia. “El cierre de las instalaciones tuvo un impacto negativo”, afirmó Oscar Juanz, subdirector de la estatal Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE).

“Muchos de los deportistas lo que hicieron fue entrenar en sus casas, entrenar en parques, jardines. La parte emocional se vio afectada por el ritmo de trabajo y el hambre de los deportistas de querer competir”, comentó.

Para la maratonista Daniela Torres, de 26 años, la postergación de los Juegos le cayó como anillo al dedo. “A mí me favoreció que se pospusieran porque si se hubieran hecho en el 2020 habría tenido descartada por completo la posibilidad de ir“, aseguró.

AFP.

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